Nuevos y escalofriantes detalles salen a la luz sobre la masacre en Pachacámac, considerada ya como uno de los crímenes más espeluznantes del 2023. El caso encerreraría una disputa por una buena cantidad de droga que uno o más de los asesinados quiso apoderarse, pasando sobre un jefe narco, de acuerdo a fuentes policiales.
Las autoridades que investigan la matanza, ocurrida en una lujosa residencia del fundo San Carlos Bajo, en el centro poblado rural de Santa Anita, creen que no todas las víctimas tuvieron que ver con el “cierre” de la droga. Sin embargo, la orden de un “peso pesado” del narcotráfico habría sido muy clara: maten a todos.
Las mismas fuentes policiales, de la División de Homicidios de la PNP, afirmaron que se tiene la certeza que se los quería muerto a todos para que no quedaran testigos que en un futuro compliquen “el encargo”.
Aunque aún la información que manejan los agentes es preliminar, se tiene fuerte sospecha que los responsables de la masacre fueron al menos dos sanguinarios pistoleros, probablemente de nacionalidad venezolana.
Esta última hipótesis se sustenta en lo declarado por la única testigo del crimen, la empleada de la lujosa casa, quien permaneció escondida en uno de los ambientes que se usaba como almacén al escuchar la ráfaga de disparos contra los cuatro amigos.
El detalle que había pasado desapercibido es que los verdugos no llegaron a la casa y acribillaron sin mediar palabra a sus objetivos, sino que se sentaron a brindar y tomar una copas con ellos, a quienes conocían, para hacerles creer que todo estaba bien.
“No hubo ninguna resistencia, porque los únicos que dispararon fueron los sicarios, unas 30 veces”, contó uno de los efectivos que investiga el suceso.
Al dominical Reporte Semanal, Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri, declaró: “Al parecer algo no llegó a su lugar de origen y ocurrió este crimen”.
Las fuentes policiales indicaron que el jefe narco podría haber pensado que quisieron apoderarse de su droga, con el pretexto que se la había decomisado. El destino del estupefaciente habría sido Bélgica, pero al no llegar implicó que este pierda miles de dólares.
Un día antes de la matanza se hizo un decomiso
Coincidentemente, un día antes del crimen, el 25 de mayo, agentes de la Dirección Antidrogas de la PNP llevaron a cabo una operación en la que se incautaron 50 ladrillos que contenían alcaloide de cocaína. Cada uno de estos paquetes tiene un valor estimado de 65 mil dólares en el mercado negro.
Es importante destacar que esta droga estaba destinada a Bélgica y presentaba una marcada simbología relacionada con el régimen nazi, como la esvástica. Además, se pudo observar que los ladrillos tenían la palabra “Hitler” grabada en bajo relieve. Debido a estos hallazgos, la policía sospecha que esta incautación de cocaína podría estar vinculada con el asesinato ocurrido posteriormente.
¿Cómo era la lujosa residencia?
Esta impresionante residencia de Pachacámac abarca una superficie de 800 metros cuadrados y tiene un valor estimado de más de 200 mil dólares.
En su interior, se encuentra una amplia piscina, una cuatrimoto y un área de parrilla. En el espacio interior, se puede apreciar un moderno televisor Smart TV de última generación de 60 pulgadas, así como suelos decorados con un elegante estampado animal.
Además, se destaca una zona de bar con llamativas luces psicodélicas y una selección exclusiva de licores, como wisqui, ron y vodka, con un valor que alcanza varios miles de soles. La residencia también cuenta con amplias habitaciones, cada una de ellas equipada con televisores de última generación.