La empresaria Lisset Cusqui, vivió una pesadilla el pasado viernes 23 de junio en el distrito de Los Olivos. Como todos los días, dejó a su hijo en el colegio. Eran alrededor de las 7 y 40 de la mañana, cuando se disponía regresar a su casa. Estaba dentro de su camioneta cuando fue interceptada por delincuentes, quienes dispararon a su seguridad y la secuestraron.
Por fortuna, la Policía Nacional del Perú actuó de inmediato. Tras una denuncia al 105, se inició la persecución y los delincuentes fueron presos del miedo. Amenazaban a la empresaria con dispararle. Mientras ella rogaba por su vida.
“(Cuando empezó la persecución policial) Todos estaban desesperados. Yo les dije, entonces tírame por acá, déjame por acá. Váyanse ustedes, yo no voy a hablar nada. (Los secuestradores) me decían cállate, insultándome. Si nos meten plomo, yo te meto plomo a ti, tú te vas conmigo. Yo les decía que tenía un hijo, que por favor no me hagan daño y ellos nada”, recordó Lisset Cusqui en una entrevista para Cuarto Poder.
“Me decían: agradece que he esperado que entre tu hijo al colegio. Para mí es un milagro, es como volver a nacer. Ahora mi mamá y mis hermanos cómo estuvieran, todos preocupados por mí y mi hijo preguntando”, agregó entre lágrimas.
Exitoso operativo
El teniente de la PNP, Martín Perales, y el suboficial de la PNP, Ángel Farfán formaban el equipo que se mantuvo a unos metros del auto de los delincuentes. Sus acciones lograron la detención de los secuestradores y el rescate de la empresaria.
“Cada vez que nos acercábamos más, ellos abrían fuego. Sacábamos el arma de fuego y disparaban. Nosotros no podíamos responder porque no sabíamos donde estaba la señora. Sabíamos que había una persona dentro del vehículo, pero no conocíamos si estaba hacia la izquierda derecha del auto”, contó el teniente de la PNP, Martín Perales, de la Comisaría Sol de Oro.
“Con la maniobra que realizó mi hermano policía (Ángel Farfán) manteniendo la moto estable logré pararme sobre la moto, apoyarme en su casco y realizar los disparos controlados, que son los tiros selectivos para neutralizar la amenaza y poderla controlar”, añadió el teniente.
Martín Perales tiene nueve años de servicio policial, estuvo en el Escuadrón Verde, fue miembro de la Policía de Salvataje y fue integrante de la unidad operativa USE. Mientras que el suboficial Ángel Farfán, tiene cinco años en la Policía Nacional. Ambos arriesgaron sus vidas para enfrentar a los peligrosos delincuentes en un fuego cruzado que terminó de forma exitosa.
La persecución inició a las 7 y 38 de la mañana desde la puerta del colegio Liceo San Agustín, cerca a Canta Callao, y terminó pasada las 8 de la mañana en la cuadra 3 de la avenida Santos Chocano a espaldas de la Comisaria de Sol de Oro.
“Se hizo tráfico adelante y el chofer, al ver que no podía avanzar, se dio la fuga, y sin chofer el vehículo no avanza y es donde entramos todos”, contó Ángel Farfán.
Los detenidos fueron identificados como Anderson Méndez Tovar, 26 años; Frank Silva Romero, de 31 años. Ambos negaron haber secuestrado a la empresaria, señalaron que estaban robando. Sin embargo, el tercer detenido, identificado como Willy José Alfonso Palacios, de 30 años, confesó que estaban secuestrando a la madre de familia.
¿Quién podría ser el culpable?
Tras el violento momento vivido, Lisset Cusqui, la víctima de secuestro, aseguró que sospecha de su expareja y padre de su hijo, debido a que tienen una muy mala relación con él. Si embargo, también sospecha de sus amigos e incluso de sus familiares.
“Es el padre de mi hijo, pero también puedo sospechar de él. Con el papá de mi hijo no tengo comunicación, no desde el mes de marzo porque hemos tenido problemas. Él tiene una orden de alejamiento conmigo, no cumplió esa orden en el mes de abril. Esto que me ha pasado no se lo deseo a nadie”, señaló la madre de familia.
“Espero que se continúe con la investigación para saber quién ha mandado a hacer esto, así sea quien sea. No quiero ser ligera, pero así sea el padre de mi hijo. Hasta alguien de la familia puede ser, nadie sabe o quizás alguna amistad, pero que sigan las investigaciones para que se dé con el culpable”, agregó.
La llamada de emergencia al 105 logró frustrar el secuestro de la empresaria, si no otros hubiera sido el final de la historia. “Si no se hubiera dado los datos completos y precisos, posiblemente no se hubiera ubicado el vehículo. Solo con que falte uno o dos dígitos de la placa desvía la atención de la policía, pero en este caso fue preciso el tipo de vehículo, las personas que estaban en el interior y todos estos fueron elementos para hacer la persecución en el momento de la captura”, explicó el general de la PNP y director de la Región Policial Lima, Roger Pérez.