Después de más de 15 años demostrando su talento al otro lado del planeta, a Roberto Merino le llegó la oportunidad de regresar al país que lo vio nacer y la tomó sin titubeos. Dejó una importante paga en Kuwait para firmar por un elenco recién ascendido en el impredecible y pintoresco Torneo Descentralizado del Perú (hoy Liga 1), Unión Comercio de Moyobamba, donde fue figura.
Medio año en la selva le bastó para captar la atención del equipo con mayor poder adquisitivo del balompié local por aquellos años, Juan Aurich de Chiclayo. El destino le sonreiría a ‘Robi’, pues el interés del presidente Edwin Oviedo lo hizo firmar por el equipo de su tierra natal y del cual es hincha. Si la alegría por vestir la camiseta del ‘ciclón del norte’ ya era grande, se volvió incalculable cuando se consagró campeón nacional en su primera campaña en suelo incaico. El zurdo, junto a una plantilla plagada de jugadores destacados para el medio, le dio a la institución su primera y única presea en 100 años de vida.
Pero la dulzura de lo vivido en Lambayeque se contrasta con lo amargo que fue su paso por la selección peruana. Saboreó las mieles de portar la ‘blanquirroja’ en 2009, cumpliendo su anhelo de representar a su nación, pero no volvió a sumar minutos.
En esta segunda entrega, el ‘Mago’ acepta que la ‘bicolor’ fue una deuda pendiente para él y cree que no recibió las oportunidades que merecía. No obstante, se considera un hincha más del ‘equipo de todos’ y por ello le molestó la eliminación de los de Ricardo Gareca en el repechaje a Qatar 2022 contra Australia, al punto de atentar contra su propiedad. Las críticas al polémico vuelo de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) hacia Europa, los cuestionamientos al nulo desarrollo del ‘deporte rey’ y más en esta nota.
Debut en el Perú con Unión Comercio
- ¿Mencionaste que ves el fútbol también como una empresa, por qué dejar un sueldo oneroso en Kuwait para jugar en Unión Comercio? ¿Cómo se dio el acercamiento con su presidente Freddy Chávez?
Decido volver al Perú porque había una ley FIFA que no permitía jugar en tres equipos diferentes (en un mismo año), sino en una liga recién iniciada. Es verdad que dejo un contrato grande. En el fútbol árabe soy sincero, no me adapté. Había firmado un contrato de un año y al final jugué un mes y medio. El entrenador que me había pedido fue despedido y el nuevo DT tenía otro estilo de fútbol, sin una metodología competente, por lo que decidí mirar otros objetivos, en este caso ir a Perú. Los equipos grandes como Alianza Lima, Universitario, Cristal, Juan Aurich estaban en medio de sus pretemporadas, pero a mí me daba igual, yo quería jugar al fútbol y estar en la primera división. Me fui a un equipo recién ascendido de la selva con Freddy Chávez. Formamos un equipo competente con Hernán Lisi, Horacio Calcaterra, Miguel Trauco, que recién empezaba su carrera, experimentados como Aldo Olcese. Teníamos un equipo muy bueno y logramos sorprender.
Campeonato con Aurich y la premonición de la final contra Alianza Lima
- Luego vas al Juan Aurich, donde sales campeón…
Fue maravilloso, volví a Chiclayo, pude dedicarle el título a mi abuela, a mi familia, a la gente de esa tierra. Fue una cosa indescriptible. Estuve con Luis ‘Cuto’ Guadalupe, el profesor Diego Umaña, éramos un gran cuadro. Me adapté muy bien al grupo, estábamos muy sólidos y eso se demostró con el campeonato que hizo historia.
- ¿Es cierto que antes de la final con Alianza Lima soñaste que eras titular y metías un gol? ¿Se lo dijiste al profesor Diego Umaña?
Sí, es verdad que tuve esa premonición, ese sueño. Decidí tocarle la puerta al ‘profe’, lo conversé cara a cara y se lo dije. Se quedó callado, pero sintió la vibra. Habrá visto esas ganas mías, porque yo vine a ser campeón, a dejar huella y me preparé para eso. Cuando las papas queman, ahí tenía que dar el callo (rendir). Él (Umaña) me asintió con la cabeza, fuimos a Matute y ya sabes la historia.
