El viernes 28 de octubre de 1746 es una fecha para no olvidar. La ciudad de Lima, entonces capital del Virreinato del Perú, próspera y bulliciosa, se vio sumida en el caos y la destrucción tras un terremoto de una magnitud inimaginable: 9.0 en la escala de Richter.
Ese día había comenzado como cualquier otro. Los limeños iban y venían por las calles adoquinadas, los mercaderes anunciaban sus productos y las iglesias se preparaban para las misas y oraciones de la jornada. Sin embargo, el destino tenía preparado un giro trágico.
Alrededor de las 10 de la noche, sin previo aviso, la tierra comenzó a temblar violentamente. Un estruendo ensordecedor se apoderó de la ciudad, mientras las casonas comenzaban a crujir y los balcones a desmoronarse. Las personas, presas del pánico, corrían desesperadas buscando refugio en medio de la confusión y la oscuridad.
El terremoto parecía no tener fin. Durante cuatro minutos, las sacudidas se sucedían una tras otra, derribando construcciones emblemáticas y casas humildes por igual. La Catedral de Lima, uno de los principales símbolos de la ciudad, no resistió la fuerza de la naturaleza y se desplomó en medio de una gran nube de polvo y escombros. El Palacio de Gobierno, desapareció del mapa. La muerte extendía su manto sobre toda la ciudad.
El terrorífico movimiento de tierra también se extendió al puerto del Callao mediante un maremoto, sumando más desolación a la ya golpeada ciudad. Las olas gigantes, que superaban los 8 metros de alto, arrasaron con embarcaciones y viviendas costeras, dejando a su paso un paisaje desolador.
Lima tenía entonces 150 manzanas y 3 mil construcciones, entre casas, iglesias, conventos y hospitales. Aquél fatídico 28 de octubre, solo 25 viviendas permanecieron en pie. No se sabe cuántas personas murieron en la capital, algunos historiadores estiman que fueron 6 mil. En el Callao, de los 5 mil habitantes que tenía, solo quedaron vivos 200.
Preocupante disminución de la actividad sísmica
Ya pasaron 277 años desde aquel gran terremoto y desde entonces Lima ha experimentado un fenómeno inquietante conocido como ‘silencio sísmico’, que preocupa a los científicos por la energía de la fricción de las placas tectónicas que se viene acumulando bajo nuestros pies y que solo se liberaría con un mega sismo de magnitud 9.
Pero, ¿qué es el ‘silencio sísmico’? Este término se refiere a un período prolongado de tiempo en el cual una zona sísmicamente activa no ha experimentado un terremoto significativo que libere la energía acumulada por el choque de las placas. En el caso de Lima, se ha observado una notable disminución de la actividad sísmica en comparación con su historial previo.
El ingeniero geofísico Hernando Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), informó que las recientes investigaciones en la costa peruana han permitido elaborar un mapa de acoplamiento sísmico, identificado que desde Pisco hasta Casma se viene acumulando deformaciones desde 1746 y que al liberarse podría generar el mega terremoto
El acoplamiento sísmico, explicó, ocurre cuando las placas tectónicas de Nazca (ubicadas en las profundidades del mar) y Sudamericana (continental) no pueden desplazarse normalmente y forman protuberancias que, con el tiempo, tratan de liberarse de alguna manera, provocando movimientos telúricos de diferentes proporciones.
Daños serían catastróficos
De ocurrir el mega terremoto en Lima, este sería más devastador que el de 1746, teniendo en cuenta el crecimiento de la ciudad.
Para darse una idea, sería como liberar en suelo limeño 240 millones de toneladas de dinamita o 16 mil bombas de Hiroshima y su impacto se sentiría en toda la costa peruana. En este escenario, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) prevé que serían destruidas más de 300 mil viviendas en Lima y Callao, 110 mil muertos y 2 millones de heridos.
Un informe técnico del Instituto Geofísico del Perú ha identificado que los distritos de Villa El Salvador, Chorrillos y San Juan de Lurigancho serían las zonas más afectadas en caso de un terremoto. Estas áreas se destacan debido a la composición de sus suelos, principalmente compuestos por arenas arcillosas y suelos de relleno, lo que los hace más susceptibles a los efectos sísmicos.
Hernando Tavera explicó que, ante la ocurrencia de un movimiento telúrico, las ondas sísmicas en los suelos de estos distritos se amplifican pudiendo generar deslizamientos, licuación de suelos (lo que provoca el hundimiento de las casas) e inestabilidad en las infraestructuras.
“Es fundamental que, como sociedad, tomemos conciencia de que el Perú es un país altamente sísmico debido a que está ubicado dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo tanto, debemos estar preparados para enfrentar situaciones de emergencia implementando medidas de prevención y reducción de riesgos”, manifestó el experto en sismología.
La sismología es una ciencia compleja y la predicción precisa de los terremotos sigue siendo un desafío. Aunque los avances tecnológicos han mejorado la capacidad para monitorear y comprender los procesos sísmicos, todavía no se ha alcanzado la capacidad de predecir con certeza cuándo y dónde ocurrirá un terremoto. El silencio sísmico en Lima, por lo tanto, no debe generar pánico, sino una llamada a la precaución y a la preparación.
Cinco recomendaciones para estar preparados
Hay que recordar que los sismos son cíclicos, por ello debemos estar preparados y tomar en cuenta de estas cinco recomendaciones:
- Participar de todas las campañas de prevención.
- Siempre tener a la mano nuestra mochila de emergencia con agua potable, alimentos no perecibles, radio a pilas, un botiquín de primeros auxilios, una linterna a pilas, un pito, una cuchilla, contar con un alcohol en gel y mascarillas.
- Tener bien ubicadas las salidas de emergencia de nuestros hogares. Si vivimos en edificios, recorrer las escaleras de emergencia para conocer su estructura ante un eventual sismo.
- Ubicar los lugares seguros de casa, columnas lejos de las ventanas donde podamos protegernos.
- Realizar simulacros con la familia y otorgarle a cada uno de los miembros una tarea en caso de emergencia.
¿Cuáles son los terremotos de los últimos 50 años?
- 31 de mayo de 1970: A las 3:23 p.m., un terremoto de magnitud 7,8 y un gran aluvión se registró en el Callejón de Huaylas (Áncash), dejando como saldo 67 mil muertos y 150 mil heridos.
- 9 de diciembre de 1970: A las 11:35 p.m., un terremoto de magnitud 7,2 ocurrió entre las regiones Piura y Tumbes, dejó como saldo 48 muertos.
- 3 de octubre de 1974: Un terremoto de 8,0 grados se registró al sur de Lima, en Cañete, a las 9:21 a.m. Duró alrededor de 90 segundos y dejó como saldo 252 muertos y 3.600 heridos.
- 23 de junio de 2001: A las 3:33 p.m., un terremoto de magnitud 6,9 afectó las regiones de Moquegua, Tacna y Arequipa. Dejó 74 muertos, 2.689 heridos, más de 21 mil damnificados, 64 desaparecidos, 35.601 viviendas afectadas y 17.584 casas destruidas.
- El 15 de agosto del 2007: A las 6:40 p.m., un terremoto de magnitud 8 ocurrió en Pisco (Ica). Registrándose 434 mil damnificados y 596 fallecidos.