Las constantes explosiones del volcán Ubinas ha generado preocupación a los ciudadanos que viven en los centros poblados de Querapi, Ubinas, Sacohaya, Anascapa, San Miguel, Tonohaya, Huatahua, Huarina, Escacha y Matalaque. El proceso eruptivo de esta formación geológica ha puesto en riesgo a los pobladores, quienes temen enfermarse.
En las últimas semanas, el volcán comenzó a emitir una fuerte cantidad de cenizas, las cuales están compuestos por químicos que afectan a la salud de las personas, así como a los animales que habitan cerca de la montaña.
Ante este panorama adverso, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) pidió a las autoridades, en más de una oportunidad, reubicar a las personas que todavía permanecen en el anexo Querapi, ubicado en el distrito de Ubinas. Como es sabido, este centro poblado está situado a solo 4 kilómetros del volcán.
Este lugar no es el único que se ha visto afectado por las cenizas del volcán. En siete centros poblados también se puede ver los desechos volcánicos, los cuales cubren partes del pavimento.
Precisamente por esta situación, el Gobierno Regional se tomó la decisión de evacuar a la población hacia el albergue Sirahuaya, ubicado aproximadamente a 40 kilómetros del volcán. Este refugio fue instalado en el año 2019 y cuenta con módulos donde se espera que los pobladores se resguarden de los efectos de las explosiones y cenizas que abundan en el ambiente.
A pesar de que el albergue es grande, no cuenta con los servicios básicos. Así lo dio a conocer el investigador del Ingemmet, Jersy Mariño, quien entabló una conversación con una periodista de Radio y Televisión Moquegua.
“En Sirahuaya sí se ha hecho una gran inversión, a la cual sí se le da las condiciones [podría funcionar], pero no está operativa. Se debería poner operatividad; primero agua, desagüe, luz, vías. [...] Es una gran inversión que lamentablemente se ha cortado por las situaciones poco anómalas que se tiene que corregir”, declaró el especialista.
Pobladores no quieren abandonar su pueblo
Esta realidad la conocen los pobladores, quienes no quieren ir al refugio de Sirahuaya. Correo entrevistó a los ciudadanos que habitan el distrito de Ubinas para saber las razones de su decisión.
Antonieta Becerra de Pacori, de 60 años, contó detalles de lo que pasó en su pueblo tras la erupción del volcán Ubinas en el 2019. “Fue horrible, porque había desorden (en el refugio de Anascapa), no había comida, no había agua, muchos nos peleábamos por una frazada, por eso muchos no quieren volver a pasar esta situación”, relató al medio local.
Por su parte, la señora Juana Sabina tampoco quiere pasar penurias en el refugio de Sirahuaya, por lo que planteó una solución. “Yo prefiero irme a Arequipa, con mis hijos, que ir a Sirahuaya; de repente me muero de frío por allá, es el mismo sentimiento de muchos vecinos”, manifestó la mujer.
Ahora bien, en los últimos días se han reportado casos de pacientes con problemas respiratorios. Los niños y adultos mayores están más propensos a enfermarse producto de las cenizas y el frío intenso del lugar. Ante ello, Esther Peralta mostró su preocupación y contó que un familiar está delicado de salud.
“Sí hemos notado que aumentaron las afecciones respiratorias, mi hija se le pone ronca la voz, a mí también, tengo que cuidarla bien al igual que mi bebé”, indicó.
El medio de comunicación citado también conversó con la profesora Lilian Chara, de la cuna jardín N° 214 de Ubinas, quien dio a conocer que existe un ausentismo de aproximadamente el 50% de niños en las aulas. “Sí, conversamos con los papás y nos dicen que a sus hijos los han llevado a Arequipa, por un tema de prevención. Se necesita siempre de mascarillas pequeñas para que los niños puedan protegerse”, dijo la docente.