Tomar decisiones en lo que respecta a inversiones, desarrollo de negocios e, incluso, consumo de las familias, demanda un ejercicio previo de análisis de los factores externos e internos que incidirían sobre dichas determinaciones. Es decir, mucho depende de las expectativas sobre cómo se desempeñarían diversas variables económicas, políticas y sociales en los próximos meses o años, si pensamos en el largo plazo. Algunas estarían dando señales positivas y otras no tanto.
De acuerdo con la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la expectativa de inflación a 12 meses pasó del 4.30% en marzo al 4.25% en abril último. Si bien es cierto que dicho valor aún se encuentra alejado del rango meta del BCRP (1%-3%), es una señal de que la inflación volvería a dicho rango, probablemente, hacia finales de 2024.
Según los últimos resultados sobre el Índice de Precios al Consumidor a nivel nacional, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la inflación de mayo fue del 0.31%, con lo que, en el periodo enero-mayo de 2023, la inflación acumulada fue del 2.98%, mientras que la inflación de los últimos doces meses (junio de 2022-mayo de 2023) fue del 7.99%. Las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas, y Restaurantes y hoteles, cuya ponderación sobre la inflación fue del 23.9% y el 16.1%, respectivamente, influenciaron fuertemente la variación de precios a nivel nacional.
Por otro lado, según la encuesta del BCRP, la situación actual del negocio, de los niveles de venta y del nivel de demanda respecto de lo que se esperaba, no solo se encuentran en terreno negativo, sino que se deterioraron en abril en comparación con marzo. Asimismo, las expectativas de la economía a 3 y 12 meses se recuperaron —e, inclusive, en el último mes, permanecieron en terreno positivo—, mientras que se deterioraron las relacionadas con la demanda de productos a 3 y 12 meses.
Recordemos que la economía peruana se contrajo un 0.4% durante el primer trimestre del año, según cifras del INEI, debido, principalmente, al bloqueo de vías e interrupción de actividades como consecuencia de protestas desmedidas, así como a las fuertes lluvias que azotaron la zona norte del país. Además, la inversión privada en los tres primeros meses del año cayó un 12% con respecto al mismo período del año anterior, a causa de una fuerte caída en la inversión minera y un menor volumen de importaciones de bienes de capital.
Si se quiere recuperar la confianza y mejorar las expectativas no solo de los inversionistas, sino de los emprendedores y las familias, las autoridades (Gobierno central, Gobiernos regionales y municipalidades) deben tomar decisiones y ejecutar obras con urgencia. Solo promoviendo y ejecutando inversiones, tanto privadas —que son las que generan empleo de calidad— como públicas —que son las que aseguran servicios de calidad para la población—, lograremos recuperar el dinamismo económico que tuvo nuestro país en años anteriores.
Mal harían las autoridades, sobre todo las del interior del país, en promover protestas que solo mellan el desempeño económico y la libertad de trabajo, cuando su población demanda la atención urgente de necesidades básicas como salud, educación, agua y saneamiento, seguridad, infraestructura en general, entre otras. Estamos a tiempo para revertir la situación y recuperar la confianza. De las decisiones de las autoridades depende en gran parte el rumbo económico y social de la población.