Hace unas semanas, Lima volvió a ser sacudida por la delincuencia y la criminalidad cuando una banda de sicarios extranjeros atacó a tres cambistas en pleno emporio comercial de Gamarra, con la finalidad de robarle 150 mil soles. De inmediato, los recuerdos saltaron en la memoria de muchos peruanos, pues evocaron al temible delincuente Jorge Luis Campos Milla, más conocido como Momón.
Este sujeto de cabellera ondeada, alto y de contextura robusta, fue uno de los delincuentes más sanguinarios del Perú en la época de los 90, el cual en su vida de hampón tiene una gran lista de hechos delictivos, entre los que resaltan el ataque a 50 agencias bancarias, el secuestro a 11 personas, pero sobre todo, los asesinatos a 11 cambistas.
Pero, ¿quién era este sujeto que generó miedo, pánico y terror en los limeños? Jorge Luis Campos Milla nació en 1956 en Lima. Gran parte de su niñez, adolescencia y adultez vivió en la quinta Santa Cruz en Barrios Altos. Desde niño fue rechazado por sus padres. Su mamá lo abandonó y luego de unos años más su progenitor se deslindó completamente de él.
Vivió con sus abuelos y, pese a que ellos le dieron amor y ternura, dentro de él crecía el remordimiento, sobre todo por ese abandono que sufrió de niño. Cambió varias veces de colegio porque era expulsado continuamente. Una de las causas, era que vendía droga al menudeo dentro de las escuelas.
Un dato importante que revelaron los agentes de investigación de la PNP es que este temible sicario tenía como sueño ser policía, pero no para luchar contra la delincuencia, sino para tener en sus manos un arma, pues aseguró que era muy fanático de las pistolas y todo lo que tenga que ver con armas de fuego.
Al ser descubierto vendiendo drogas en reiteradas veces, fue recluido en una clínica de rehabilitación, pero por más veces que lo intentó, su mente, sus genes y su fiebre por lo ilícito lo arrastraron a un mundo oscuro, el cual nunca logró salir.
Cuando estuvo internado en aquella clínica de rehabilitación, tuvo que ser expulsado, pues no dudaba en “abastecer” de cocaína o marihuana a los pacientes del establecimiento de salud. No tenía cura; su verdadera vocación no iba a tardar mucho en aparecer: la criminalidad.
Un dato que no puede pasar desapercibido es que cuando Momón terminó la secundaria, en su haber ya había cometido diversos delitos, uno de ellos, la venta de estupefacientes al menudeo.
En 1998, un maduro y crecido Momón sembró una ola de terror en la capital con el robo a tiendas de electrodomésticos y luego creó la banda “Los fierreros”. Sin embargo, para los efectivos policiales, este sujeto no era cualquiera, pues ya estaba siendo buscado por los delitos que cometía en contra de la ciudadanía. Fue capturado en 1998, pero solo estuvo tres meses en prisión y fue liberado con una orden judicial.
En aquel tiempo aprovechó su “experiencia” en el mundo del hampa para crear una segunda banda denominada “Los chalecos antibala”, la cual se convirtió en el terror de las farmacias y ferreterías, pero lo dejó al poco tiempo porque quería mejores “entradas” para obtener más armas de fuego, su verdadera pasión.
Robar electrodomésticos ya no era tan “atractivo” para la banda de Momón, él ya se había casado y tenía un hijo, las necesidades eran otras y su atracción por las armas seguían creciendo cada día más, es por eso que se creó la banda “Los chalecos antibalas”, los cuales empezaron a robar bancos con la finalidad de obtener dinero fácil rápido y sencillo.
Sin embargo, poco a poco estos delincuentes fueron afianzando más su vida delictiva. Ya no eran simples sujetos que robaban o asaltaban, su nivel era más alto, su inteligencia más firme, y su modo de actuar más severo.
