Lima se encuentra ante una gran problemática en términos de accesibilidad y diseño urbano para las personas con discapacidad. A pesar de contar con leyes y normativas que buscan garantizar la inclusión de este sector de la población, la realidad es que la ciudad no satisface adecuadamente sus necesidades.
La diversidad y la inclusión son valores fundamentales para una sociedad justa y equitativa, y es esencial que todas las personas, independientemente de sus capacidades, tengan igualdad de oportunidades y puedan participar plenamente en la vida de la ciudad. Sin embargo, en nuestro país, esta igualdad de acceso y participación aún está lejos de ser una realidad para las personas con discapacidad.
Leyes a favor de las personas con discapacidad
La Ley de Presupuesto Fiscal 2023 establece la obligación de destinar el 1% de los presupuestos a la atención de personas con discapacidad. Sin embargo, el cumplimiento de esta ley es prácticamente nulo en las políticas de inversión de las autoridades regionales y municipales. Esta falta de compromiso y conciencia refleja la escasa importancia que se le otorga a garantizar entornos inclusivos en la ciudad.
A pesar de que existe una normativa de accesibilidad modificada en 2009, la cual establece que los edificios deben contar con características y dimensiones adecuadas para personas con discapacidad, muchos de ellos se construyen sin tener en cuenta estas especificaciones. Esto dificulta la movilidad y la independencia de este sector de la población, ya que no cuentan con rutas accesibles, superficies adecuadas, puertas, rampas y barandas accesibles.
Transportarse en Lima es un desafío
El transporte público también representa un gran obstáculo para las personas con discapacidad en Lima. Los buses y otros medios de transporte público no están diseñados para satisfacer sus necesidades, como la falta de espacio para sillas de ruedas, asientos reservados y sistemas de anclaje.
Aunque existen medios de transporte masivos como el Metropolitano que inclue estos espacios, la falta de rampas y señalización adecuada dificulta la orientación y movilidad de las personas con discapacidad visual o auditiva.
El arquitecto Luis Arias expresó su preocupación por la falta de diseño accesible en Lima. Según el especialista, la ciudad no está siendo planificada, ni construida pensando en las necesidades de las personas con discapacidad. En sus declaraciones, resaltó la importancia de adoptar un enfoque inclusivo desde las etapas iniciales de diseño y planificación urbana.
Arias enfatiza que la accesibilidad no se reduce a cumplir con normas técnicas, sino a crear entornos que fomenten la participación plena de todas las personas, independientemente de sus capacidades. Destaca que la falta de diseño accesible en Lima no solo afecta a las personas con discapacidad, sino que también limita la calidad de vida de la población en general.
El arquitecto instó a las autoridades y a los profesionales correspondiente a asumir su responsabilidad en la creación de entornos inclusivos. Es esencial promover una mayor conciencia sobre la importancia de la accesibilidad y capacitar a los arquitectos, ingenieros y urbanistas en diseño universal y en la aplicación de las normas y pautas de accesibilidad.
El diseño inclusivo implica la eliminación de barreras físicas y considerar aspectos como la orientación espacial, la señalización adecuada, la iluminación apropiada y la integración de tecnologías accesibles.
Son más de 3 millones de peruanos
Datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) muestran que en Perú, hay 3 millones 209 mil 261 personas con discapacidad, lo que representa el 10.3 % de la población nacional. A pesar de esta cifra significativa, la atención y el apoyo a las personas con discapacidad siguen siendo insuficientes. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables señala que el 39.87 % de las personas con discapacidad no cuenta con el apoyo necesario para realizar sus actividades diarias.
El problema de la falta de accesibilidad y diseño inclusivo en Lima no se limita solo a los espacios físicos y al transporte público, sino que también afecta otros aspectos de la vida diaria. La falta de señalización adecuada en las calles y los cruces peatonales dificulta la movilidad segura de las personas con discapacidad visual. Además, la escasez de servicios y recursos de apoyo, como centros de rehabilitación y programas de inclusión laboral, limita las oportunidades para las personas con discapacidad.
Las dificultades de desplazarse solos
En un informe de TV Perú, se han evidenciado los desafíos a los que se enfrentan las personas con discapacidad para movilizarse en la capital, Lima. Una de las principales problemáticas se relaciona con las medidas inadecuadas de las rampas, lo cual dificulta su uso independiente. Las personas con discapacidad a menudo requieren asistencia para poder desplazarse en la ciudad.
La falta de adecuación en las dimensiones de las rampas es una barrera significativa. Las rampas demasiado empinadas y estrechas dificultan el acceso de sillas de ruedas y otros dispositivos de movilidad. Esto no solo afecta su autonomía, sino que también representa un riesgo para su seguridad.
Además, la necesidad de depender de la asistencia de otras personas para movilizarse crea una dependencia no deseada. Las personas con discapacidad tienen el derecho de disfrutar de su independencia y autonomía en sus actividades cotidianas, incluido el transporte.
Es fundamental que se realicen mejoras en la infraestructura urbana para garantizar que las rampas cumplan con las dimensiones adecuadas y sean accesibles para todos. Esto implica tener en cuenta los estándares de diseño universal y garantizar que las medidas se ajusten a las necesidades de las personas con discapacidad.
Es crucial que las autoridades a nivel regional y municipal asuman un compromiso real para mejorar la accesibilidad y el diseño inclusivo en Lima. Esto implica invertir en la infraestructura necesaria, capacitar a los profesionales en diseño universal y concienciar a la población sobre la importancia de la inclusión. Además, es fundamental escuchar y tener en cuenta las necesidades y experiencias de las personas con discapacidad para diseñar soluciones efectivas.
Si bien se han realizado algunos avances en los últimos años, aún queda mucho por hacer para lograr una Lima verdaderamente inclusiva. La colaboración entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad en general es crucial para superar los desafíos y garantizar que todas las personas, independientemente de su discapacidad, puedan disfrutar plenamente de la ciudad y ejercer sus derechos. La inclusión no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que enriquece a toda la sociedad al aprovechar talentos, habilidades y perspectivas diversas.