A mediados de noviembre del año pasado, la Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos (Emape) abrió las vías de la avenida Belaúnde Terry, más conocida como Pasamayito. Desde entonces se denunció lo peligrosa que era la trocha, sobre todo por la falta de iluminación que, hasta la fecha, no ha sido resulta por la empresa eléctrica encargada.
La pista que une a los distritos de Comas y San Juan de Lurigancho costó aproximadamente S/. 70 millones, pero ocho meses después de su inauguración, todavía no cuenta con alumbrado público. Las barandas con tachas reflectantes ahí instaladas resultan insuficientes en una vía tan transitada como esta. Por ello, se han registrado decenas de accidentes desde el primer día que fue entregado por las autoridades.
A pesar de que la Municipalidad Metropolitana de Lima confirmó que la instalación de luminarias sería parte del proceso de culminación del proyecto, este detalle ha sido olvidado. Enel, empresa que estaría a cargo de resolver dicho problema, señaló a La República que “los proyectos grandes como Pasamayito necesitan una reforma sustancial de la expansión de redes eléctricas, que toma aproximadamente 12 meses en ejecutarse”.
El citado medio indicó que la empresa confirmó la instalación de iluminación pública para la quincena de enero de este año, pero hasta el momento dicho proyecto no ha sido consumado. A pesar de las insistencias para contar con las declaraciones de la compañía, no se obtuvieron explicaciones sobre la demora. La falta de atención pone en peligro la vida de todos los residentes de la zona.
Vecinos en peligro
La construcción de la vía Pasamayito supuso la reubicación de algunos lugareños, quienes ahora muestran su preocupación por el trato recibido. La vecina de la manzana C1 del asentamiento humano Buenaventura, Judith Villavicencio, señaló que la empresa municipal reubicó un par de lotes que su padre, pero esto sucesión en una zona que pone en riesgo la integridad de la ciudadana y su familia.
“Nosotros aceptamos la reubicación, pero pedimos que lo hagan en una zona libre de problemas, cosa que no sucedió. Emape no nos hace caso. Se comprometieron en darnos una solución, pero nos mintieron”, manifestó la ciudadana a El Comercio. Asimismo, se denunció la eliminación de accesos a las zonas altas de dicha zona durante el desarrollo de los trabajos. Ahora los vecinos deben seguir rutas más largas de las acostumbradas.
A días de la inauguración de la vía, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones aún tenía pendiente “la instalación de barreras de seguridad sobre los muros de contención (del lado de la ladera) en una carretera de terreno accidentado o muy accidentado donde la velocidad de proyecto sea superior a los 50 km, salvo previa justificación”.
Al cierre de esta nota, se registró un último accidente en la vía que dejó dos fallecidos y al menos 20 heridos. Se trata de un nuevo desastre que se suma a los más de 15 que han ocurrido desde noviembre último. Los heridos, entre los que se encuentran ocho niños, se encuentran recibiendo atención en el hospital Sergio Bernales de Comas.
De acuerdo a los vecinos de la zona, dentro del bus también había niños que se encontraban con sus padres. Sin embargo, habrían quedado atrapados tras este brutal choque. Fueron los mismos vecinos de la zona quiénes llegaron hasta el lugar para socorrer a los accidentados.