En Perú, ser niña o adolescente es significado de desprotección, impunidad, dolor y violencia. Desde pequeñas son acostumbradas a vivir bajo un Estado que no vela por la garantía de sus derechos, por el contrario, cada día parece esforzarse por arrebatárselos. Son violadas, torturadas y, sobre todo, abandonadas por el sistema de justicia. Sin importar sus sueños y planes de vida, son forzadas a ser madres —aunque tengan 11 años y el embarazo sea producto de una violación sexual— y obligadas a unirse en matrimonio con sus agresores —pese a que no lo deseen así—.
El debate parlamentario sobre el proyecto de ley que busca eliminar el matrimonio infantil ha motivado la difusión de una serie de afirmaciones falsas sobre el significado de esta unión. Hablar de matrimonio infantil en el país no es hablar de dos adolescentes que se enamoraron y decidieron casarse, como algunas autoridades irresponsablemente han mencionado, sino que representa una cadena de violencia y vulneración de derechos hacia mujeres menores de edad que terminan forzándolas a vivir una vida que no escogieron.
Un informe del diario La República detalló que 464 adolescentes menores de 15 años contrajeron matrimonio en Perú. Dentro de esta alarmante cifra se ha registrado la unión de seis niñas de 11, 12 y 13 años de edad, según el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). La mayoría de adolescentes no se casaron con personas de su edad, sino con hombres adultos. El 98,% de las uniones corresponde a niñas y adolescentes mujeres de 11 a 17 años.
Aunque la opción de contraer matrimonio esté abierto a personas de género femenino y masculino, las principales víctimas son niñas y mujeres menores de 18 años. Así lo confirmó la ministra de la Mujer, Nancy Tolentino, en una entrevista con Canal N.
“Cuando hablamos de matrimonio infantil o de adolescentes, algunos dicen que son forzados, el rostro es de una niña o adolescente. La mayoría de casos se refieren a niñas y adolescentes y, en ese sentido rechazamos contundentemente, porque las menores están en un periodo de formación. No puede ser que con menos de 14 años puedan tomar una decisión tan importante como elegir con quién casarte y con quien procrear hijos”, explicó.
La titular del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) informó que la figura de matrimonio esconde una dura realidad que el país aún no logra erradicar: la mayoría de ellas fueron víctimas de abuso sexual. Pero el traumático episodio que tuvieron que atravesar no finaliza allí, sino que la condena a un futuro que no eligió.
Nosotros perdemos cuando ellas son entregadas para un matrimonio. Perdemos como sociedad cuando se vulneran sus derechos. Ellos y ellas tienen que concluir sus estudios, tener empleos dignos y salarios dignos [...] de los matrimonios que se han mostrado, un número menor son entre adolescentes, pero la mayoría con adultos. Hay una situación de poder muy grande. Los adultos van a ejercer sobre ellas””, afirmó Tolentino.
En conversación con Infobae Perú, la exencargada de la cartera Mujer, Diana Milaslovich, confirmó que se trata de compromisos que van en contra de la voluntad de las menores. “Son uniones forzadas. No les preguntan a las niñas qué es lo que quieren”, resaltó.
Vulneración de derechos fundamentales
El matrimonio infantil, visto como una unión forzada, atenta contra los principales derechos de las niñas obligadas a casarse. Según la organización Save the Children, la causa más común de matrimonio en una menor de edad es un embarazo —mayormente producto de una violación sexual—; sin embargo, a sus corta edad su organismo no está preparado para sacar adelante una gestación, por lo que se exponen a la muerte materna y otras complicaciones. Pese a ello, el Estado no les ofrece la posibilidad de acceder a un aborto. Por ello, su salud se ve comprometida.
“Se trata de una práctica ilegal e inconstitucional no solo porque sobre todo, y en primer lugar, se afectan derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes. Se perjudican derechos tan básicos como el derecho de la libertad, el derecho a la salud y la integridad psicológica y física. También se afecta el libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la integridad sexual que si bien no están específicamente establecidos en la Constitución, eso no quita que sean derechos que han sido ampliamente desarrollados por jurisprudencia y doctrina internacional de órganos de Naciones Unidas”, explicó el abogado Richard O’Diana, representante de la entidad, a Infobae Perú.
