Juan Aurich, el club que sufrió la primera tragedia del fútbol peruano: 23 fallecidos, miles esperando ataúdes y duelo nacional por decreto de un dictador

El ‘ciclón del norte’ emprendió un viaje de retorno a su ciudad de origen, pero el ‘cruce de la muerte’ fue su destino final. Gran parte de su plantel desapareció en aquella fatídica jornada.

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Parte del plantel de Juan Aurich en 1953 que sufrió mortal choque en el 'cruce de la muerte'. (La Industria)
Parte del plantel de Juan Aurich en 1953 que sufrió mortal choque en el 'cruce de la muerte'. (La Industria)

Sin temor a dudas, el fútbol es el deporte que goza de mayor popularidad en el Perú y a lo largo de décadas viene haciendo vibrar a miles de fanáticos mirando un balón trasladarse de un lado a otro bajo el continuo asedio de 22 personas. El desenlace de una contienda evoca felicidad para el ganador, tristeza para el perdedor e insatisfacción en caso de igualdad. No obstante, el dolor es el sentimiento común y unificador cuando una tragedia acecha al balompié local, y el Perú conoce de ello.

En 1964 tuvo lugar la desgracia del Estadio Nacional en la que fallecieron centenares de espectadores por una feroz estampida. En 1987, un avión Fokker F-27 que trasladaba a la delegación de Alianza Lima de Pucallpa a Lima cayó al mar, provocando la muerte de 43 pasajeros, entre ellos 16 futbolistas. En 1991, un atentado terrorista acabó con la vida de Héctor Mathey. El primer día del nuevo milenio, Sandro Baylón, que jugaba en el club ‘blanquiazul’ estrelló su vehículo de forma mortal contra un poste en la Costa Verde.

Estos catastróficos sucesos conmocionaron a la nación peruana, sin distinción de camiseta, pero antes de ellas aconteció la primera gran fatalidad del fútbol peruano: el accidente del club Juan Aurich de Chiclayo. Esta ocurrió hace casi 70 años, al norte del territorio incaico, y tuvo tal impacto que el gobierno de turno declaró duelo nacional.

Bus de la empresa Santa Fe que trasladaba a la delegación de Juan Aurich fue embestida. (Juan Aurich)
Bus de la empresa Santa Fe que trasladaba a la delegación de Juan Aurich fue embestida. (Juan Aurich)

El fatídico accidente del Juan Aurich

Hace casi siete décadas, Juan Aurich fue invitado a jugar un partido amistoso en la ciudad de Trujillo que se disputó el domingo 5 de julio de 1953. El ‘ciclón del norte’ había pactado un enfrentamiento contra el club Sport Rambler de dicha localidad en el estadio Mansiche y el juego era promocionado en los días previos, mediante carteles, como el ‘partidón del siglo’, pues llegaba a dicha zona del país ‘el conjunto amateur más costoso del Perú'.

Y es que, pese a que la primera división de 1953 se jugaba solo con equipos de Lima y Callao, el elenco ‘rojo’ había confeccionado un plantel arrollador para competir en los torneos departamentales, ya que una temporada antes (1952) habían salido subcampeones del certamen principal de Chiclayo. Con la finalidad de elevar su nivel se hizo un esfuerzo económico para contratar jugadores de calidad como José Castañeda, ex América de Cali, y se le dio las riendas del plantel a su excompañero en Colombia, Alejandro ‘Patrullero’ González, campeón con Alianza Lima como futbolista.

La inversión se justificó en el campo, pues los lambayecanos se impusieron 3-1 a Rambler en condición de visitante con anotaciones de Manuel Perinango, ‘Patojo’ Paz y Marcelino Tello, generando la algarabía de la delegación de hinchas y dirigentes que se habían dado cita al recinto deportivo. Lamentablemente, el resultado quedó en un plano anecdótico.

Una vez finalizado el juego, la plantilla permaneció en el vestuario celebrando la victoria y desde ese punto abordaron el ómnibus Santa Fe, de placa 12212, que los debía trasladar de regreso a Chiclayo, sin pensar que dicho vehículo tendría un destino mortal.

