Las niñas y adolescentes están desprotegidas en el Perú. Y es que en los últimos cinco años se registran al menos 2,000 matrimonios infantiles y, además, anualmente unas 1,200 menores de 14 años son obligadas a ser madres tras ser víctimas de violaciones sexuales.
La alta tasa de abusos sexuales no se ha detenido ni siquiera en pandemia. Ante la crítica situación que viven las niñas del país, la exministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Diana Miloslávich, reflexiona con Infobae Perú sobre las necesidades más urgentes para luchar contra estas problemáticas, que truncan los sueños y proyectos de vida de las menores, sobre todo el de las más pobres.
También responde al legislador de Perú Bicentenario, José Balcázar, quien se atrevió a señalar que “la medicina legal dice que las relaciones sexuales tempranas ayudan al futuro psicológico de la mujer”, sin tomar en cuenta las condiciones de vulnerabilidad de miles de menores que se vieron obligadas a unirse con hombres mayores cuando apenas salían de la niñez.
— ¿Qué es lo que refleja sobre el machismo en la sociedad peruana, el hecho de que justamente estas uniones con menores estén normalizadas? Hemos oído declaraciones de algunos congresistas en la Comisión de Justicia que se oponían a modificar el Código Civil, y que estas uniones tempranas se sigan dando.
Creo que el machismo es difícil que disminuya en nuestro país, en un sistema patriarcal en el que vivimos. Sin embargo, como también tenemos que dar respuestas rápidas de corto, mediano plazo, a mí sí me parece que los cambios legales que se tengan que hacer son fundamentales.
La mayor parte de estas maternidades tempranas tienen que ver, digamos, también con casos de violación. Entonces, una niña en este país que es violada, en muchos casos es violada por su padre, por un familiar, el nivel de violación fuera del ámbito familiar es menor y que esta niña no pueda interrumpir su embarazo con un aborto terapéutico porque está en riesgo su salud, digamos, las expone a estas niñas,
En un Congreso que no tiene ninguna legitimidad, escuchar lo que algunos congresistas han dicho respecto de esta situación que están viviendo las niñas… Yo creo que no habría que tomarlos en cuenta, porque creo que no tienen ninguna preocupación ni por las infancias ni por la ciudadanía en general.
Pero sí me parece que lo poquito que había para salvaguardar algunas posibilidades para estas niñas, más bien las legislaciones que han ido aprobando, han puesto incluso hasta en riesgo el aborto terapéutico. Un embarazo a una niña de 8, 9, 10 años sí es un riesgo para su salud. Y sí, se podría aplicar el aborto terapéutico, pero con las nuevas legislaciones que han aprobado lo que va a hacer es que se creen nuevas barreras y trabas en el sistema de salud. Y ya hemos visto un caso que ha aparecido en Twitter, luego lo bajaron, sobre una interrupción del embarazo que aparece la supuesta persona [detenida] con la Policía. Bueno, la Policía, en lugar de estar preocupada por el índice de criminalidad, robos que hay, está preocupada, digamos, de perseguir a esta mujer.
— Justamente esta serie de normativas que vulneran los derechos de las mujeres en general, que vienen desde el Congreso, ¿cómo, terminan afectando a estos grupos más vulnerables aún, que son, por ejemplo, las niñas y adolescentes que, justamente por producto de violaciones, terminan embarazadas?
Yo creo que estamos en un retroceso con un Congreso tan conservador y con tan poca disposición para salvaguardar derechos de las niñas, adolescentes, mujeres. Lo que ha primado es una legislación para recortar los derechos que ya habíamos ganado.
Y bueno, lo único que hay que esperar es que haya un adelanto de elecciones, tengamos un nuevo Congreso y la posibilidad de que todos estos cambios que han dado se puedan revertir en otro escenario político.
— Para justificar el matrimonio con menores, el matrimonio forzado, se habla mucho de que son costumbres de ciertas comunidades o que ellas voluntariamente deciden esto. ¿Qué tanto de mito hay en estas afirmaciones?
Bueno, yo creo que hablan los prejuicios, nunca le dan voz a las afectadas. Mira el caso de hoy día, esta niña que ha estado secuestrada cuatro días por un colectivero y que ella mandó un mensaje y por el GPS han podido ubicarla. Ha salido el colectivero a decir que han tenido relaciones consentidas con la niña. Ese señor la ha secuestrado y eso es violación. Si ella no hubiera mandado un mensaje, no lo hubieran ubicado. O sea, es inconcebible que salga este señor a decir que han tenido relaciones consentidas. No pueden ser consentidas, han sido en el marco de un secuestro. El secuestro ha durado cuatro días.
