El ciclo de violencia y pobreza en el que viven las niñas forzadas al matrimonio infantil

En un ciclo en extremo violento, las niñas y adolescentes son obligadas a casarse tras un abuso sexual y, en caso no lo hubiera, al poco tiempo quedan embarazadas. Son las más pobres quienes padecen por esta situación y nadie les pregunta; deciden por ellas y las fuerzan, contó Hugo González, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), a Infobae Perú.

Guardar
Una de las causas del matrimonio infantil es el abuso sexual. Abusadores aprovechan el marco legal que permite que niñas de 14 años en adelante puedan casarse o unirse. (Aldair Mejía/EFE)
Una de las causas del matrimonio infantil es el abuso sexual. Abusadores aprovechan el marco legal que permite que niñas de 14 años en adelante puedan casarse o unirse. (Aldair Mejía/EFE)

Aunque el matrimonio infantil —que asciende a unos 5.000 en los últimos 10 años— es normalizado con la excusa de que son costumbres que suceden en el interior del país o que ellas buscan esta situación. ¿Las autoridades que lo defienden se han tomado el trabajo de oír a las afectadas? La respuesta de ellas es que no. Este problema social extiende el ciclo de dolor, violencia y pobreza para las niñas, pues esconde tras su realización un delito atroz: el de la violación sexual. Luego, a sus cortísimas edades las niñas terminan siendo madres, a una edad en la que ellas deberían ser cuidadas.

La investigación de la unidad de datos de La República detalla que de los 4.357 matrimonios infantiles que se registraron entre el 2013 y el 2022, un total de 112 de este tipo de uniones se dio con niñas de apenas 14 años, mientras que cuatro con menores de 13, y dos con niñas de 11 y 12 años.

“En la región San Martín aún se vive esta ola de querer casar a las niñas cuando llegan a la etapa de menstruación. En las etnias las pintan como señal de que pueden ser reclamadas por un varón y normalmente son reclamadas por adultos muy mayores que ellas. Las casan a temprana edad, sin su consentimiento, porque los padres toman decisiones sin pensar en qué es lo que la niña quiere para su futuro, o si quiere estudiar o trabajar”, cuenta la lideresa indígena del pueblo kiwcha, Ibis García Apagueño, sobre la dolorosa realidad de los matrimonios infantiles en el país.

“No les consultan justificando en el tema cultural. Las niñas sufren un impacto psicológico y hay una frustración en el tema de educación porque dejan de estudiar o porque la persona que es su esposo se dedica a llenarles de hijos y a esclavizarle como ama de casa. Muchos de estos matrimonios terminan con feminicidio”, añade.

Actualmente, ser niña en el Perú —más si se trata de una niña pobre—, significa estar expuesta al matrimonio, al abandono de las escuelas, a dejar los sueños atrás. Y no solo eso, anualmente unas 1.200 menores de 10 a 14 años son obligadas a ser madres tras ser víctimas de violaciones sexuales. Incluso hay niñas menores de diez que han alumbrado bebés. El país del horror.
Un estudio de Plan Internacional revela que 6 de cada 10 niñas que fueron víctimas de violencia en su familia de origen recurrieron a una unión libre o matrimonio con una persona mayor.
Un estudio de Plan Internacional revela que 6 de cada 10 niñas que fueron víctimas de violencia en su familia de origen recurrieron a una unión libre o matrimonio con una persona mayor.

Sobre esta situación, Infobae Perú conversó con Hugo González, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en el Perú, quien expone la evidencia estadística sobre las graves afectaciones contra las menores peruanas que caen en las garras del matrimonio infantil.

—¿Cuál es la relación entre estos dos graves problemas sociales, los matrimonios infantiles y, como consecuencia, la alta tasa de embarazo infantil y adolescente? Una exministra de la Mujer señalaba que esas uniones se dan para encubrir, en muchos casos, violaciones contra las menores.

—Pensemos en una niña de 13, que es abusada sexualmente y sale embarazada. Resulta que según el marco legal que existe en el país, una relación sexual con una menor de 14 años es un delito. Y como el embarazo dura nueve meses, ella alcanza los 14 años.

Según la ley, si los padres aceptan esa niña podría casarse a esa edad, pero el origen de la situación fue un delito porque generalmente son hombres adultos. Como es un delito, muchos hombres optan por la unión o el matrimonio para esquivar la situación del delito, porque a esa edad hay una pena alta de cárcel, según el Código Penal. Y entonces lo que sucede es que ese hombre pasa de ser un violador a ser un esposo porque el marco legal lo permite. O pasa de ser un violador a ser un acompañante (conviviente), a través de una unión temprana.

