José Luis Ruíz es un actor dedicado a la actuación y a predicar la palabra de Dios. A lo largo de su trayectoria, el artista que cuenta con más de 30 telenovelas e innumerables obras de teatro, ha sabido manejar sus tiempos para llevar a cabo sus dos más grandes pasiones, la actuación y su iglesia cristiana, ‘Jesús, el vino nuevo es en mi casa’, la cual fundó un 14 de febrero del 2015.
En conversación con Infobae, José Luis Ruiz cuenta que recibe con humildad cada personaje que se le otorga. Sin embargo, también dejó en claro que es muy respetuoso con sus creencias, es por ello que tiene algunos parámetros que los productores han sabido aceptar.
Respecto a su reciente personaje en ‘Luz de Luna’, señaló que tomó con gran sorpresa y cariño la respuesta que ha tenido el público con su Chubi’, el cual tuvo pequeñas apariciones en la primera temporada hasta tener mayores escenas como el malo de la historia, para después convertirse en un ser bondadoso y de luz.
Tu personaje ha logrado ser uno de los más queridos en ‘Luz de Luna’, ¿cuál es tu impresión al respecto?
Bueno, lo tomo con bastante sorpresa, por varios factores en realidad. Son 35 años que tengo en este oficio y no siempre los personajes que tú puedas hacer tienen esta pegada. Ha sido para mí una sorpresa agradable y bonita. Cuando llegas a una edad adulta, donde los jóvenes son los que destacan o tienen mayor acogida, te encuentras - en este caso - con un personaje estructurado, elaborado, que tiene un impacto a una edad adulta mía. Darme cuenta de ello, me llena de satisfacción.
‘Chubi’ era el malo de la historia, su transformación es la que ha sabido atrapar al público. ¿Lo consideras así?
En la primera temporada, mi personaje simplemente era el guardaespaldas que iba a manejar y a abrir y cerrar la puerta. Pero bueno, fue creciendo, siempre poniéndole corazón y mucho empeño. ‘Chubi’ logró de alguna manera identificarse con el público, era un sicario en la historia. Sin embargo, tras encariñarse con la niña (Luz), mostró una faceta que era totalmente distinta, eso contribuyó a que la gente pudiera quererlo. En la segunda parte ya estaba arrepentido y netamente bueno. Ahora en la tercera temporada quiere ayudar a ‘León’ (André Silva) desde otra dimensión.
A mí me llena de mucha alegría y ratifica también el hecho de que cuando hay personajes que tienen estas características, el público tiene un acercamiento muy bonito. No hay edad para eso. Siento que estamos en un buen momento, disfrutando de este éxito que no siempre suele suceder, pese a haber trabajado en muchas telenovelas.
¿Ha sido difícil permanecer en la palestra? Teniendo en cuenta que aparecen jóvenes talentos, unos más mediáticos que otros...
Mira, yo estudié en la Escuela de Arte Dramático en los años 80, donde no habían estas posibilidades que hay hoy en día. Antes no había esta diversidad de escenarios para poder vender tu producto. Es por ello que siempre los de mi generación tenemos presente que esto es una carrera, no de 100 metros, sino una maratón. Toda la vida, vamos a seguir corriendo y corriendo. Ahora, nosotros tenemos suerte, porque hay ‘Luz de Luna 3′, pero a veces trabajas en una telenovela y ya no estás en la siguiente. Ese espíritu, digamos, de permanecer creyendo y sabiendo que esta profesión tiene esas características en el Perú, ya está inmerso en uno.
No hay estabilidad en esta carrera...
Sí, en lo personal a mí no me cuesta esperar (un nuevo papel), no me cuesta insistir, ya es parte de mi naturaleza acondicionada a este trabajo. Lo tomo con mucha serenidad, sabiendo que en cualquier momento puede llegar otra vez la oportunidad de actuar. Un ejemplo claro es que lo último que hice en televisión con Del Barrio Producciones fue ‘Mi Amor el Wachimán’, en el 2012.
¿Cómo eliges a tus personajes? Pese a tu trayectoria, al principio, regresaste con un papel pequeño en ‘Luz de Luna’...
En la Escuela de Arte Dramático los profesores nos decían, ‘no hay papel pequeño. Todos los papeles, mis queridos alumnos, son importantes. Sea grandes o sean pequeños, háganlo siempre con dignidad y respeten la naturaleza de ese personaje’. De esa manera, siempre, en el teatro, en la televisión, en el cine, me he comprometido. Y qué lindo, ¿no? del chofer que abre y cierra la puerta, mi personaje llegó a ser uno de los más queridos. Estoy agradecido.
No hay egos de por medio a la hora de elegir un papel...
