En los últimos años, se observó un preocupante aumento en los cultivo de coca en Perú. De acuerdo con datos recientes, la producción de hoja de coca ha experimentado un incremento significativo, pasando de 54.655 hectáreas en 2019 a 95.008 hectáreas solo en tres años, casi el doble de la cifra inicial.
Dos regiones en particular, Ucayali y Loreto, son las que experimentaron un crecimiento exponencial en la cantidad de cultivos de hoja de coca. En el caso de la primera región, el área cultivada aumentó de 2,565 hectáreas en 2018 a 14.531 hectáreas en 2022, representando un aumento del 466 %. Por su parte, Loreto pasó de 5,072 hectáreas a 13.844 hectáreas en el mismo periodo, lo que equivale a un incremento del 173 %. Este alarmante incremento en los cultivos de hoja de coca en la zona noroccidental llama la atención y ponen en el ojo de las autoridades a estos departamentos como un nuevo corredor para el tráfico de drogas, donde las pistas de aterrizaje clandestinas se multiplicaron.
Lamentablemente, esta situación pone en peligro a los líderes indígenas que son amenazados por las mafias relacionadas con el narcotráfico, y que reciben escaso apoyo por parte del Estado.
Dominio brasileño
El semanario “Hildebrandt en sus Trece” informó que las mafias brasileñas están empezando a dominar esta nueva ruta del narcotráfico, aprovechando el aumento de las pistas clandestinas en la región. La selva, viene experimentando un aumento impensado, las cifras del cultivo de coca se dispararon, y se prevé que en poco tiempo podría competir con el Vraem en términos de producción.
“Está naciendo el segundo VRAEM”, apuntan expertos que, además, coinciden en señalar que la zona es dominada por las mafias brasileñas como el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho. Además, aseguró que «hay un alto nivel de crecimiento y sobre todo en las zonas que están ligadas a la frontera con Colombia, Brasil».
En cuanto a la distribución de los cultivos de arbustos de coca por departamentos, Ayacucho se posiciona como la región con la mayor cantidad de siembras, acumulando un total de 18,469 hectáreas. Le siguen Cusco, Ucayali, Loreto y Puno. En la zona central de nuestro país aumentó en un 87 % en 2022 la producción de coca, alcanzando las 18.674 hectáreas, un año anterior (2021) había un obtención de 9.989 hectáreas. Actualmente, los cultivos de coca en estas áreas representan el 20 % del total de cultivos en el país, lo que evidencia la creciente presencia del narcotráfico en los territorios indígenas y la necesidad de brindar mayor apoyo y protección a las comunidades afectadas.
Acciones del Gobierno peruano
El factor desencadenante del aumento del cultivo de coca es la pandemia del Covid -19, ya que los encargados de resguardar las fronteras tuvieron que dispersarse, dándole carta libre a las mafias. A pesar de que las autoridades están llevando a cabo campañas de erradicación en las áreas de cultivo tradicionales, logrando eliminar el 36 % de las hectáreas totales en Ucayali solo el año pasado. Sin embargo, esto no es suficiente debido al aumento de la producción que supera la cantidad erradicada. Esta región representa aproximadamente el 15 % del cultivo de coca en el país.
Un 95% de la producción cocalera peruana se destina al narcotráfico, el resto termina para consumo humano en forma de mates, caramelos, harina y energizante a través del masticado de la hoja.
El Vraem sigue desempeñando un papel importante en el problema del tráfico ilegal de drogas, ya que la presencia de Sendero Luminoso complica la situación para el Gobierno peruano. A pesar de tener la misma influencia que en los años 90, ciertos ataques a la seguridad peruana demuestran su persistencia en la región.