El pasado 11 de junio, Edilberto Luyo Peña, de 50 años, se dirigía a su centro de trabajo desde su casa, ubicada en el centro poblado Herbay Bajo, en San Vicente, Cañete, cuando tres perros pitbull lo atacaron. Las heridas que le causaron fueron tan graves que tuvo que ser internado en la Unidad de Cuidados Intermedios del hospital Rebagliati, donde aún permanece.
Ahora, su hermano Gilberto Luyo Peña pide ayuda económica, donaciones de sangre y asesoría legal porque a la víctima le tuvieron que amputar dos brazos y es posible que le amputen una pierna. Pese a esto, recién la Policía Nacional del Perú (PNP) remitió al Ministerio Público la acusación contra la dueña de la casa donde crían a los perros, por lo que estos siguen residiendo en el mismo domicilio.
No es la primera vez que estos canes agreden a una persona, según Gilberto. En entrevista con ‘Al Estilo de Juliana’, contó que hace un año los pitbulls mordieron la mano y las costillas de una persona. Sin embargo, no se tiene el cuidado debido con los perros.
“La dueña de la casa tiene que ser responsable de estos perros. Han puesto a un sobrino, a otro sobrino, que no son responsables de lo que hacen estos perros. Los perros siguen ahí. Están ahí”, contó el hermano de la víctima.
Edilberto siempre caminaba por la casa donde alojan a estos pitbulls. Era parte de su rutina pasar por ahí cuando iba a laborar. Sin embargo, nunca antes le habían mordido.
Según Gilberto, se desconoce con exactitud cómo ocurrió el violento ataque porque no hubo testigos cerca, a excepción de las personas que crían a los perros. Luego de que los canes lo mordieron, un vecino vio desde lejos al padre de familia, quien manoteaba en el suelo, pero no habría sido él quien lo ayudó, sino otra persona que llegó después.
Luego, una ambulancia lo recogió y lo trasladó al hospital de Cañete, donde no pudieron atenderlo. La misma respuesta les dieron cuando lo llevaron a un centro de salud particular, por lo que el conductor de la ambulancia lo llevó hasta Lima.
“El señor de la ambulancia lo ha traído a Lima por sus propios medios y responsabilidad. Nadie se acercó a salvarlo. Sí (ha sido un ataque largo y brutal)”, contó Gilberto.
Los médicos del hospital Rebagliati no lograron salvar los brazos de Edilberto porque los perros, al ser grandes, destrozaron músculos y nervios. Está pendiente que el próximo miércoles 19 de julio una junta de médicos decida si amputarán también una de sus piernas.
La sobrina de la víctima quiso denunciar a la dueña de la casa donde aún viven los perros, pero la Policía Nacional del Perú (PNP) le respondió que el atacado debía acudir para contar lo sucedido. Esto a pesar de que él se encontraba internado en el hospital.
“La dueña de los perros no cubre los gastos médicos, que son los más importantes. Mi hermano hacía trabajo de embalaje de paltas para exportación, ¿ahora qué va a ser sin extremidades?”, agregó.
Para obtener justicia, piden ayuda de un abogado o abogada, que pueden comunicarse con él mediante el número 900413808.