Es casi medianoche del jueves 1 de junio en Italia y el protagonista de esta nota llegaba a casa tras una celebración en Salerno, ciudad que escogió como su nueva casa y vivió, quizás una de sus mejores etapas como futbolista profesional, maravillando a los aficionados del equipo típico de la comuna por tres campañas con la destreza técnica de su pierna zurda y que lo hizo digno del sobrenombre de ‘Maradonita’.
Pero muchos años antes de ser comparado con el astro argentino por su estilo de juego, en la década de los 90, cuando el Perú atravesaba una profunda crisis económica y social, su familia tuvo que dejar su primer hogar para migrar al ‘viejo continente’ con la necesidad de labrarse un mejor futuro. Recaló en España y allí tuvo la oportunidad de forjarse en la meca del fútbol formativo: La Masia.
En la capital de Cataluña empezó una travesía que duró más de dos décadas y lo llevó a militar en 19 clubes en tres continentes diferentes. Ya retirado y asentado al sur del país europeo, el carismático Roberto Merino charló largo y tendido con Infobae Perú sobre su dilatada carrera, las amistades que forjó y su presente laboral.
Inicios en Barcelona
— Antes de estar en Italia, tus orígenes en el fútbol se dieron el FC Barcelona… ¿Cómo se gesta tu llegada?
Mi padre era empresario, mi madre enfermera, pero corrían en los años 90 una situación insostenible en el Perú por la inflación, el terrorismo, algo complicado y se tuvo que migrar a España. Pasé parte de mi vida en la ciudad de Barcelona y gracias a este don (jugar al fútbol), me contactó el FC Barcelona y tras unas pruebas logré integrar la cantera. Progresé para llegar a jugar en los alevines, la formación cadete, juvenil…
— En esas categorías llegaste a coincidir y tener buena relación con Víctor Valdés, Pepe Reina. También llegaste a entrenar con Andrés Iniesta, Carles Puyol y Xavi Hernández…
Son personas muy correctas, a pesar de todo lo que han ganado son centradas, humildes y la cultura del ‘Barca’ te da eso; valores, capacidad y competitividad.
— ¿Qué faltó para que Roberto Merino tenga minutos en el primer equipo del Barcelona? ¿Por qué dejó el club y no intentó afianzarse allí?
Prácticamente, yo dejé el Barcelona, una cosa inusual, atípica. Me acuerdo de que venían los autos de los directivos del ‘Barca’, eran Mercedes Benz, ese tipo de marcas, a mí casi me estaban rogando para que no me fuera del equipo, fíjate. En ese tiempo existía el cambio de residencia, me ofrecieron esa opción, pero mi padre que en paz descanse hizo caso omiso. Como no me daban oportunidad en la cantera, Mallorca se interesó por mí y decidí cambiar de aires. Mi hermano me decía: ‘¿qué hubiera pasado si te quedabas?’. Pero evidentemente, Louis Van Gaal subió a Xavi y a otro canterano, también había bastantes neerlandeses. En ese tiempo no había social networks (redes sociales), que te daban otra vitrina.
— ¿Por qué rechazaste una invitación de Xavi para almorzar con el primer equipo del Barcelona durante su estancia en Grecia?
Primero, me dio ‘roche’. Estábamos en el living del hotel y ni siquiera accedieron los periodistas. Yo en ese momento tenía unos 25 años, estaba en Atromitos y gracias a una logística con Xavi, Eto’o e Iniesta, me hicieron entrar a la sala, metí a dos o tres compañeros míos y Xavi me jalaba para entrar a cenar con ellos. Estaba Ronaldinho adentro, todos esos ‘monstruos’. Pensaba ‘que voy a hacer comiendo yo con estos cracks’”. Después de su cena salieron y allí pude conocer a Messi, estuve con el doctor Ricard Pruna. Él ahí me dice que ‘este jugador’ (Messi) iba a ser mejor que el moreno (Ronaldinho) y ‘Dinho’ era ya Balón de Oro, eso lo hizo difícil de creer. Ya se hablaba en la cantera que había un argentino despuntando. Era tranquilo, introvertido.