Eso se acepta muchas veces por el honor de la familia o por situaciones de discriminación y violencia de género. No se toma en consideración, si la niña quiere o no casarse o unirse.

—¿Y cuáles son las causas más arraigadas para que se produzcan estos graves fenómenos que afectan a las niñas?

—En primer lugar, por supuesto, las desigualdades de género. Es decir, determinadas normas discriminatorias en contra de la mujer se vuelven como normalizadas y entonces se acepta, por ejemplo, de que una menor o una niña, solo por ser mujer desde temprana edad debe de asumir funciones reproductivas.

Ese escenario o imaginario está construido sobre una base de desigualdad de género. Una mujer, cuando es niña, no necesariamente debe ser visualizada únicamente por su función reproductiva. Por supuesto de que si esa niña cuando llegue a ser adulta desea unirse, casarse, tener hijos, etcétera va a estar en su derecho, pero a esa edad solo debe considerarse su proyecto académico, a continuar en la escuela, a desarrollar todo su potencial para que cuando llegue a ser adulta pueda insertarse en la vida política, social y cultural, económica del país, en situación de igualdad que un varón de su misma edad.

Lo segundo es la pobreza. Las desigualdades socioeconómicas que existen muchas veces a la presión que existe dentro del hogar, cuando son muchos los miembros,muchas veces se empuja a la niña a unirse o a o a casarse con un hombre generalmente adulto, suponiendo que a las niñas les va a ir mejor si este hombre se casa con ella.

Lo tercero es cuando existe violencia intrafamiliar, cuando existe en digamos en el seno del hogar maltrato contra las niñas también es una causal de que esas situaciones sucedan. Igual que es más probable para una niña que no está en la escuela, la falta de información sobre salud sexual y reproductiva.

—¿Cómo termina violentando los derechos de estas niñas tan pequeñas este alto número de uniones forzadas?

—En el caso de las menores de 14 años, el origen de estas uniones o matrimonios infantiles es el abuso sexual, en la mayoría de casos. Porque una menor, sobre todo cuando está frente a un adulto que le lleva a más de 10 años o incluso hasta más, su capacidad de negociación o de consentimiento, de control es totalmente desigual. Una niña de 10, 11, 12, 13 años difícilmente va a consentir una relación sexual. Por lo que el origen es un abuso sexual. Desde ahí, ya hay un daño a la integridad de la menor, hay un daño a su bienestar, a su salud mental.

Lamentablemente cuando esas situaciones suceden, aún cuando exista o no un embarazo, hay tentativas de suicidios.

Otra situación que se sucede, como resultado, es que las niñas abandonan las escuelas y por lo tanto se mina su derecho a la educación. Luego se perpetúa todo un ciclo de violencia y de pobreza. Es un consecutivo de situaciones que van en contra del interés superior de la niña.

Entonces, lo que la sociedad debería de lograr es, por ejemplo, si hay situaciones de familias pobres, pues ayudar a esas familias pobres a salir adelante. Esto ya ha ocurrido en otros en otros países, a través de unas transferencias condicionadas, para que en lugar de que saquen a la niña de la escuela para casarlas y las mantengan estudiando porque en sí misma la educación se vuelve un efecto protector para las niñas y una oportunidad para que más adelante puedan desarrollar todo su potencial y salir de la pobreza.

—Cuando son menores de 14 años se da esta gravísima afectación; sin embargo en cuanto a las adolescentes de 14 a 18 años si bien el marco legal lo permite de todas formas es una situación grave.

—Aquí hay que hacer una diferenciación, se supone de que un adolescente, por ejemplo de 18 años tiene mejor capacidad de consentimiento, pero eso no quiere decir que al igual que una mujer adulta o joven pueda ser objeto de una violación sexual. Lo grave es que, por supuesto, el matrimonio infantil es toda aquella unión o matrimonio que se establece antes de los 18 años y lo grave es que es una acción que el Estado ampara, lo permite legalmente.

Esta situación, en sí misma, es una acción discriminatoria contra las niñas y las mujeres.

—Claro, según las cifras justamente todos los casos de matrimonio infantil son mujeres, no hay varones afectados.

Exactamente, es un efecto de la desigualdad de género, discriminatorio y por eso es que hombres y mujeres lo normalizamos porque nos parece a veces que es una situación que como se ha practicado entonces debe de continuar sin ver cuál ha sido el efecto para las mujeres.