— ¿Esto mismo se puede aplicar en el caso justamente de estas uniones tempranas. O sea, ¿se puede decir que son forzadas o forzosas?
Son uniones forzadas. No les preguntan a las niñas qué es lo que quieren.
Sin embargo, no es algo que solamente sucede en el Perú. Es una práctica generalizada en casi todos los países. Lo que pasa en Perú ahora es que hay una mayor visibilidad de estas situaciones. Antes había menos información en el Estado de lo que ahora podemos tener.
— Qué tan falso es que justamente también se justifique estas uniones forzadas y embarazos tempranos, señalando que son costumbres de las comunidades más alejadas, ya sean amazónicas o andinas.
Bueno, hay informes de hace más de diez años, digamos, vinculados a la población awajún, de niñas en el sistema educativo violadas por un maestro. Fueron embarazadas por el maestro. Incluso, hubo una subcomisión en el Congreso que trató el tema.
¿Cómo vas a determinar que es cultural? O sea, ¿es cultural que un maestro llegue a una población awajún y viole a las niñas?
— No lo es, pero justamente muchas creencias erróneas señalan esto. Incluso en el debate del predictamen que busca limitar el matrimonio con menores se argumentó que se tratan de costumbres. Se oye mucho.
Son sectores del Congreso que presentan posturas antiguas, del siglo pasado.
— Deberían verse así, pero lamentablemente aún no. Son bastante vigentes.
Sí, lo que pasa es que también hay una consolidación de congresistas que, más que responder a los avances que ha podido tener el Perú sobre los compromisos internacionales, responden más también a esa mirada fundamentalista de las iglesias y el conservadurismo.
— También hay una alta prevalencia incluso de maternidad de niñas menores de 10 años. ¿Cuál es uno de los pasos más importantes para luchar contra este problema?
Uno de los pendientes que ha quedado [en el Ministerio de la Mujer] es la reestructuración del Programa Aurora, que tiene la Línea 100, todos los Centros de Emergencia Mujer a nivel nacional. Es el programa de prevención de la violencia contra la mujer y familiar más grande que tenemos. Y desde que nació no ha tenido cambios y entonces se inició un proceso de reestructuración a pedido de las organizaciones, de las víctimas y los familiares y todo eso se quedó en camino. No hubo continuidad, cuando me fui estábamos cerrando los informes para hacer los cambios.
El MIMP tiene que insistir en hacer cambios en el modelo de atención, cambios en la estructura y que hay que buscarle capacitación para el personal que trabaja no solamente en el Ministerio de la Mujer, sino que trabajan en el Ministerio de Justicia, en el Ministerio del Interior, en el Ministerio de Salud, en el Ministerio de Educación.
Los operadores y operadoras que trabajan con víctimas, con los niños, niñas y adolescentes, no están preparados porque no han tenido ningún curso de especialidad ni hay ninguna especialización en el sistema universitario
Tenemos cerca de más de 4,500 trabajadores y trabajadoras en el Programa Aurora, entre psicólogos, abogados, y trabajadoras sociales tampoco, que tampoco han tenido una especialidad ni en violencia ni en temas vinculados a la agenda de las mujeres.
Por eso es que veníamos insistiendo en que se cree el centro de los estudios para la prevención de la violencia contra la mujer y el grupo familiar. Estaba previsto ya en una legislación de varios años, lo dejamos encaminado como algo transitorio hasta que el sistema universitario del Perú tome como una prioridad especializada a sus profesionales en alguna de las ramas para que mejore la calidad de los servicios en el Estado peruano.
Incluyo también salud, que son los que atienden los casos de esa maternidad temprana e incluyo también a los maestros y maestras en el sistema educativo.
— Finalmente, qué otras acciones se deben tomar para enfrentar más eficientemente las problemáticas de las uniones tempranas y los embarazos infantiles y de adolescentes. Ambos problemas truncan el futuro de las niñas.
El Ministerio de Educación también debe tener un rol importante para enfrentar estas problemáticas, pero con los cambios que ha habido también están paralizados.
Entonces, más bien, hay que hacer un llamado a los gobiernos regionales, alcaldes, alcaldesas que también tienen competencias en sus territorios para garantizar los derechos de estas niñas. La legislación les da competencias, la obligatoriedad de instalar mesas de seguimiento en gobiernos regionales y provinciales. Esperamos que se hagan.
Los tres niveles de gobierno deben trabajar juntos y que haya más apertura con organizaciones de sociedad civil que trabajan por los derechos de las niñas y las mujeres