El pasado 2 de junio, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, inauguró la feria denominada “La Huerta Encontrada”, espacio elegido para albergar a los más de 1,500 ambulantes empadronados que se encontraban vendiendo sus productos en las calles de Mesa Redonda y Mercado Central.
Sin embargo, esto no ha sido bien recibido por los comerciantes, pues muchos de este grupo aseguran que esta feria ubicada exactamente en la cuadra siete del jirón Amazonas, en Barrios Altos, es muy insegura, ya que antes era conocida como “La Huerta Perdida”.
Un gran grupo de estos vendedores han increpado al burgomaestre de la capital, pues aseguran que esta feria, lejos de ayudarlos, los están perjudicando, porque las personas no suelen ir a este lugar porque es conocido por el alto índice de robos, asaltos.
“Yo no voy a vender acá, nadie va a trabajar acá. Esta es zona roja, es una burla”, declaró una comerciante a las cámaras de TVPerú Noticias. “Acá está bonito, ¿pero afuera?”, reclamó otro ambulante.
Rafael López Aliaga responde a comerciantes
López Aliaga respondió a las críticas mencionando que se considerará la instalación de otra feria en una zona diferente de la ciudad en el futuro. Además, destacó que el problema de la informalidad es consecuencia de la corrupción en el país.
“A aquellas personas que no les gusta, bueno, pues, veremos otro sitio. La informalidad es un problema que me deja la corrupción de Pedro Castillo”, sostuvo.
Algunos vendedores manifestaron su intención de permanecer en la feria debido a que no tienen los recursos para alquilar un puesto de venta en las áreas cercanas al Centro Histórico de Lima. Sin embargo, hicieron un pedido al burgomaestre para que no se olvide de ellos, pues tienen todas las ganas de formalizar.
Por su parte, el burgomaestre indicó que el trabajo de reubicación continuará hasta cumplir con los 4.000 ambulantes empadronados. Manifestó que el municipio capitalino está buscando zonas amplias para que los comerciantes trabajen de manera ordenada.
“Le pido comprensión a los señores ambulantes, a todos los vamos a reubicar. Estoy mirando otras zonas más, que no las quiero anunciar, pero que son zonas muy grandes”, agregó.
Descontento de los comerciantes
Una vendedora ambulante manifestó su decepción al mencionar que no ha vendido nada desde la apertura de la feria, y señaló que muchos otros comerciantes están experimentando la misma situación. La falta de mesas y la escasez de clientes han llevado a muchos a buscar otras opciones para vender sus productos.
Los vendedores ambulantes reubicados en la zona expresan su descontento, ya que consideran el lugar como peligroso y nada atractivo para los negocios. Temen que esta situación afecte sus ingresos diarios y ponga en riesgo la seguridad tanto de ellos como de los clientes.
“Si nosotros tenemos miedo, imagínese la gente que va a venir a comprar, ayer las personas se han vendido, pero los han comprado los mismos municipales y puede ser lo que pase hoy, pero visitantes no, vienen cero” manifestaron los comerciantes.
Los vecinos de Barrios Altos se suman al reclamo, argumentando que la reubicación fue abrupta y que la zona era utilizada como una cancha recreativa para que los niños practicaran deportes al aire libre. Consideran que la transformación de la loza en un mercado informal priva a los niños de un espacio seguro y adecuado para jugar.
Antes de la llegada de los vendedores ambulantes, la cancha era un lugar de reunión para los niños de la zona, quienes podían disfrutar de actividades deportivas, socializar con sus amigos y desarrollar habilidades físicas. Sin embargo, con la instalación de los puestos de venta, este espacio perdió su propósito original.