Salsa. Esta palabra hace bailar a millones de personas. Sin embargo, este sabroso género musical parece haber entrado en una especie de vacío en el Perú.
Infobae Perú buscó la voz especializada experto melómano Rigoberto Villalta, más conocido como ‘El malo’; su alter ego que opina fuerte en el canal de YouTube Salserísimo Perú.
¿Quién es ‘El malo’?
Con 60 años de edad, este abogado de profesión, pero salsero de corazón, se ha ganado un lugar entre los amantes de este ritmo afrocaribeño por ser tan frontal, algo que sus seguidores agradecen y valoran.
“Al peruano no le gusta que le digan las cosas de frente, siempre nos gustan irnos por la tangente y no al grano. Nos duele decir la verdad”, reflexiona en una visita de Infobae Perú a su casa.
También recuerda que fue su propio público quien comenzó a llamarlo como se le conoce actualmente debido a un programa en el que participa llamado el legendario LP ‘El bueno, el malo y el feo’, de Willie Colón, acompañado de Héctor Lavoe y Yomo Toro.
El destino lo llevó a la salsa
A mediados de la década de 1970, la música de moda en las diferentes emisoras radiales y televisión era el rock y el disco. Y casi cualquier cosa que sonaba en inglés.
Hasta que llegó al Perú la agrupación ‘Fruko y sus Tesos’ con su tema ‘El preso’ y su presencia en canal 5 (Panamericana Televisión) despertó en él una inusitada curiosidad que lo llevó buscar programas especializados y su amplia discoteca de más de dos mil LP nació. Eso sin contar los CDs, cassettes, libros, videos en VHS y Betamax, y cualquier formato que llegara a sus manos que tenga información sobre su nueva pasión.
Y cuarenta años después, sigue en esa búsqueda eterna de más información, algo que solo los que saben de tener una pasión tan intensa como esta pueden entender.
La salsa en el Perú
Aunque parezca un fenómeno bastante más reciente, lo cierto es que el gusto por la música proveniente del Caribe siempre ha estado presente en el Perú.
Tal como lo explica ‘El malo’, desde la década de 1950, era común escuchar música de Pérez Prado o La Sonora Matancera en cuanta fiesta hubiera en las zonas de clase media de la capital.
Es así que el gusto por la música afrocubana -así se llamaba antes de ser rebautizada como salsa- fue creciendo en cierto sector de la población, pero, según Villalta, esto nunca fue masivo como sí lo fue en otros lugares como Nueva York o Puerto Rico.
“En el Perú, hubo orquestas que sí cultivaban la cadencia Caribe. Por ejemplo, la de Lucho Macedo, La Sonora Casino, Carlos Miranda o la de Freddie Roland. Había un montón, pero todas se basaban en lo que hacía La Sonora Matancera. También grababan su música propia, pero la mayoría eran covers”, señala el experto salsero, recordando los primeros pasos de este género en nuestro país.
Y justamente ese tema de los covers se popularizó entre las orquestas emergentes peruanas, que hasta ahora lo hacen, pero en nuestro país dejaron de publicarse discos nuevos, lo cual fue aprovechado por los músicos que hacían sus versiones y las presentaban como propias.
Identidad propia
A comienzos de la década de 1980 aparecieron dos bandas para dejar en claro que los músicos peruanos podían hacer salsa original y de la buena. Una de ellas fue la ‘Sarava All Stars’, de otro conocido amante de la salsa como Luis Delgado Aparicio.
Y la segunda, una de las agrupaciones más emblemáticas que incluían elementos peruanos y tenían un perfil muy nuestro, eran ‘Los Hijos del sol’.
“Ellos fueron una agrupación que hicieron un par de discos excelentes, pero que aquí nadie conoce. Con ellos cantó Eva Ayllón y tocaron grandes músicos como Juancito Torres de la Fania, los Stagnaro, Álex Acuña y varios más”, recuerda Villalta.
Otra de estos grupos salseros que podrían caer en este saco desaparecido por falta de apoyo es ‘Sabor y Control’.
“No se puede hablar que la salsa está de moda en el Perú si grupos como ‘Sabor y Control’ no tienen apoyo”, acotó.
‘Melcochita’, el grande
En la cultura popular peruana, Pablo Villanueva, ‘Melcochita’, es un reconocido cómico que nos arranca más de una sonrisa con sus presentaciones. Pero para don Rigoberto es el mejor artista salsero peruano que no ha recibido el justo reconocimiento en su país.
“Ese señor es un personaje en Nueva York, ha cantado con todas las estrellas de la salsa. Su nombre aparece en innumerables producciones de la Fania como autor de varios temas, pero aquí solo es un cómico”, lamenta.
Irrupción femenina
Luego de la fiebre que desató la salsa a finales de los ochenta, y a principios de los noventa, gracias a su vertiente llamada sensual; el movimiento salsero volvió a su cauce regular y los cientos de discotecas y orquestas que solían ser la vedette de los fines de semana se redujeron a su máxima expresión.
En los últimos años, una nueva moda, de lo que queda del movimiento salsero, es la presencia de distintas vocalistas femeninas. Casi para todos los gustos.
Para ‘El malo’, esto es herencia de la cumbia, el género musical que prefieren la mayoría de peruanos. Y es que la presencia de artistas como Rossy War, Ada Chura, Ana Kohler inspiró a futuras orquestas peruanas a alinear varias mujeres en su delantera. Y hoy es algo que se ha vuelto común. “Esto se da un poco para romper el molde dentro de una sociedad machista como la nuestra. Y eso es bueno”, reconoce.
En el Perú, hay varias voces femeninas que se llevan las portadas y la atención del público en general. Pero para el crítico de salsa hay una que sobresale sobre las demás.
“Daniela (Darcourt) es la que tiene mejor voz, más potencia. La veo más comprometida con el tema y no está en el negocio por la fama solamente”, considera el experto.
La salsa está en decadencia en Perú para ‘El malo’
Consultado por el futuro del género en nuestro país, ‘El malo’ consideró que la salsa, como tal, ya no existe. “Solo nos ha quedado la etiqueta. Ahora vemos música tropical, bailable o como quieran llamarla, pero la música de ahora no reviste las características de la salsa que eran básicamente percusión pesada y fuerte, arreglos agresivos, la presencia de solos en la buena salsa, entre otros”.
Así, el panorama para los amantes de la verdadera salsa brava solo queda recordar mejores tiempos al compás de un buen vinilo y ponerse a bailar con canciones que marcaron toda una época.