El 7 de junio se conmemora en Perú el Día de la Bandera, una fecha dedicada a honrar el valor y la lealtad de aquellos hombres y mujeres que han defendido con fervor la enseña patria a lo largo de la historia del país. A diferencia de otras naciones, esta celebración no está ligada a un evento específico relacionado con la creación o adopción de este objeto.
Este símbolo está compuesto por tres franjas verticales -roja, blanca y roja- y coronada por el escudo de armas nacional, es uno de los símbolos más representativos del país. Su diseño evoca la independencia y la identidad peruana, y se erige como un emblema de la lucha y el sacrificio en defensa de la libertad y la integridad territorial.
En este día de junio se recuerda la valentía y el compromiso de aquellos que han dejado huella en la historia del país.
¿Por qué el 7 de junio se celebra el Día de la Bandera?
Se conmemora un episodio histórico que nos recuerda la inquebrantable determinación de nuestros héroes y el sacrificio supremo que hicieron en defensa de nuestra amada nación. En este día, recordamos la Batalla de Arica, un enfrentamiento trascendental en el que nuestros valientes compatriotas se enfrentaron al ejército chileno, dispuestos a proteger nuestro suelo sagrado hasta la última gota de sangre.
La participación histórica de Francisco Bolognesi
El 7 de junio de 1880 quedará grabado en la memoria colectiva de Perú como el día en que la nación se enfrentó a una encarnizada lucha contra las fuerzas chilenas en la Batalla de Arica. En medio de la contienda desigual, un hombre se levantó como un emblema de coraje y determinación: el comandante Francisco Bolognesi.
Para comprender su hazaña, es necesario retroceder en el tiempo hasta el 26 de mayo del mencionado año, cuando el Ejército Peruano sufrió una devastadora derrota en la Batalla de Tacna. Aquel revés dejó a nuestras tropas debilitadas y al borde de la desesperanza, con el ejército boliviano en retirada y las fuerzas chilenas avanzando implacablemente.
En medio de esta situación desfavorable, Bolognesi, ya en sus años sesenta, tomó la decisión trascendental de reintegrarse al cuerpo militar peruano para defender su patria en la Guerra del Pacífico.
El peruano lideró valerosamente un batallón de soldados en Arica, enfrentándose a un enemigo abrumadoramente superior en número y con armamento más avanzado. A pesar de conocer las adversidades que les esperaban y el destino trágico que se cernía sobre ellos, Bolognesi convocó a los oficiales peruanos y, en un acto de amor a la patria, tomaron una determinación firme y ejemplar: no rendirse y luchar hasta el último aliento.
El 5 de junio, el mayor José de la Cruz Salvo, enviado por el general chileno Baquedano, se acercó a Bolognesi con una propuesta de rendición peruana, argumentando que esto evitaría un “derramamiento inútil de sangre”.
La respuesta del comandante peruano resonó en los corazones de todos los presentes: “Tengo deberes sagrados que cumplir, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”.
Así llegó el fatídico 7 del sexto mes, en el que antes del amanecer se desencadenó la batalla. El comandante, acompañado de Alfonso Ugarte, Juan Guillermo Moore y más de mil valientes soldados peruanos, se enfrentaron con coraje a una fuerza chilena abrumadora compuesta por alrededor de 5 mil hombres.
La defensa nacional estaba estratégicamente organizada en tres frentes, y la esperanza de la victoria residía en el ingenioso plan del ingeniero Teodoro Elmore, que consistía en minar el morro para hacer caer al enemigo. No obstante, el plan no tuvo éxito y fue capturado sin revelar el secreto de su estrategia.
Abatidos en la batalla
En medio de un feroz combate, Francisco Bolognesi y Juan Guillermo Moore cayeron abatidos por el plomo enemigo. El teniente coronel Ramón Zavala también perdió la vida, junto con más luchadores que sacrificaron todo en el campo de batalla.
Entre las historias de sacrificio y heroísmo destaca la figura de Alfonso Ugarte, quien según algunas versiones, tomó la bandera peruana y se lanzó desde el Morro a lomos de su caballo para evitar que cayera en manos chilenas.
La Batalla de Arica representó una dolorosa derrota para Perú, pero el coraje y la valentía de Bolognesi dejaron una huella imborrable en la historia. Su negativa a rendirse y su disposición a cumplir con sus deberes sagrados hasta el final son un ejemplo inspirador para las generaciones presentes y futuras. La memoria de este héroe y su ferviente amor hacia la patria seguirán avivando la llama de la valentía y el patriotismo.