“El matrimonio infantil tiene un impacto directo en su cuerpo, ya que va a generar complicaciones que los pueda arrastrar durante toda su vida. Tengamos en cuenta que sus cuerpos no están listos para concebir y tener un bebé. Recordemos que los matrimonios son pactados por los padres de los niños y niñas. Generalmente, algunas personas abusan de estos menores de edad y lamentablemente, en una práctica errónea pero muy generalizada una práctica social, se busca tapar esto mediante estos matrimonios forzosos”, agregó.
Según el abogado, detrás del embarazo que condujo a la menor a ser obligada a casarse se encuentran delitos contra la libertad sexual que buscan ser encubiertos con esta figura legal, lo que le impide a la víctima alcanzar justicia y, por el contrario, la condena a vivir junto a su agresor.
“La obligación legal que tenemos con los tratados internacionales se contrapone con lo que sucede en Perú que es, justamente, una práctica social muy habitual donde producto de un abuso sexual se termina cubriendo este acto mediante este matrimonio forzoso. En este acto, el niño, sobre todo la niña, funciona como una suerte de prevenda entre el abusador y los padres esta niña que prefieren evitar como se dice la vergüenza social en realidad tratar el tema como lo que es: un acto de abuso sexual”, resaltó.
Obligar a las niñas a formar una familia a corta edad también las hace vulnerable de padecer violencia de género, sobre todo, violencia física y psicológica. Según O’Diana, muchas veces estos factores no son tomados en cuenta por los operadores de justicia ni miembros de la Policía Nacional al momento de querer denunciar.
No es un tema “cultural”
En el debate público que la eliminación del matrimonio infantil ha generado ha surgido la afirmación de que estas uniones son parte de la cultura de ciertas regiones del país. Para comprobar estas hipótesis, Infobae Perú se comunicó con la antropóloga Ximena Salazar, investigadora de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), quien reveló que si bien pueden existir algunos grupos étnicos que mantengan esta práctica, la realidad de la unión con una menor de edad en el país está basada en el abuso sexual y no en temas culturales.
La especialista comentó que en Perú los matrimonios infantiles no son tan comunes como en la India, donde es una situación común que una menor de 12 o 13 años se case con un hombre de 50 o 60 años, pero sí se registran casos de niñas de 10, 11, 12 o 13 años que contraen matrimonio con hombres que les duplican la edad. “Esto no tiene nada que ver con la cultura peruana, esa falacia hay que erradicarla. [...] podría ser que esa situación se vea en algunos grupos étnicos de la selva, pero eso no es generalizable a decir que por esa razón hay que permitir que las niñas se deben unir a hombres adultos”, precisó.
“No podemos utilizar como argumento lo que pudiera estar ocurriendo en algunos grupos étnicos donde la cultura puede proteger esa situación. Si se da en una situación cultural específica es porque está dentro de esas costumbres, pero una situación específica cultural en un grupo étnico no se puede trasladar a un país porque lo que estamos viendo es violencia de género contra las niñas”, detalló.
La experta del Centro de Investigación Interdisciplinaria en Sexualidad, Sida y Sociedad (CIISS) señaló que el país tiene una política pública nacional que está basada principalmente en la Constitución Política del Perú, específicamente en el artículo 4, el cual indica que la niñez debe ser especialmente protegida por el Estado peruano y la comunidad, además de estar avalado por los estándares internacionales de derechos.
“Lo que está ocurriendo, y creo que es lo más importante, es que se intentan justificar estos matrimonios que son una forma de violencia contra las niñas y adolescentes. La legislación tiene muchísimas contradicciones porque, a pesar de que hay un consentimiento de tener relaciones sexuales de las adolescentes a partir de los 14 años, el matrimonio no está proscrito y cuando se realiza una unión temprana de manera forzada o con motivo de intercambio puede constituir esclavitud o trata de personas, y eso está penalizado con privación de libertad”, cuestionó.
