Parejas, familias, grupos de universitarios, practicantes de taichí y hasta tres amigas que organizaron una despedida de soltera se dieron cita el último sábado en el malecón de Miraflores para participar del picnic masivo en protesta a la gestión del alcalde Carlos Canales (Renovación Popular), que agudizó las restricciones para el uso del espacio público del distrito.
La activista Cynthia Yamamoto difundió imágenes de este evento, que arrancó cerca de las 17:00 horas y adonde algunos vecinos llegaron provistos con pancartas para reivindicar el “derecho constitucional” de emplear las áreas verdes con fines recreativos.
Al lado del parapuerto, cerrado de manera temporal por la alcaldía en medio de la convocatoria, se desarrolló una sesión de arte marcial en la que participaron decenas de asistentes que se oponen a la decisión municipal de cursar una solicitud y pagar un tributo cuando los picnics superen los 15 integrantes.
“Definitivamente, se debe respetar el espacio público, no puede ser restringido ni cobrar para emplearlo. Nos llama la atención que el alcalde tenga tanto miramiento a los parques porque, si se hace una toma, verán que este se encuentra totalmente amarillo, recién lo han regado hoy. También protestamos porque los parques están con pésimo mantenimiento”, dijo un vecino a TV Perú.
En la zona de parapente, enmallada por “mantenimiento y seguridad”, la comuna dispuso letreros y algunas barandas para demarcar el área de trabajo, aunque no había personal municipal ejecutando labores. Usuarios de redes sociales reportaron, además, que previamente fue retirado parte del pasto artificial de la zona de parapente.
El picnic masivo fue difundido en unos post de Twitter y Facebook, a los que se sumó la legisladora Susel Paredes, una semana después de que personal de fiscalización de la comuna interviniera a un grupo de jóvenes que celebraba un cumpleaños en un parque, con el pretexto de que habían llevado vino.
“Entendemos este tema de protesta, pero somos muy tajantes en decir que los espacios públicos en Miraflores siempre han sido públicos y todos están bienvenidos a utilizarlos con respeto y orden, cumpliendo lo que las normas indican, que es básicamente no libar bebidas alcohólicas, no venir con un parlante que pueda afectar o con inflables o infraestructura grande”, señaló Felipe Ojeda, subgerente de Deporte y Recreación de la Municipalidad.
La postura se contradice con la de algunos moradores que señalan que, en anteriores gestiones, participaron de pícnics o reuniones con alguna bebida alcohólica, sin que los hayan intervenido.
En efecto, la ordenanza 480 de la Municipalidad, vigente desde 2017, prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública y en el interior de vehículos estacionados, pero ha habido informes de intervenciones arbitrarias a personas que estaban meditando o practicando yoga.
Recientemente, la administración de Canales informó que los instructores de actividades físicas y deportivas que usen los espacios públicos del distrito serán empadronados, deberán pagar un tributo y se les asignará determinados horarios para realizar sus cursos y talleres.
“Lo que estamos haciendo es normar, y los vamos a empadronar. Los parques no son academias de deportes, para eso hay áreas específicas que existen y otras que vamos a crear”, señaló el burgomaestre durante una sesión de Concejo.
Canales remarcó que mantener el 60% de las áreas verdes representa para el municipio un presupuesto de casi dos millones de soles, de modo que, bajo su óptica, corresponde a la gestión salvaguardar la inversión e intereses del distrito. Por esta serie de acciones, sus medidas han sido catalogadas como arbitrariedades contra el uso de parques y espacios verdes, aunque para la autoridad edil se trata de “una campaña de desprestigio” orquestada por la oposición.
“[Dicen] que somos malos, discriminatorios, que no queremos que la gente vaya a los parques. Somos personas que hemos propuesto el cuidado de la salud, emocional y física a través del disfrute de nuestros espacios libres”, señaló en un clip publicado este sábado.
Canales integra una tienda ultraconservadora liderada por Rafael López Aliaga, alcalde de Lima, un empresario devoto del Opus Dei, célibe y recurrente al uso del cilicio, quien, según ha declarado, reprime su deseo sexual pensando en la Virgen María.
Este político, contrario al feminismo y al enfoque de género, propuso en el pasado enviar a un hotel de cinco estrellas a las menores víctimas de violencia sexual. También ha implementado una playa artificial en San Juan de Lurigancho (SJL), un polémico proyecto que abrió sus puertas al público hace dos semanas, tras una inversión de 145.000 soles.