El rol de la conservación en la emergencia climática: un modelo a seguir en Latinoamérica

Necesitamos movilizar y canalizar recursos para abordar un enfoque integral de conservación ambiental y participación comunitaria para marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático.

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Se logró la recuperación de
Se logró la recuperación de 226 variedades de papa utilizando prácticas ancestrales. (Andina)

En medio de la urgente necesidad de abordar la crisis climática global, Naciones Unidas declaró el 28 de julio de 2022, el derecho universal de las personas a un medioambiente saludable. Un año antes, el Congreso peruano también tomó una decisión crucial al aprobar la declaración de emergencia climática en el país. Ambas declaraciones representan un paso significativo en la dirección correcta y demuestra el reconocimiento por parte de nuestras autoridades de la gravedad de la situación.

Sin embargo, es importante destacar que no es suficiente simplemente declarar una emergencia, sino que se requiere un compromiso real y acciones concretas para enfrentar este desafío.

El cambio climático es una amenaza apremiante para el Perú, para la región Latinoamérica y para el mundo entero. Estamos presenciando cada vez más fenómenos extremos, como sequías prolongadas, inundaciones devastadoras y tormentas más intensas, que ponen en peligro la seguridad y el bienestar de nuestras comunidades. Además, la subida de las temperaturas globales está acelerando el derretimiento de los glaciares de los Andes, lo que podría tener consecuencias catastróficas para la disponibilidad de agua en el futuro. Sin mencionar, el fenómeno del niño, con mayor frecuencia en sus consecuencias devastadoras.

Si no actuamos con firmeza, el futuro será incierto. Las generaciones futuras merecen un futuro sostenible, y eso solo será posible si todos nos comprometemos a tomar acciones ambiciosas para mitigar el cambio climático.

En este contexto, la conservación ambiental juega un papel crucial. Proteger nuestros ecosistemas, preservar la biodiversidad y promover prácticas sostenibles son acciones fundamentales para combatir el cambio climático. Es aquí donde quiero ahondar en la labor de Profonanpe, que es un modelo con potencial a replicarse en la región.

Profonanpe trabaja de la mano
Profonanpe trabaja de la mano con las comunidades locales, promoviendo la participación ciudadana y el desarrollo sostenible en las áreas protegidas. (Andina)

Profonanpe, el Fondo de Promoción de las Áreas Naturales Protegidas del Perú, ha sido una institución con la misión de conservar el patrimonio natural. Desde su creación en 1996, ha buscado garantizar la financiación a largo plazo de las áreas protegidas en Perú, para su preservación y adecuada gestión.

Profonanpe trabaja de la mano con las comunidades locales, promoviendo la participación ciudadana y el desarrollo sostenible en las áreas protegidas. La colaboración entre este fondo y las comunidades es esencial para lograr resultados exitosos en la conservación y gestión de los recursos naturales. Esta sinergia permite no solo la protección de la biodiversidad, sino también el desarrollo económico y social de las comunidades locales, generando beneficios a largo plazo para todos.

Solo por mencionar un ejemplo, hace poco se logró la recuperación de 226 variedades de papa utilizando prácticas ancestrales, así como la recuperación de 13 sitios impactados de bosques dañados por actividades extractivas en zonas en las cuencas del Pastaza, Tigre, Corrientes y Marañón, en Loreto en colaboración con la comunidad nativa de José Olaya.

Existen otras instituciones en la región, como el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, el Fondo Naturaleza Chile y el Fondo de Conservación El Triunfo en Guatemala. Estas instituciones son ejemplos claros de cómo es posible abordar la emergencia climática y proteger nuestros recursos naturales a través de enfoques colaborativos y movilizando recursos para la gestión integral de las áreas protegidas, sus resultados ya han dejado en evidencia lo exitosos que resulta este enfoque y nos toca ahora realizar la incidencia necesaria para replicar y escalar su impacto en la región latinoamericana.

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