Niñas sin voz
Más de 5 mil niñas y adolescentes fueron víctimas de matrimonio infantil en los últimos años en Perú. Aunque es importante enfatizar que estas uniones fueron forzadas, también es importante resaltar la imposibilidad en la que se encuentran las menores para oponerse a este compromiso. La mayoría de las niñas están bajo la presión de sus padres y, aun si tuvieran la intención de rechazar esta decisión, no serían escuchadas, según Salazar.
“Cuando una niña de 13 años por diferentes razones es obligada a unirse con un hombre mayor de edad, sea de 23 24, 25, 30 o 40 años, esta niña no tiene voz para decir que no está de acuerdo, son sus padres los que deciden por ella. A veces hay intereses de por medio y no tiene nada que ver con la cultura, tiene que ver con la pobreza”, recalcó.
“Cuando una pareja tiene 30 años y la menor 14, esa niña no puede decir frente al juez por qué está en contra porque probablemente los padres estén a favor por alguna razón. Lo que hemos visto en investigaciones es que muy pocas veces los padres se oponen a estas uniones. Además, muchas de esas uniones no se constituyen en matrimonio civiles, sino en convivencia y regular la convivencia es bien difícil”, añadió.
Vidas frustradas
El matrimonio infantil no solo consiste en una vulneración a los derechos de los menores involucrados, sino que también perjudica sus planes de vida. Para Ximena Salazar, esta unión perpetúa el ciclo de progreso de las niñas y adolescentes, pues al convertirse en mamás dejan los estudios, aunque existen normas que les permita continuar en la escuela aún estando embarazadas. “Hemos visto muchos casos donde los padres y las madres ya no las quieren enviar al colegio”, manifestó.
Según informó a este medio, este impedimento también se ve influenciado por el machismo en la relación conyugal, pues los hombres mayores no les permiten a las menores acudir a clases. “Les dicen que necesitan trabajar en la casa o cuidar al al bebé que han tenido, entonces, la menor ya no regresa a estudiar. Hay una frustración educativa como también producto una maternidad temprana”, expresó.
Asimismo, señaló que esto es parte de una forma de control del adulto sobre la niña, lo cual incrementa la posibilidad de que la víctima padezca de violencia de género a sus cortos 13 o 14 años.
Por su parte, el abogado Richard O’Diana aseguró que se crea un estigma social que impactará negativamente en el desarrollo de la menor, pues al ser madres se le corta la línea educativa y al momento de buscar trabajo terminen siendo subempleados o laborando en una oferta informal que perjudicará su economía.
“Una niña que es embarazada a los 12 años y que por eso es forzada a casarse, está viendo trunca todo el desarrollo de lo que posiblemente ella pudo haber sido: estudiar en la universidad, conseguir un buen trabajo, que tal vez quisiera haber sido deportista, se le está obligando a estar a una persona que posiblemente abusó de ella”, manifestó el vocero de Save the Children.
Atenta contra tratados vinculantes de Perú
En lo que concierne a temas legales, el país está vinculado a tratados internacionales que buscan que los países adscritos tomen medidas en contra de todas las formas de violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas, entre estas se encuentra el matrimonio infantil. Por ejemplo, la Convención de la eliminación de Discriminación contra la Mujer invalida la unión con un menor de edad o entre menores.
“No tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el matrimonio de niños y se adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de carácter legislativo, para fijar una edad mínima para la celebración del matrimonio y hacer obligatoria la inscripción del matrimonio en un registro oficial”, enfatiza.
“Hablamos de una acción prohibida, de una acción ilegal, lo dicen los tratados internacionales [...] los Estados tienen que implementar medidas para combatir justamente esos matrimonios forzosos entre menores de edad o con menores de edad [...] Son tratados que el Perú ha firmado y tiene que hacerle caso”, detalló el abogado O’Diana.