La amistad con Samuel Eto’o y el “enamoramiento” de Christian Karembeu
— En Mallorca conociste a Samuel Eto’o con quien mantienes una amistad que sobrepasó el tiempo que coincidieron en los ‘bermellones’…
Samuel era un tipo que lo cedían mucho del Real Madrid, fue al Getafe, al Espanyol y no encontraba su identidad, hasta que, con Luis Aragonés, el sabio, que lo tuve de entrenador, lo centró.
— ¿Es cierto que era tanta la confianza que movilizabas a Samuel en carro?
Sí, pero eso es algo anecdótico, se dieron esas circunstancias. Yo tenía 18 o 19 años en esas épocas y dio la coincidencia que un periodista sale de la ciudad deportiva Son Bibiloni y ve esa situación. Yo entrenaba con el primer equipo y Eto’o era un tipo que a los jóvenes les daba espacio, importancia. Samuel estaba resurgiendo y explosionando su carrera. Como habitábamos en el mismo condominio, en una de esas con su Ferrari salimos así. Con él compartimos momentos muy lindos en el Mallorca.
— ¿Por qué decidiste ir a Grecia? Es una cultura diferente a las que estabas acostumbrado y con un lenguaje distinto…
Yo estuve en varios equipos, veo el fútbol como una pasión, una disciplina, pero también como deberes, derechos y una bendición para mí. De la misma forma lo vi como una empresa, como un trabajo y decidí ir a Grecia. Después de Málaga, fui a Suiza (Servette FC) y allí conocí a Christian Karembeu, que fue mi capitán y campeón del mundo (Francia 1998). Digamos que se enamoró de mi fútbol y él decide llevarme a Grecia. Fue un cambio radical porque no sabía el idioma, es un país de una cultura muy rica.
El adiós al fútbol y su actualidad profesional
— ¿Cómo decidiste ponerle punto final a tu carrera como futbolista?
Fue un tema de pandemia, ya tenía una edad yo. Decido colgar los chimpunes porque el fútbol me deja a mí y yo dejo al fútbol. Ya estaba en categorías muy bajas. Con la pandemia decidí ser parte de un staff técnico. Dejé una etapa importante y fundamental de mi vida. La edad pasa factura para todo y hay que dejar a los jóvenes que están saliendo.
— ¿En qué te desempeñas actualmente?
Ahora me dedico a la scuola calcio (formación de menores). Para tener éxito en el deporte, uno tiene que encontrar, fomentar y desarrollar el talento. Es un proceso que requiere tiempo, dinero, conocimientos técnicos e infraestructura.
— Salernitana volvió a asegurar su permanencia en Serie A y hace poco te vimos en el estadio… Jugaste allí cuando la situación no era tan favorable (militaban en segunda) ¿Qué nexo guardas con la institución?
Yo jugué tres años allí, después de haber jugado en otros equipos y mi matrimonio y compromiso, futbolísticamente hablando, con la ciudad fue muy importante e indestructible. Como todo en la vida hay altos y bajos, sentimientos encontrados. Decidí restablecerme aquí, vivir aquí. Mi pasión por el equipo es recíproca con los hinchas, tienen cariño hacia mí y yo en consecuencia también.
— ¿Tienes planes de regresar al Perú?
Sí, en noviembre (este año) voy por 20 días, voy a ir a disfrutar a mi país. Iré a Macchu Picchu, voy a estar en Lima y también en mi Chiclayo. Iré con mi hermano mayor. Voy sí o sí.
Hoy martes 6 de junio fue publicada la segunda parte de la entrevista con Roberto Merino. En esta continuación, el ‘Mago’ rememora su paso por el fútbol peruano y la selección nacional, así como la actualidad de compatriotas que destacan en el extranjero como Gianluca Lapadula y Luis Advíncula.