El ministro del Interior, Vicente Romero, llamó este jueves “trapos negros” a las banderas de luto que flamearon en las calles de Puno en recuerdo a los muertos de las manifestaciones antigubernamentales. En esta región, epicentro de las protestas, la ceremonia militar por el día del emblema nacional no contó con la presencia de autoridades políticas.
En Juliaca, donde se produjo la jornada más sangrienta con 19 decesos, hubo una gran marcha con multitud de banderas negras y fotos de los fallecidos en los enfrentamientos con las fuerzas del orden. Además, un grupo de ciudadanos intentó izar una versión de luto de la bandera en la Plaza de Armas, pero fueron impedidos por efectivos policiales.
“No son banderas, son trapos negros, que intentaron colocar en Huancané, Juliaca, Ilave. [...] 79 días hemos tenido de huelga, de protestas sociales permanentes [...] Sin embargo, la Policía ha hecho todos los esfuerzos y reitero mis felicitaciones”, aseveró Romero, pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) catalogó algunas muertes como “asesinatos extrajudiciales”.
El ministro reconoció la labor policial, aunque para Amnistía Internacional, la muerte de 49 manifestantes en choques con las fuerzas muestra que hubo una “respuesta estatal deliberada y coordinada”, que, además, estuvo “ordenada o tolerada por altos cargos”.
El Poder Judicial indicó en un pronunciamiento que para los actos “de menosprecio, usados en estampados de ropa o de otra manera (de) los símbolos de la patria o la imagen de los próceres y héroes”, la ley prevé “pena privativa de libertad no mayor de un año o con prestación de servicio comunitario de 20 a 30 jornadas”.
“Te podríamos mostrar ejemplos, pero los símbolos patrios se respetan”, concluyó el breve comunicado que desató numerosas críticas en las redes sociales.
La presidenta Dina Boluarte encabezó un acto militar celebrado en el distrito limeño de Pueblo Libre, en el que pidió “decir no a la violencia, no a los extremismos, no a la demagogia”.
“Perú no quiere volver a las épocas oscuras que solo causaron dolor y sufrimiento. Perú solo quiere construir su futuro con fe, con optimismo y sobre todo esperanza. Para ello tenemos que estar despojados de diferencias ideológicas, políticas y cualquier otra índole. Hoy la única bandera es la de la salud, educación, inclusión social, democracia y patriotismo”, subrayó.
Dijo, además, que hace unos meses la democracia del país “recibió una embestida y fue atacada” por un golpe de Estado, “un zarpazo planificado” por Pedro Castillo.
Un día después de ser interrogada por la fiscal Patricia Benavides, Boluarte habló de la bandera nacional como un símbolo que une al pueblo y que no hay “nada más excelso ni grandioso” que defenderla, puesto que esta es la muestra de integridad de la patria.
La mandataria, quien cumple seis meses en el cargo, es investigada por genocidio, homicidio y lesiones graves, junto con el primer ministro, Alberto Otárola; su antecesor, Pedro Angulo; los exministros del Interior, Víctor Rojas y César Cervantes, así como el actual ministro de Defensa, Jorge Chávez.
La Comisión Permanente del Congreso de Perú archivó en la víspera una denuncia constitucional contra Boluarte presentada por los parlamentarios izquierdistas Bazán, Ruth Luque, Isabel Cortez, Edgard Reymundo y Roberto Sánchez.
El informe de calificación de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, que propuso la improcedencia de la denuncia, aseguró que lo ocurrido está siendo investigado por el Congreso y el Ministerio Público, por lo cual aún no se define la responsabilidad de algún funcionario.