No, así hagas un personaje protagónico muy exitoso, el tiempo lo borra. Algunos lo recordarán, todo es pasajero. ‘Luz de Luna’ tiene su época ahora, seguramente que cuando vengan otras producciones ya se le recordará menos y cada vez menos. Entonces, todo pasa. Y creo que en la dimensión que uno pueda aceptar un personaje pequeño o grande, lo principal es siempre hacerlo con pasión, por lo menos queda la satisfacción en tu corazón de que ha salido bien todo.
¿Qué puedes decir a los jóvenes que disfrutan más de la fama que de su personaje?
Sí se te presenta la oportunidad de ser parte de una producción, está bien, pero no todo termina ahí. Hay que aprovechar la oportunidad, pero no quedarse allí. Quedarse en lo mediático en lugar de permanecer en una profesión tan linda y digna, no es una buena decisión. Un ejemplo claro es Diego Bertie, él era cantante e incursionó en la actuación de pronto. Empezó a estudiar, a prepararse, a capacitarse y logró papeles de galán de telenovelas, además de haber hecho cine y teatro. Mi consejo es que sigan estudiando, cultivando sus dones.
De ser actor, ¿cómo iniciaste con tu deseo de impartir la palabra de Dios?
A mí no me hablaron de Dios en una iglesia, a mí me hablaron de Dios en medio de los sets de grabación. Estábamos grabando la telenovela ‘Lluvia de arena’, que lo protagonizaba nuestro querido actor Salvador del Solar junto con Olenka Zimmerman. Ahí un compañero me habló de Dios, me habló de Cristo.
A pesar de ser reconocido en ese entonces por haber participado en la película ‘Bajo la piel’, y haber ganado premios y reconocimientos. Además de hacer la contraparte de Salvador en ‘Lluvia de arena’, porque era el malo de la historia, no me sentía completo, sentía que en mi interior faltaba algo. Hasta que me hablaron del Señor y di un paso, un pequeño pasito de creer, de abrir una puertita para que él pueda ingresar a mi corazón. Eso fue madurando y salió naturalmente, empecé a predicar la palabra.
¿Cómo manejas tus tiempos con la actuación y el hecho de ser pastor?
Una de las cosas que Dios nos enseña es ordenados, ser buenos administradores del tiempo. Yo manejo bien mi tiempo, converso por supuesto con las personas que me vayan a contratar, en este caso con Michelle Alexander, de Del Barrio Producciones, porque yo soy una persona que viajo por todo el Perú predicando.
¿Aceptas todo tipo de personajes? ¿No pones restricciones?
A mí me han ofrecido películas para ser protagonista donde tenía que estar desnudo, haciendo el amor con otras personas, ese tipo de cosas sí trato de manejar con el director. Si no es importante para la historia, no me interesa, no la hago. Busco papeles que aporten, tiene que servir para llevar un mensaje. Priorizo siempre mi paz.
En el 2022, Katty Jara comunicó su cristianismo y sorprendió con sus radicales cambios...
Katy es nueva, creo que tiene dos años en el cristianismo, yo tengo 25 años. Inicialmente, uno se mueve de una manera muy emocional, es igual cuando uno se enamora de alguien, que se deja llevar por la emoción y dejas de ver a tus amigas, a tu papá, a tu mamá, hasta te vas con ese hombre, ¿verdad? Vas madurando y te das cuenta que puedes manejar muy bien toda la relación y eso es lo que, bueno, me diferencia un poquito de Katy, yo tengo una cierta madurez por los años. Al comprender mi relación con Dios, puedo permitirme hacer ciertas cosas porque ya estoy maduro. Ya no hay temor de recaer.
¿La conoces a Katty Jara?
Una vez conversamos sobre la palabra, me agrada mucho que esté en los caminos del Señor, pero no tengo un mayor acercamiento con ella.
Cambió radicalmente...
Una persona toma una cierta decisión, si a ella le sirvió para poder proteger su naturaleza es porque solamente ella se conoce. Ahora, recuerda también que mi mundo o mi entorno era muy diferente. Yo no conozco el entorno de la música, el mío era lo teatral, gente que de alguna manera tiene otro tipo de búsqueda interior. Quizás, por eso, para mí fue más fácil poder tener un proceso tranquilo, sin que noten qué tanto cambié. Me refiero a la naturaleza de los trabajos.
¿Dónde funciona tu iglesia?
En mi casa, desde que mi señora madre ya no está conmigo y vivo solo, mi papá tampoco. Es por ello que lo he ampliado en toda la casa. Antes funcionaba en la cochera, ahora está en toda la casita. Así estamos, trabajando y sirviendo a la comunidad.