Clavar una banderilla afilada en el cuerpo de un animal capaz de sentir dolor es un hecho violento innegablemente para cualquier persona.
No se trata de suposiciones del colectivo de derechos animales sino que la ciencia lo dice: el toro es un mamífero que posee un sistema nervioso central que le permite sentir dolor.
Lo mismo sucede con las peleas de gallos: mantenerlos en una jaula durante toda su vida y someterlos a peleas a muerte, donde les infieren cortes con navajas, lea produce sufrimiento, incluso si el animal sobrevive, ya que casi siempre resulta seriamente herido por su contendor.
Pero no solo se trata de actividades moralmente cuestionables, la tauromaquia y las peleas de gallos son injustas porque esos animales no eligen estar ahí. No eligen pelear, no eligen ser sometidos a batallas sangrientas en las que nunca van a ganar, no eligen ser privados de comida si pierden, no eligen ser separados de sus familias y obligados a competir con otro individuo de su especie que en condiciones naturales no sería su enemigo. Ninguno de ellos elige morir.
Por estos días se debate en la Comisión de Cultura del Congreso el proyecto de ley 02828/2022, del congresista Juan Burgos de Podemos Perú, que busca que ambas costumbres crueles sean declaradas como manifestaciones culturales. Esta propuesta, que tiene como coautores a los parlamentarios José Luna y Enrique Wong solo significa un retroceso en el avance de nuestra sociedad.
Mantener espectáculos caducos donde se tortura animales frente a miles de personas es un sinsentido que nos muestra ante el mundo como un país donde no se respeta la vida.
El Ministerio de Cultura, ente encargado de otorgar dicho carácter cultural, señala en el reglamento de la Ley 30870 que ningún evento donde se fomente la violencia hacia los animales puede recibir esa denominación.
¿Pretende el Congreso de la República aprobar una iniciativa en beneficio de una actividad considerada un acto de crueldad por el 73% de peruanos (Ipsos, 2013)?
Existen ciudades como Cataluña (España) donde la tauromaquia fue prohibida y alrededor del mundo muchas plazas de toros se están viendo obligadas a cerrar por falta de público ¿Por qué el Parlamento Nacional estaría de acuerdo con ir en sentido contrario al clamor de la gente de que acaben estas actividades de tortura animal?
Hace algunos meses, en noviembre del 2022, en Proyecto Libertad denunciábamos que cinco de siete toros que fueron traídos desde España al Perú, para la “Feria del Señor de los Milagros”, murieron en el avión que los trajo a Perú. Esos 5 individuos perecieron solos, aterrorizados y encerrados en cajas pequeñas donde apenas podían moverse ¿El gusto de algunos por ver este tipo de espectáculos terribles justifica esas muertes?
Por supuesto que no. Ni la tauromaquia ni las peleas de gallos tienen justificación alguna
Todos debemos unirnos para rechazar este proyecto de ley en contra de los animales. Ingresa AQUÍ y vota en contra de esta propuesta descabellada. También puedes ayudar a los animales escribiendo en tus redes el hashtag #CulturaSinTortura y etiquetando a los autores de esta iniciativa.
La cultura promueve valores positivos. Hacer sufrir a inocentes es todo lo contrario.