Por aquellas épocas, en Trujillo circulaba el ferrocarril que unía a la provincia de Ascope con el puerto de Salaverry en La Libertad. En un determinado tramo de las líneas del tren se producía un cruce con la carretera Panamericana Norte. Esta intersección se ganó la denominación del ‘cruce de la muerte’ y la entidad norteña tuvo el infortunio de conocer el motivo de dicho apelativo.

Cuando la movilidad de Juan Aurich ingresó a ese paso a desnivel, fue arrollado por un auto vagón que marchaba a excesiva velocidad. De acuerdo con una nota del Instituto Peruano del Deporte (IPD), el accidente fue producto de la inexperiencia del chófer, quien no habría considerado el cruce de la vía del tren con la autopista.

Juan Aurich vivió el episodio más triste de su historia el domingo 5 de julio de 1953. (CMD)

Las pérdidas eternas del ‘ciclón del norte’

El brutal choque tuvo consecuencias irrecuperables para el balompié peruano, pues fallecieron 23 personas, entre futbolistas, administrativos, miembros del comando técnico y familiares. Entre los difuntos se encontraban diez atletas: el arquero Juan José Ugaz, los defensas José Castañeda y Emilio Carrillo, los volantes Marcelino Tello, Carlos Stucchi y Francisco Burga, los atacantes Narciso Ramírez y José Navarro, así como los recambios Óscar Corrales y Juan Villanueva. El director técnico, ‘Patrullero’ González, también dejó de existir.

De acuerdo con el portal ‘Cuatro Bocas’, del periodista José Luis Vargas Sifuentes, en el desastroso acontecimiento también perdieron la vida el delegado Faustino Ángeles, así como Graciela Cabrejos y Rosa Díaz, esposas de Juan Ugaz y Leonidas Zavala, respectivamente.

Alejandro Gonzáles, Marcelino Tello, José Castañeda y José Navarro, cuatro de los fallecidos en el fatal choque que sufrió plantel de Juan Aurich. (Roberto Gando)
Alejandro Gonzáles, Marcelino Tello, José Castañeda y José Navarro, cuatro de los fallecidos en el fatal choque que sufrió plantel de Juan Aurich. (Roberto Gando)

El terrible episodio contó con 35 heridos, quienes fueron llevados a la brevedad a dos nosocomios locales: Belén y Víctor Lazarte, conocido por aquellos tiempos como Obrero. Uno de ellos fue el ariete Manuel Perinango, cuyo cuerpo se encontraba desparramado junto a los cadáveres, logró mover una de sus manos pese a la gravedad de su estado, y llamó la atención de uno de los testigos, dando parte a los enfermeros y consiguió ser trasladado al hospital para su delicada y prolongada recuperación.

Menos de 24 horas después, al promediar el mediodía del lunes 6 de julio, los féretros comenzaron a ser transportados a su ciudad de origen. “Dicen que al día siguiente, a la entrada de Chiclayo había más de tres mil personas esperando los ataúdes”, rememora Perinango en conversación con las redes del propio club.

El desconsuelo en la localidad de la ‘amistad’ era inmenso, pero un numeroso grupo de ciudadanos se apersonó al cementerio El Ángel para darle el último adiós a los caídos. “Había un mar de gente orando por sus ídolos. Chiclayo se puso de pie”, recuerda don Manuel.

La noticia circuló a nivel nacional y tomó mayor notoriedad cuando el presidente de la República, Manuel Odría, quien había instaurado una dictadura desde 1948, decretó duelo nacional y asumió la totalidad de los gastos del sepelio de los finados y la recuperación de los afectados.

La actividad profesional de los ‘diablos rojos’ se suspendió por dos años y recién se reinició en 1955 para recuperar su sitial como uno de los cuadros más representativos del Perú.

Manuel Perinango, sobreviente del accidente de 1953. (Juan Aurich)
Manuel Perinango, sobreviente del accidente de 1953. (Juan Aurich)
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