“No se escucha a las afectadas”

—Justamente actualmente hay una discusión en el mismo Congreso y han saltado varios comentarios cargados de prejuicio y violencia, para normalizar y justificar estos fenómenos. Entre ellos se incluye el que son costumbres, que es la idiosincrasia de comunidades alejadas, pero sin tomar en cuenta los aspectos de la vulnerabilidad, la pobreza y la discriminación.

—Al normalizar una situación sobre la base de las percepciones prejuicios o concepciones individuales no tomamos en cuenta lo que la evidencia dice. Lamentablemente, América Latina es la única región en el mundo que a lo largo de los últimos 25 años no hemos logrado disminuir el matrimonio infantil y las uniones tempranas.

Lo vemos normal porque porque hay una desigualdad de género.

Me encantaría que hablaran con las mujeres indígenas. Nosotros conversamos con un grupo de 20 o 22 mujeres indígenas, representantes de diferentes lugares del país y no había una de ellas que decía ‘eso es lo que quisimos para nosotras o queremos para nuestras hijas, quién ha dicho que eso es lo que queremos, lo que queremos es salir de la pobreza, estudiar, ser profesionales tener ingresos y tener el poder de decisión sobre cuándo queremos casarnos’.

Está el testimonio de una de ellas que cuenta que sus padres quisieron casarla a la edad de 14 años y tuvo que huir de su casa porque no quería casarse.

Por qué no escuchamos a las afectadas.

La evidencia es abundante para ver que no hay beneficio para las mujeres en el hecho de casarse o unirse a temprana edad.
Hugo González, representante del UNFPA en Perú.
Hugo González, representante del UNFPA en Perú.

—Ustedes publicaron cifras sobre embarazos infantiles y de adolescentes: que al menos cuatro nacimientos al día se daba entre niñas de 10 a 14 años y que todas por productos de abusos.

—Aún cuando una menor de 14 años que ya ha cumplido la edad permitida tiene un bebé, al menos la mitad de ellos sino dos tercios vienen de una relación sexual cuando ella tenía 13 años. Son abusos.

Normalmente la deserción escolar, que es como uno de los efectos primarios que existe, en las menores de 10 a 14 años se da por la unión o el matrimonio infantil.

En cambio en las de 15 a 19 años, la deserción escolar se da generalmente por el embarazo.

Sin embargo, aunque en las niñas de 10 a 14 años el factor expulsor de la escuela es el matrimonio apenas transcurren seis meses para que se suscite un embarazo.

—Revisando los datos de los nacidos vivos que publica el Minsa también se reporta un número alto de niñas menores de 10 años que han tenido hijos.

—Entonces, volviendo a la plática que me comentabas de algunos congresistas, entonces ¿quiere decir que si por el hecho de existir embarazos y nacimientos en niñas menores de 10 años debemos normalizar esa situación?

Es inconcebible pensar eso.

El legislador minimizó la posición de sus colegas en la Comisión de Justicia del Congreso porque considera que no tienen los conocimientos suficientes. (Canal N)

—Aún así, por el nivel de desigualdad de género, en nuestro país se oponen a que estas niñas accedan al aborto, es por eso que terminaron siendo madres.

—Claro, pero es que en principio no debería de haber abuso sexual. No debería de existir ni unión ni matrimonio antes de los 18 años porque el efecto que tiene es devastador sobre todo para las mujeres.

Ya luego, el aborto terapéutico debería de ser accesible en estas condiciones porque hay un grave daño a la salud mental y a la salud física de las niñas. Las niñas tienen entre cinco y siete probabilidades mayores de morir por una complicación obstétrica derivada de un embarazo, no solo por el hecho de que físicamente sus cuerpos no están preparados, sino que además hay un daño a la salud mental y eso puede llevarlas a una lesión autoinfligida por un rechazo, no solamente al producto de una violación, sino a la violación en sí misma. Y por ende, entonces lamentablemente también fallecer.

En esas situaciones los Estados miembros han acordado revisar sus marcos normativos para permitir que accedan al aborto terapéutico.

—¿En estos casos de matrimonios y embarazos tempranos, el Estado está promoviendo graves violaciones de los derechos humanos de las niñas?

—Por esa situación, la gran pregunta, sería si nosotros tuviéramos hijas, ¿nos gustaría que una de nuestras hijas fueran una de esas más de 50 mil que fueron unidas siendo menores? Un alto número de niñas pasan por una experiencia traumática del abuso sexual producto de los matrimonios infantiles.

Guardar