Selección peruana: desazón como jugador e hincha
- En otras entrevistas, cuando te refieres a la selección peruana noto cierta melancolía, ¿sientes que es una deuda sin saldar? ¿Las lesiones previo a la Copa Kirin y Copa América de 2011 te quitó espacio para futuras convocatorias?
Sí, definitivamente, yo creo que, con la selección, no es por nada, hubiera dado un rendimiento totalmente positivo. Creo que no me dieron las oportunidades que merecía, pero siempre queda esa nostalgia. El día de mi debut, pese a que el equipo estaba ‘bajoneado’ por problemas extradeportivos, yo venía con la ilusión de vestir el manto sagrado, porque mis raíces son peruanas. El ceviche, la comida, el 28 de julio (fiestas patrias), todo eso lo tenía resumido en el sentimiento de vestir la camiseta. Seguramente con la capacidad técnica, física y mental podría haber dado muchas más alegrías al hincha peruano y me queda ese sinsabor. Deseo lo mejor a la selección siempre, la sigo, soy un aficionado más y que le vaya todo bien.
- ¿Cómo te sentó la derrota contra Australia en el repechaje para el Mundial Qatar 2022?
Olvídate. Mejor no tocar ese tema porque rompí una ventana de mi casa, lo viví muy mal. Después me enteré que la logística se llevó de un modo fatal, de inoperancia. Me maravilló (sorpresa) que a nivel de selección hayan llevado a todos esas personas en el avión. Todo eso son distracciones que no hace más que quitarle la energía al atleta. Pero bueno, después de la guerra todos somos generales. Dejamos escapar una oportunidad de oro y yo lo pasé fatal. Pasa factura demasiado festejo, no tener los pies de plomo y no afrontar con total disciplina y constancia.
Valoración de Luis Advíncula y Gianluca Lapadula
- ¿Qué opinas del presente de Luis Advíncula en Boca Juniors, su reconversión a casi un delantero?
A Advíncula lo conocí de ‘chibolo’, cuando estaba en Cristal. Es un jugador de gran potencia, ha mejorado, tuvo un proceso de evolución importante. Ahora está en uno de los equipos más importantes de Sudamérica y estoy contento. A veces hemos chateado por Instagram y hay admiración. Deseo de todo corazón que le vaya bien.
- En la misma Italia está Gianluca Lapadula... ¿Tuviste contacto con él?
No he tenido contacto con él, quería verlo cuando estaba en Benevento, pero no se pudo dar porque estaba ocupado con mis cosas. Le envié saludos por intermedio de un contacto, no sé si le llegó. La Serie B es competitiva, no sé si tan fuerte como aquellos años míos, en los que había equipos y jugadores de renombre. Este campeonato ha bajado un poco el nivel, pero, entre comillas, sigue siendo competitivo. Sé que a él le está yendo bien, es el máximo goleador. Estoy muy contento porque es ítalo-peruano y conozco el aporte que da a la selección.
La crítica a la Liga 1
- ¿Qué opinas del fútbol peruano actual?
Es una cosa retrógrada ver la situación de algunos campos, porque sigo al fútbol peruano. Hay que intentar dejar las canchas nuevas, ‘pititas’, hay que evolucionar, pero empecemos por allí. Eso te ayuda a ser más competitivo. Hay algunos directivos que abrazan la inoperancia y otros que hacen la cosa bien. El jugador peruano tiene una mentalidad fuerte, porque sale de dificultades en su propia provincia y da el salto cualitativo cuando pasa a la capital. Se le tiene que cambiar el chip, como lo hizo el ‘Tigre’ Gareca y hace la diferencia, pero empecemos por los campos, de ahí nace todo lo demás.
- ¿Qué te genera la poca evolución del torneo peruano desde que pasaste por aquí?
Me da mucho coraje, me provoca rabia. Yo sé que el jugador peruano es de gran potencial, pero se tiene que hacer mejoras en el tema de infraestructura. Todo es una consecuencia. Hay que saber cultivar para un bien común.