Ha llegado a la cumbre de las montañas más altas de los seis continentes, pero también ha tocado fondo y conocido el rostro menos amigable de la vida. Silvia Vásquez-Lavado no deja de protagonizar titulares que la elevan al rango de figura pública plagada de éxitos, pero lo cierto es que esa es una parte de la historia. En “El abrazo de la montaña”, la montañista revive episodios que cualquiera hubiese preferido dejar en el pasado.
El alcohol llevó a Vásquez-Lavado a clínicas y calabozos, se libró de morir en varias ocasiones y aún hoy, a cinco años de estar sobria, se sorprende que su cuerpo haya resistido tantos litros de ese líquido que no paraba de ingerir.
“Yo siento que mi familia ha dicho: ¿Esta mujer cuándo se va a morir?”, señaló a Infobae Perú, por las tantas veces que creyó encontrar el escape de sus tormentos e inquietudes en una copa.
A pesar de los desgarradores episodios que la autora cuenta en “El abrazo de la montaña”, sus 400 páginas no bastaron para describir los efectos del fin de su primera relación. La pérdida de peso, la crecida de cabello y el inicio de una carrera como DJ fueron la antesala para una vida marcada por el sexo desenfrenado. Conquista tras conquista, la hoy activista dice haber alimentado su ego sin saber cómo frenar esa vorágine de rostros y cuerpos.
“Creo que todo esto inició desde un lado cargado de mucho dolor. Ese placer no se equipara a la felicidad, es muy confuso. Eventualmente empezarás a dañar a otras personas o te pueden dañar a ti que es lo que me pasó. Podrás haber pasado todo un fin de semana de orgías, pero al llegar a casa sucederá algo que nos ha pasado a todos: verte al espejo y odiar lo que ves”, cuenta Vásquez-Lavado.
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Cuesta arriba
Vasquez-Lavado tenía 34 años empezó a sentir que el tiempo transcurría a toda velocidad y vio la necesidad de plantear una carrera en el agresivo y competitivo mundo de la tecnología corporativa en el que se venía desempeñando. Esto hasta oír el consejo de la vicepresidenta de la compañía para la que trabajaba que ahora comparte con todos: “Nunca compares tu vida con la de otra persona”.
La suya ha sido una de grandes logros y grandes caídas, pero su existencia cobró otro sentido cuando tras un accidente los médicos descubrieron que tenía un tumor cerebral.
“He amado, perdido, llorado y reído”, fue una de sus conclusiones en medio de la soledad al mismo tiempo que recordaba la partida de su madre y la mujer que amó. Frente a un futuro incierto, Vásquez-Lavado se propuso contar su historia.
“He escrito el libro que me hubiese gustado leer cuando estaba sumergida en tanto sufrimiento, cuando me levantaba por la noche y andaba por el hospital. Me hubiera gustado toparme con alguien que se abriera de una manera tan honesta como lo he intentado hacer”, dijo sobre el “El abrazo de la montaña”, que en un inicio iba a ser una guía para subir montañas, pero que terminó siendo el testimonio de la conquista de otro tipo de cúspides.
“Estoy asombrada por la fuerza y coraje que ha capturado tan bellamente en esta memorias”, dice Selena Gomez, la cantante y actriz encargada de interpretar a Silvia Vásquez-Lavado en la adaptación de esta publicación a la pantalla grande. El más reciente reto de la autora ha sido vigilar el traspaso de su historia a un guion y toparse con la posibilidad de que un filme no será suficiente: una serie limitada podría ser el nuevo rumbo.
Camino por delante
“Mi sueño más grande es que con este libro podamos erradicar la violencia contra las niñas”, dice la autora para inmediatamente darse cuenta que lo que acaba de decir es imposible. Lo que sí es viable es que “El abrazo de la montaña” llegue a la mayor cantidad de personas, sobre todo a aquellas que necesitan sensibilizarse del tema y que tiene la capacidad de poder promover cambios en el tema; entre ellos, el papa Francisco.
“Muchos católicos han quedada conmovidos con la parte en el libro en el que relato la vez que en mi primera confesión cuento al cura cómo han abusado sexualmente de mí como una manera de detener lo que venía sucediendo. Su reacción fue mandarme a rezar tres Ave María. Imagínate todo el sufrimiento que me hubiera ahorrado si esa persona hubiese reaccionado al caso que se le acababa de contar”, señala la autora.
Tras lograr que la escritora chilena Isabel Allende tenga en sus manos un ejemplar del libro y que la excandidata presidencial Hillary Clinton quebrara el protocolo de un evento para decirle a Vásquez-Lavado lo impactada que se había sentido con su historia, la siguiente en la lista es la intérprete de “Monotonía”, Shakira.
Atreverse a contar lo que aparece en “El abrazo de la montaña” trae consecuencias. Se trata de una pequeña puerta a un mundo personal que intenta encontrar su orden que, en medio de día buenos y malos, encuentra distintos soportes entre lectores, amistades y hasta la religión.
Vásquez-Lavado dice ser “pataza” de la Virgen a pesar de lo que puedan decir los miembros más tradicionales de la iglesia.
“Cuando la religión católica empezó a criticar mi estilo de vida, dije: no hay problema. Sacamos al intermediario, que es la iglesia, y me comunico directamente con ‘diosito y la virgen”, cuenta la montañista y activista LGBT.
“En el libro muestro que en las situaciones más difíciles rezo, rezo y rezo y así el Papa me diga algo por retirarlo de la ecuación yo le respondo con un jódete”, dijo la autora al final de la conversación.