De 1997 a 1988 la ola de secuestros en Lima creció abruptamente. La banda de Momón empezó a privar de la libertad a muchas personas, sobre todo empresarios, y se sabe, según fuentes policiales e investigación por parte de la Fiscalía, que Jorge Luis Campos Milla cobró miles de dólares por rescate.
Pese a que para la PNP era imposible su captura; un día de la manera más simple cayó.
Fue un 5 de abril de 1998, cuando estaba haciendo un reglaje a un empresario, un policía vio que dentro de un vehículo había un sujeto que actuaba de una manera sospechosa. Cuando el agente se acercó para pedirle documentos, Momón entregó una libreta falsa. Allí lo reconoció, lo arrestó y lo puso a disposición de las autoridades.
Fue a un penal sentenciado con 20 años de prisión efectiva. Allí conoce a Reynaldo Rodríguez López, alias ‘El padrino’, y comienza una nueva era de delincuencia en el Perú.
Reynaldo Rodríguez López, ‘El padrino’, era un conocido narcotraficante de la década de los 90. Dentro del penal, Momón se hizo amigo de él. No era una amistad verdadera: el sicario quería saber cómo se manejaban los secuestros en las esferas más oscuras del narco para aprender y así repotenciarse.
Campos Milla fue adiestrado como un cachorro por ‘El padrino’, le enseñó todas las técnicas, tácticas, y estrategias para delinquir sin que caiga en manos de la policía, así como a amedrentar a sus víctimas, cobrar jugosas recompensas y seguir creciendo en el mundo del hampa.
Por increíble que esto suene, Momón logró salir a los seis años de prisión por buena conducta y por registrar trabajos dentro del penal; sin embargo, no salió con la finalidad de reunirse a su familia ni para ser un hombre de bien, por el contrario, ya con toda la capacidad y lo que había aprendido de ‘El padrino’ empezó con la ola de secuestros en el Perú.
Aquí jugaba un papel muy importante Nelson Becerra Jara, un abogado muy conocido quien era el que le llevaba toda la información de los altos funcionarios en el Perú. También conocido como Alias ‘Coco’, tenía acceso a toda la data de estas personas y fue quien ayudó a planear el secuestro a dos japoneses en 1997.
Esta ola de delincuencia duró aproximadamente ocho meses en el país en donde Momón y su banda cometían secuestros al paso. Muchos empresarios tuvieron que optar por contratar a personal de seguridad y aun así al avezado sicario no le importaba matar a nadie.
El fallido secuestro de los empresarios japoneses le hizo “reflexionar” a Momón. Se dio cuenta de que ese ya no era un negocio “rentable”, entonces empezaron a buscar otra manera de delinquir, pues a pesar de que se había pasado por robos a tiendas, agencias bancarias, secuestros, había otra que para él se le hizo muy fácil: matar a los cambistas.
Fiel a su estilo y a sus cómplices, empezaron a hacer seguimientos para saber cómo es que operaban estos negociantes y en qué momento debían atacarlos. Comenzó a matar a estos hombres que se dedicaban a cambiar dólares a soles y, en este caso, asesinó a 11 de ellos.
Hubo un secuestro que fue el detonante para Momón, cuando privó de la libertad al empresario Pool Hermosa Matos cuando iba a un centro fotográfico en la avenida Benavides, en Miraflores.
Luego de que pactaran con la familia cerca de 11 días, se llegó a concretar la entrega del dinero, sin embargo, no sabía es que la policía ya estaba lista para ir sobre él.
César Vallejos, quien en ese entonces era mayor de la PNP y quien fue uno de los captores de Momón contó al programa ‘Detrás del Crimen’, cómo es que se efectuó la captura de este delincuente.
“Se había rodeado la zona con varios jefes de operaciones. Ya se encontraba mimetizado la zona y Momón había dejado un espacio para que las personas se movilizaran a pie y ahí podían dejar el dinero para no llamar la atención. De un momento a otro, este delincuente se da cuenta de que la esposa del empresario secuestrado llega al lugar con un maletín donde supuestamente adentro estaba el rescate, pero la policía ya se había desplegado por todo el lugar. Agentes vestidos de limpiadores de limpieza, vendedores ambulantes, canillitas, estaban por el lugar, listos para capturar al más grande y avezado delincuente del Perú”, explicó.
