Hace una semana escribía sobre los gatos del Parque Kennedy, explicando que esos pobres animales no son felices “viviendo” en ese lugar, sin pensar que el mismo día en el que salió publicada esa columna una noticia impactaría contra mí sin anestesia y advirtiéndome que la realidad de esos pobres animales era aún peor de lo que yo misma describía: uno de ellos perdió la vida por la irresponsabilidad de una persona que no respetó las normas ni la vida.
La foto de aquel gatito, aparentemente muy joven y casi inerte sobre el pavimento, luego del ataque, es una imagen que difícilmente se borrará de mi memoria. Quizás nunca tuvo un nombre o una familia y pasó su corta vida tratando de sobrevivir en medio de la indiferencia de la gente o escondiéndose de aquellos perros que lo atacaron varias veces.
Hasta que no pudo escapar de uno de ellos.
Miriam Navarro Díaz es el nombre de la persona que causó la muerte del gatito por no seguir la normativa del distrito de Miraflores que exige que los perros de las razas mal llamadas “peligrosas” lleven bozal en espacios públicos.
Alertada por este tema, me apresuré a hacerla pública anticipando lo que ocurrió: la mujer recibió una multa de casi mil soles de parte del municipio, sin embargo, y aunque la policía estuvo en el lugar constatando lo que pasó, nadie dio cumplimiento a la ley 30407, Ley de Protección y Bienestar Animal, que califica lo ocurrido como un delito de actos de crueldad animal con subsecuente muerte. Miriam Navarro Díaz tuvo que ser detenida inmediatamente y puesta a disposición de la comisaría de la jurisdicción por llevar a su perro dóberman sin bozal en un espacio público.
Mi publicación en Twitter abrió nuevamente la polémica sobre los perros de las razas denominadas “peligrosas”: ¿Es verdad que son agresivos por naturaleza? ¿Quién es el responsable en este caso?
La respuesta es solo una: la culpa no es del animal. La agresividad de un perro no la determina su raza ni su tamaño, sino la crianza que recibe en el hogar donde vive.
Un perro puede ser agresivo independientemente de si es un rotweiller o un chihuahua y, muchos activistas por los animales que tienen contacto frecuente con perros coinciden en que los más pequeños muestran conductas mucho más peligrosas que los grandes, solo que pasan más desapercibidas porque el daño que pueden causar es menor si lo comparamos con el que ocasionaría un animal de mayor tamaño.
Nunca es culpa del perro, siempre es responsabilidad de la persona a su cargo. Encerrar a un animal, tenerlo confinado en un techo o patio, maltratarlo de forma permanente, son conductas que pueden desarrollar agresividad en un can y que, a pesar de que son considerados como maltrato animal, no recibe sanción y mucho menos son fiscalizadas por las autoridades.
El ataque a este gatito del Kennedy es una prueba de ello. La dueña del dóberman no fue detenida, aunque había cometido un delito. ¿Se imaginan que la víctima hubiese sido un niño o un anciano? ¿Por qué nadie se indigna de la misma manera? ¿La vida de un animal vale menos que la de una persona?
Toda vida merece respeto.
Si queremos una sociedad más justa no podemos darle paso a la impunidad, no podemos permitir que personas como Miriam Navarro Díaz no reciban la sanción que merecen. Es momento de que el ministro del Interior, Vicente Romero, advierta la urgencia de capacitar a sus efectivos para que manejen este tipo de situaciones de manera correcta.
Es muy triste caer en la cuenta, una vez más, de que para los animales casi nunca hay justicia, el gatito de color plomo que murió mientras la mujer era intervenida por personal del municipio de Miraflores probablemente ni siquiera será parte de una estadística del distrito.
Desde Proyecto Libertad no nos cansaremos de pedir justicia para ese y todos los animales que son víctimas de los seres humanos y haremos la denuncia formal para que este terrible episodio no se repita. Probablemente tarde años en resolverse y tengamos que enfrentarnos a un proceso largo y agobiante, pero esto no puede quedar solo en una multa.
Se ha perdido una vida igual de valiosa que la de cualquier persona, un inocente que no tenía a nadie en el mundo ha fallecido de la manera más terrible.
Esta es la muerte a la que los condenan al abandonarlos.
Perdón por tanta injusticia gatito, quizás llegamos tarde, pero no dejaremos de pedir justicia por ti hasta que la recibas.