Un giro radical podría dar el caso de la menor venezolana de 11 años de edad que falleció en el centro educativo Imperio de Tahuantinsuyo, en el distrito de Independencia. Las recientes investigaciones de la Policía Nacional del Perú (PNP) descartan que la estudiante haya fallecido a causa de un reto de TikTok que involucra el consumo de clonazepam o benzodiazepina y que este medicamento habría sido suministrado por el personal de salud que la atendió en primera instancia. Otra hipótesis que se maneja es que la víctima podría haber tenido un mal congénito que habría afectado su salud y devenido en su deceso.
El programa ‘Cuarto Poder’ señaló que la niña habría experimentado convulsiones en el patio de su escuela, lo que llevó a las autoridades del colegio a trasladarla al centro materno infantil Tahuantinsuyo Bajo, que se encuentra a seis cuadras de distancia del colegio.
En ese lugar donde se le brindó los primeros auxilios, se le aplicó diazepam por vía endovenosa con la finalidad de detener las convulsiones que la menor presentaba, según informó el coronel PNP, Víctor Revoredo.
“¿La menor fue tratada en la posta con un fármaco compatible a lo comercialmente llamado diazepam? Efectivamente ¿Y esto para tratar de estabilizarla? De estabilizarla por las convulsiones y descompensación clínica que presentaba”, indicó el jefe de la División de Homicidios de la Dirincri.
Después de que la niña siguiera experimentando convulsiones, fue trasladada al hospital Cayetano Heredia, donde recibió atención médica. Desafortunadamente, después de ocho horas, se le diagnosticó muerte cerebral y se encontraba en estado de coma. Durante este período, se le realizaron exámenes de laboratorio, como un panel multidrogas, en el que dio negativo para una serie de drogas y medicamentos, pero resultó positivo para benzodiazepinas o clonazepam.
Las autoridades continúan investigando a fin de determinar si la presencia de este medicamento en el cuerpo de la menor fue resultado de la ingesta de pastillas dentro de su escuela o si fue el medicamento administrado en la posta médica para controlar las convulsiones que experimentó.
“Lamentablemente en el caso de esta niña, de repente con poco peso, la dosis fue muy elevada y la ha llevado al efecto más mortal que tienen las benzodiazepinas, el efecto depresor, fallo completo de la respiración, coma y muerte. (También presentó convulsiones y vómitos) así es, empieza a fallar toda la motricidad que inicia la respiración y empieza una hemorragia cerebral muy severa”, manifestó el médico legista John Cruzado.
Como se recuerda, el pasado lunes 29 de mayo, se dio a conocer el caso de la pequeña extranjera que convulsionó en el patio de su escuela y horas después falleció. Tras conocerse sobre la presencia de clonazepam en su sistema, las hipótesis apuntaban a que había sido víctima del peligroso reto de TikTok que involucra tomar estos medicamentos y evitar quedarse dormida. Esta versión, recientemente había sido descartada por su padre.
El peligro del consumo de ansiolíticos sin receta médica
Según la literatura científica, las benzodiacepinas, como el diazepam y alprazolam, son uno de los psicofármacos más recetados. La mayoría de las intoxicaciones relacionadas con el uso de este medicamento son consideradas como “gestos suicidas de escasa gravedad”. Con frecuencia, la afección se produce cuando se combina con otros medicamentos, especialmente antidepresivos.
Según la información proporcionada en su prospecto, los efectos adversos más graves asociados con las benzodiacepinas incluyen insuficiencia cardiaca, ataques al corazón y depresión respiratoria, especialmente cuando se administran junto con otros medicamentos que deprimen el centro respiratorio.
Además, se pueden experimentar síntomas como somnolencia, disminución de los reflejos, hipotonía, debilidad muscular, mareos, fatiga y falta de coordinación en los movimientos voluntarios. Sin embargo, estos síntomas suelen ser temporales y tienden a desaparecer por sí mismos.
Las benzodiacepinas, como el clonazepam, tienen diversos usos farmacológicos, como ansiolíticos, antidepresivos, somníferos y relajantes musculares. Incluso pueden ser recetados para pacientes con epilepsia. Sin embargo, es crucial que su dosificación sea adecuada y sea prescrita por médicos generales o psiquiatras capacitados en su uso.