Fue ahí que Momón recibe dos disparos en las piernas, ya en el suelo derrotado fue capturado por las fuerzas del orden.
Toda la banda fue capturada ese día y el empresario Pool Hermosa Matos liberado, sano y salvo de su cautiverio de la casa de San Borja.
Momón recibió cadena perpetua en un foro militar, pero esta condena fue considerada anticonstitucional, por lo que se le hizo un nuevo juicio, que lo condenó a 35 años de prisión y enviado al penal de más alta seguridad, Challapalca.
Según el informe psicológico forense realizado por los especialistas de la Dirincri de la policía nacional del Perú, expresa lo siguiente:
“Los hechos realizados por Jorge Luis Campos Milla hasta el momento de su arresto suman aproximadamente 11 cambistas asesinados y un gran número de centros comerciales y bancos asaltados, además de secuestros realizados a empresarios.
Cuando al evaluado se le pregunta ¿Por qué volvió a la delincuencia cuando salió de la cárcel? Él refiere: “Tenía 21 años. Me había casado y mi hijo tenía tres meses. Yo trabajaba en una fábrica de reconstrucción de maquinaria pesada. Un día me encontré con Chumbiauca, que era policía, y nos dimos cuenta de que la plata no nos alcanzaba, por eso comencé a asaltar nuevamente
Al preguntarle: “¿Qué los impulsó a comenzar con los secuestros?, el examinado refiere que: “En 1985 los Bancos ya no almacenaban tanta plata. El primero fue el dueño de la Librería Studium, que era grande. Lo tuvimos en cautiverio tres meses. El segundo fue de Mario Brescia Moreyra, pedimos por él 750 mil dólares. Descansamos seis meses y luego secuestramos al hijo de Ormeño, Joaquín. A él le sacamos 1 millón 500 mil dólares. En abril de 1988 me chapó la policía y pasé ocho años y medio en la cárcel.”
Cuando se le pregunta ¿Qué hizo al salir? El evaluado refiere: Al salir no sabía cómo estaba la calle. No sabíamos cuánto se había perfeccionado la policía. Quisimos hacer un secuestro y no pudimos. Ahí murió un guardia. Al ya no poder seguir secuestrando empezamos con los cambistas. Si había muerto uno, podían morir dos o tres. Murieron varios y luego decidimos parar. Luego secuestramos al empresario Pool Hermosa Mattos. Cuando iba a cobrar el rescate me capturaron en una balacera. Recién entonces lo relacionan con los asesinatos de los cambistas. Antes de mi captura, nadie sabía quién los estaba matando.
1. Descripción de la apariencia fiscal
El evaluado es de contextura gruesa, tez trigueña, con una estatura de aproximadamente 1.70 m. Tiene cabello corto de color negro, cara redonda, cejas pobladas, ojos negros, nariz grande y labios gruesos.
2. Relato del motivo de ocurrencia brindado por el examinado
“Estoy acá porque me acusan de haber asesinado a varias personas, tenencia y compra de armas de fuego, dicen que he matado a varios cambistas y haber disparado contra la policía, pero ellos me dispararon primero, yo solo me estaba defendiendo”.
3. Área familiar
Dentro del hogar se mostraba como un padre autoritario, rígido y violento, presentaba abuso psicológico con sus hijos, minimizando sus actos y exigiendo que saquen buenas notas. Quiso estar en la policía, pero no para servir a su país, sino para tener la oportunidad de usar armas de fuego, lo cual era su pasión. Fue criado por sus abuelos, lo cual parece ser el primer eslabón para crear un enemigo del país, al no tener límites ni normas.
4. Áreas académicas
Momón presentó problemas en el colegio desde muy pequeño, escapándose constantemente y comercializando droga”.