Las ventajas de una cirugía mínimamente invasiva: menos dolor y pronta recuperación

Los avances tecnológicos y anestésicos en los últimos años han traído consigo la evolución de las cirugías, siendo estas en la actualidad menos agresivas, más efectivas y con menos complicaciones.

La cirugía mínimamente invasiva está relacionada con menos dolor en el postoperatorio, menor tiempo de estancia en el hospital o clínica, pronto retorno a las actividades laborales, reinicio precoz de actividad física, explica la doctora Lisbeth Huillca Núñez, especialista en cirugía general y cirugía laparoscópica de la Clínica Javier Prado. Los procedimientos que se pueden realizar con cirugía mínimamente invasiva son innumerables, van desde cirugía cerebral pasando por cirugía cardiaca y cirugía abomino pélvica.

En nuestro país, se realizan este tipo de cirugía mínimamente invasiva para múltiples patologías con las ventajas mencionadas, además de contar con equipos quirúrgicos que están altamente habilitados y prestos para emplear la técnica no invasiva.

Dentro de las cirugías mínimamente invasivas se encuentran:

• Colecistectomía laparoscópica.
• Exploración de vías biliares laparoscópica.
• Hernio plastias inguinales laparoscópicas, eventraciones laparoscópicas, diastasas de rectos.
• Cirugía de obesidad: manga gástrica, by pass gástrico.
• Cirugía de colon: enfermedad diverticular.
• Cirugías ginecológicas: miomas, quiste de ovario, endometriosis.

Asimismo, la especialista en cirugía mencionó que una de las ventajas de estas intervenciones es el resultado cosmético al final de la cirugía, “cicatrices mínimas que muchas veces no se notan”, acotó la doctora Huillca.

La aplicación de cirugía laparoscópica en las intervenciones disminuye la estancia hospitalaria, las molestias postoperatorias y acorta la recuperación del paciente.

La médico menciona que la Clínica Javier Prado realizará todo este mes de junio la campaña de vacunación de prevenir el cáncer de cuello uterino. Para poder adquirir la vacuna de VPH pueden inscribirse en el siguiente enlace https://goo.su/vDohu. Asimismo, para mantenerse protegido de la Influenza, puedes registrarte en el siguiente enlace para obtener tu vacuna https://goo.su/zqIQMK.

Esta técnica implica la inserción de una cámara diminuta y otros instrumentos quirúrgicos dentro del abdomen a través de varias incisiones pequeñas. Todo el procedimiento se realiza bajo anestesia general, por supuesto.

Primero, se inyecta gas CO2 en la cavidad abdominal a través del ombligo para expandir la pared abdominal y crear suficiente espacio para el procedimiento. Luego, se introducen instrumentos quirúrgicos especializados en el abdomen a través de dispositivos conocidos como trócares.

La primera herramienta en ser introducida es la cámara endoscópica, que proyecta una imagen del interior del abdomen en una pantalla. Con la ayuda de esta cámara, que se puede manipular de manera flexible, el médico puede explorar el abdomen. Dependiendo del tipo de cirugía que se realice, pueden crearse canales de trabajo adicionales, de alrededor de cinco milímetros de diámetro, para la introducción de otros instrumentos.

Es en este punto donde comienza la cirugía propiamente dicha. Utilizando la imagen proyectada en la pantalla, el médico puede ver exactamente lo que necesita hacer y manipular los instrumentos en consecuencia.

Los trozos de tejido más grandes, como los quistes, se retiran a través de un canal más grande, de unos 12 milímetros de diámetro. Este canal generalmente se ubica en la zona donde comienza el vello púbico. Una vez que se ha completado la intervención, se libera el gas de la cavidad abdominal. Finalmente, se aplican apósitos sobre las heridas, que miden entre 5 y 12 milímetros.