El día que Mauricio Fernandini se dirigió a Keiko Fujimori: “Señora K, quien mal procede, mal acaba”

En 2018, Fernandini se refirió a la política investigada por lavado de activos. Hoy es sindicado como intermediario en el pago de sobornos de la red corrupta denunciada en el Gobierno de Pedro Castillo.

En octubre de 2018, cuando Alberto Fujimori fue trasladado a una clínica después de que la Corte Suprema anulara su indulto, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, declaró entre lágrimas que el fallo era un acto de “persecución y ensañamiento” de sus enemigos políticos.

“Es extremadamente doloroso saber que un juez le ha quitado la libertad a mi padre, señalando que porque no está moribundo no tiene derecho a un indulto humanitario”, dijo mientras su progenitor, condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos, permanecía internado.

Los legisladores de la tienda naranja calificaron como una “venganza política” la anulación de la gracia otorgada por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski. Portaron carteles que decían “Basta de odios” y “No más rencores”, en momentos en que debatían reformas políticas y judiciales del Gobierno.

Mauricio Fernandini, cuyo programa —’20 lucas’— había llegado a su fin hacía unos meses y participaba entonces como bailarín en ‘El gran show’, reaccionó a las declaraciones de la excandidata investigada por lavado de activos.

“Nunca admitió su derrota electoral. Se tumbó a todos los ministros que pudo. Gestó la vacancia de PPK. Ha blindado a [Pedro] Chávarry [exfiscal de la Nación destituido por tratar de interferir, desnaturalizar y bloquear la investigación contra Keiko Fujimori]. Y ahora nos dice llorando: ‘Basta de odios’. Se ve cercada”, consideró.

En la última línea de su tuit, Fernandini anotó un augurio: “Señora K, [apodo propagado a raíz unos audios que destaparon el mayor escándalo de corrupción en la judicatura], quien mal procede, mal acaba”.

Cuatro años después, el periodista está detenido preliminarmente por la presunta comisión del delito de organización criminal, a raíz de su supuesta participación en la red de sobornos denunciada en el Gobierno del expresidente Pedro Castillo (2021-2022).

Fernandini es sindicado como intermediario en el pago de los sobornos entre la empresaria Sada Goray y Salatiel Marrufo, exasesor del exministro de Viviend,a Geiner Alvarado. Lo detuvieron en las inmediaciones de la Embajada de Estados Unidos en Lima.

Mauricio Fernandini y Sada Goray pasaron control de identidad (Justicia TV)

Son una pieza clave para desentrañar la trama de Castillo, presunto líder de una red criminal, quien cumple 36 meses de prisión preliminar por este caso y otros 18 por cargos de rebelión y conspiración.

Para el Ministerio Público, la detención responde a un eventual peligro de fuga ant sus últimas movidas. Según un informe de Willax, Fernandini donó siete inmuebles a su hermana, Ana María Beratriz Arbulú, después de que se hiciera público el escándalo de corrupción en la administración de Castillo.

Su versión ante Fiscalía —que solo alquiló su vivienda por 60.000 soles para las reuniones en las que se transaron los presuntos ilícitos— no ha sido respaldada de manera suficiente.
Mauricio Fernandini y Sada Goray en audiencia de control de identidad. (Poder Judicial)

Y tampoco ha demostrado intención de reparar el daño a las entidades públicas que afectó con la negociación ilícita de la que habría sido partícipe. Le esperan más días de encierro.

En tanto, la jefa de Fuerza Popular afrontará ineludiblemente el pedido de 30 años de prisión que pesa en su contra. Se sentará en el banquillo para afrontar acusaciones por los delitos de organización criminal, lavado de activos y obstrucción a la justicia.

La última audiencia del control de acusación del caso Cócteles, en la que está implicada, se realizó el pasado 30 de mayo; y el juicio oral debería arrancar a mediados de agosto, según Hildebrandt en sus trece.

Hay 55 recursos judiciales en los que se solicita la exoneración de acusados, cuatro de los cuales fueron elevados por la defensa de la excandidata. Ninguno prosperó en primera instancia y ahora están en apelación.

“El caso Cócteles está más redondo que el de Ollanta Humala y Nadine Heredia. Acá no hay duda de la ilegalidad del dinero que recibieron. Odebrecht ha confesado, Dionisio Romero ha reconocido los USD 3.6 millones que dio en efectivo y Rassmuss, hoy fallecido, reconoció los USD 7.6 millones que dio”, expuso un fiscal al semanario.

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