Si hablamos de lugares tradicionales en el Perú, deliciosas comidas y tragos incomparables no podemos dejar de mencionar al famoso Bar Cordano, ubicado en la icónica esquina de los jirones Carabaya y Áncash, en el Centro de Lima. Fundado en 1905 por los italianos Vigilio Botano y los hermanos Luis y Antonio Cordano, este acogedor restaurante parece haberse detenido en el tiempo pero, a la vez, alberga un sinnúmero de historias.
Después de 73 años de pertenecer a sus dueños originales, el bar fue cedido a sus trabajadores en 1978. Se marcó así un nuevo capítulo en la historia de este recinto, que se encuentra frente a la antigua estación ferroviaria de Desamparados y al costado de Palacio de Gobierno. Debido a su importancia y trascendencia, el 26 de abril de 1989 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
El Bar Cordano, ubicado en el piso bajo del Antiguo Hotel El Comercio, entre el Jirón Carabaya y el Jirón Ancash, continúa escribiendo su historia, junto a sus nuevos propietarios. Ha dejado una huella imborrable en la escena cultural y gastronómica del Perú, siendo un lugar donde los visitantes pueden saborear la tradición y la historia mientras disfrutan de una deliciosa comida.
Jacinto Delgado, uno de los 18 socios del Bar Cordano, cuenta en una entrevista con Infobae Perú que el establecimiento tiene tres ambientes: el salón principal, que es el más concurrido, un segundo comedor pequeño para familias y un tercer espacio con mesas más grandes y con las fotografías de personajes destacados, conocido como el Salón de las Fotos.
El menú del Bar Cordano ofrece una variedad de platos típicos peruanos, entre los más famosos figuran el Tacu Tacu, el Ají de Gallina, y los Tallarines Verdes con Milanesa, así como los sándwiches de jamón del país y de chicharrón. También destacan sus bebidas, como el tradicional Pisco Sour peruano, el Cóctel de Algarrobina y una selección de vinos y licores nacionales.
Delgado refirió que el Tacu Tacu es el plato más vendido en el Bar Cordano. Según sus propias palabras, “de cada 10 pedidos, 8 son de Tacu Tacu”. El precio de este delicioso manjar es de S/ 50.
Además de su oferta gastronómica, el Bar Cordano también destaca por su historia y el papel que jugó como punto de encuentro de artistas, intelectuales y políticos a lo largo de los años. Este emblemático lugar es mencionado en numerosas obras literarias y ha sido visitado por personajes famosos de renombre internacional.
Entre los visitantes ilustres se encuentran los renombrados escritores Julio Ramón Ribeyro, Martín Adán y el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Asimismo, el exalcalde de Lima Alberto Andrade Carmona, quien acudía al restaurante con frecuencia y que incluso les brindó apoyo durante un conflicto jurídico. Además, están el reconocido pintor Víctor Humareda y la cantante y exministra de Cultura Susana Baca, quienes también disfrutaron de este lugar.
Por su cercanía con la sede de Gobierno, casi todos los presidentes de la República, desde Juan Velasco Alvarado hasta Alan García y Alejandro Toledo, entre otros mandatarios, han tenido la oportunidad de visitar y deleitarse comiendo en este emblemático establecimiento.
Según el relato del administrador, hace muchos años, un trabajador de la estación de Desamparados solía visitar el restaurante y disfrazaba su consumo de vodka con chicha morada para que sus superiores y compañeros no se dieran cuenta de que estaba bebiendo licor. Esta historia sirvió de inspiración para crear un cóctel único llamado “Ferroviario”, en el cual se utiliza pisco peruano en lugar de vodka.
Bar Cordano ha conservado gran parte de su estructura y mobiliario originales a lo largo de los años, lo que permite a los visitantes tener una experiencia auténtica y transportarse a principios del siglo XX. A pesar de las renovaciones y mejoras realizadas, el bar todavía exhibe elementos arquitectónicos y decorativos que datan de su apertura en 1905. Esto incluye su emblemático mostrador de madera tallada, las vitrinas antiguas y las fotografías históricas de personajes destacados que adornan sus paredes.
Por motivos de seguridad, se vieron obligados a reemplazar una de las paredes del Bar Cordano, asegurándose de mantener las mismas dimensiones. Debido a que el establecimiento es considerado Patrimonio Cultural, las autoridades encargadas de protegerlos indicaron que se podía realizar la reparación utilizando materiales como quincha y adobe.
Una de las reliquias más preciadas del señor Jacinto es su antigua caja registradora, que lo transporta a sus primeros días en el Bar Cordano, cuando trabajaba junto a su hermano. Él cuenta cómo se utilizaba esta caja y cómo, en ocasiones, debido a la falta de electricidad, tenían que recurrir a una manivela para imprimir los recibos de pago.
El Bar Cordano fue durante muchos años un lugar hasta donde llegaban los aficionados a las corridas de toros en Lima. Debido a su ubicación cercana a la Plaza de Toros de Acho, muchos aficionados se reunían en el bar antes o después de los eventos taurinos.
Antes de las corridas, era común ver a los aficionados vestidos de manera elegante, luciendo trajes, sombreros y otros atuendos tradicionales. Algunos de ellos se congregaban en el Bar Cordano para disfrutar de una comida o tomar una copa antes de dirigirse a la plaza.
Antes y después de las corridas, el bar se llenaba de aficionados que juntaban para celebrar o para debatir sobre los eventos taurinos y otros temas de su interés. Este sigue siendo un lugar donde se comparten experiencias, se discuten temas de coyuntura y se reviven momentos claves de la vida del país. El ambiente en el bar es animado y lleno de entusiasmo, ya que -al igual que los aficionados a la tauromaquia- la gente habla de temas que les apasionan.
Existe una historia relacionada con uno de los cuadros ubicado en el segundo salón del Bar Cordano. Además del llamativo cuadro que muestra una imagen de Lima en el siglo XV, hay otro que lleva el nombre del señor Delgado, como si estuviera anunciando una corrida de toros.
Esta anécdota la cuenta Delgado porque muchos de sus amigos creen que alguna vez en su vida él fue torero, debido al cuadro que lleva su nombre. Este regalo, traído desde España por un conocido, generó esa confusión. A pesar de que él no conoce mucho sobre la tauromaquia.
El Bar Cordano no solo destaca por su impresionante estructura original y sus reliquias, como la ya mencionada caja registradora y los cuadros históricos, sino que también porque logra transportar a sus comensales a épocas pasadas, brindándoles la oportunidad de sumergirse en la nostalgia y autenticidad del lugar.
Considerado un testimonio vivo de la identidad cultural peruana y un auténtico patrimonio nacional, es un espacio donde se respeta la tradición, se celebra la historia y se disfruta con la exquisita gastronomía peruana.