Víctor Hugo Montalvo es un ejemplo destacado de la filosofía del ‘hazlo tú mismo’ en el Perú. Aunque esta mentalidad puede haber lejos de nuestro país, no hay otro lugar en todo el continente americano donde se aplique de manera tan efectiva.
Una de las principales razones de esto radica en las numerosas dificultades que enfrenta cualquier persona al iniciar un emprendimiento sin contar con el respaldo financiero de terceros. Para triunfar en nuestra nación con un negocio propio, es necesario enfrentar obstáculos desde cero y tropezar una y otra vez hasta alcanzar el anhelado éxito.
Montalvo conoce bien este tipo de esfuerzo. Como dueño y fundador de Montalvo Salón & Spa, una de las cadenas de salones de belleza más importantes del Perú, ha vivido en carne propia los desafíos del emprendimiento. Sin embargo, convertir su marca en una de las más influyentes del país no fue una tarea que se materializara de la noche a la mañana. Ha dedicado 28 años de arduo trabajo para lograrlo.
Y ahora, desde Colombia, donde está inaugurando su primer instituto en el extranjero, Víctor Hugo Montalvo se dispone a compartir su historia con Infobae Perú.
Inspiración e inicios
En un rincón remoto de la provincia de Huari, en la región de Áncash, nació un niño con grandes sueños. Su nombre era Víctor Hugo Montalvo Blas y desde muy temprana edad supo que su destino no se limitaría a las fronteras de su pequeña ciudad natal. “Mi gran inspiración siempre ha sido y será mi familia”, señaló.
A los 11 años, en busca de un futuro prometedor, dejó atrás el calor y la seguridad del hogar paterno y se aventuró hacia Lima, la capital del Perú. En esta gran metrópolis, encontró refugio y apoyo en los brazos de sus queridos tíos, quienes residían en la pintoresca ciudad de Barranca.
Los años pasaron y el joven Víctor Hugo encontró trabajo junto a sus tíos en el próspero negocio de la venta de plásticos. Aunque les iba bien, la ambición y el deseo de independencia lo llevaron a tomar la decisión de mudarse a la bulliciosa capital, convencido de que podría forjar su propio destino. Así, a los 20 años, se convirtió en un valiente vendedor ambulante en el distrito de Magdalena del Mar.
Con su experiencia previa en el negocio de los plásticos, el joven emprendedor decidió ofrecer una amplia gama de utensilios de cocina y recipientes de plástico como su nuevo medio de vida.
Durante un año y medio, perseveró en esta labor, ahorrando cada centavo con gran esperanza, hasta que finalmente logró reunir el capital necesario para abrir su propia tienda en un mercado local.
El destino quiso que su pequeño establecimiento estuviera ubicado justo frente a una bulliciosa peluquería que atraía a multitudes de personas en busca de un cambio de imagen. La cercanía entre estos dos negocios no pasó desapercibida para Víctor Hugo Montalvo, quien pronto se sintió intrigado por el mundo de la belleza y la moda estética.
“Toda mi vida estuvo vinculada al mundo de la belleza, sin embargo, durante mi juventud, era comerciante de plásticos y me iba muy bien. Pero la pasión por la belleza me ganó”, recordó el ahora exitoso empresario.
El salto para el estilismo
En 1994, Víctor Hugo decidió aventurarse en el negocio de las peluquerías. Junto a su tienda de plásticos, abrió su primera peluquería a la que bautizó con el nombre de Vitto’s.
Desafortunadamente, el éxito no le sonrió en esta ocasión y su empresa enfrentó dificultades que lo llevaron al cierre en menos de un año. A pesar de este revés, no se dejó vencer por la adversidad y mantuvo viva su pasión por el mundo de los peinados.
Decidido a seguir adelante, el empresario de Áncash le dio una segunda oportunidad a su sueño de establecer una peluquería exitosa. Consciente de los riesgos involucrados, se mantuvo en el negocio de los plásticos mientras esperaba el momento adecuado para reintroducirse en la industria de la belleza.
“Fracasé en más de una ocasión, y definitivamente la falta de experiencia fue la principal razón de mis primeros fracasos. Pero tuve una gran perseverancia para levantarme de los fracasos y volver a empezar”, anotó.
El viaje a Chile
El punto de inflexión llegó en 2001 durante un viaje a Chile. Mientras recorría las calles de Santiago, Víctor Hugo se encontró con una feria de belleza que capturó su atención y despertó su espíritu emprendedor. Inspirado por la experiencia y las oportunidades que encontró allí, regresó a Lima con una visión renovada.
“En Chile me di cuenta de la magnitud y el potencial de esta gran industria. También me di cuenta de que nuestro país estaba rezagado en comparación con otros países en la industria de la belleza”, explicó.
Con una propuesta fresca y renovada que combinaba servicios de peluquería y spa, el emprendedor inició su anhelada cadena de salones de belleza. El éxito no se hizo esperar y la reputación de su nuevo negocio se expandió rápidamente por toda la ciudad de Lima y más allá.
“Abrí mi primer local en Magdalena, ahí fue donde todo comenzó. Luego abrí mi segundo local en Jesús María. Estos dos distritos son muy significativos para mí”, recordó.
Éxito insospechado
En la actualidad, Montalvo Salón & Spa ha alcanzado el estatus de ser la cadena de salones de belleza más grande y reconocida del Perú. Su éxito se refleja en las 73 sedes estratégicamente ubicadas en Lima y otras regiones del país, donde ha logrado satisfacer las necesidades de belleza y cuidado personal de miles de clientes.
Esta empresa de belleza se ha destacado por contar con un equipo de profesionales altamente capacitados y comprometidos con la excelencia. Para asegurar esto, Víctor Hugo ha establecido un instituto de formación con más de 15 sedes a nivel nacional, donde se imparten programas de capacitación y actualización para el personal. De esta manera, se garantiza que los estilistas y especialistas estén al tanto de las últimas tendencias y técnicas en el campo de la belleza.
Además, en su constante búsqueda por adaptarse a las necesidades del mercado, amplió su oferta de servicios para incluir una atención exclusiva para hombres bajo la marca Montalvo For Men. Reconociendo que el cuidado personal y la estética no son exclusivos de las mujeres, creó un ambiente acogedor y especializado para satisfacer las demandas y preferencias de los hombres en cuanto a cortes de cabello, tratamientos capilares, afeitado y otros servicios de cuidado masculino.
La visión emprendedora y el enfoque en la calidad han llevado a la compañía de Víctor Hugo Montalvo a consolidarse como una referencia en la industria de la belleza en el Perú.
Con respecto a los institutos, recientemente el empresario de belleza expandió su exitoso negocio más allá de las fronteras peruanas: inauguró una nueva sede en el hermano país de Colombia, específicamente en la prestigiosa Zona T, el lugar más comercial y exclusivo de Bogotá. Y tiene planes de abrir próximamente en otros países como Ecuador, Chile, Panamá y El Salvador.
La historia de Víctor Hugo Montalvo y su cadena de salones de belleza es un ejemplo inspirador de perseverancia, determinación y visión empresarial. Desde sus humildes comienzos como vendedor ambulante hasta el éxito alcanzado con Montalvo Salón & Spa, ha demostrado que los sueños pueden hacerse realidad cuando se combina la pasión con el trabajo duro y un enfoque estratégico.