La tragedia del Estadio Nacional que enlutó al fútbol peruano: más de 300 muertos y una polémica investigación policial

Un suceso estremeció al mundo del balompié, pero sobre todo al Perú, que vio cómo centenares de aficionados perdían la vida en un contexto bastante turbio y que trajo severas consecuencias.

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La terrible tragedia del Estadio Nacional en 1964 que cobró centenares de vidas.
La terrible tragedia del Estadio Nacional en 1964 que cobró centenares de vidas.

El fútbol peruano ha gozado de diversos capítulos que deleitan las páginas de su historia, con generaciones doradas de jugadores que destacaron y dejaron el nombre del país en alto. Sin embargo, también han existido episodios oscuros y que, de uno u otro modo, mancharon y causaron una tremenda tristeza en el balompié nacional. En ese sentido, en esta nota recordaremos la tragedia del Estadio Nacional de Lima, que ocurrió en 1964 y dejó centenares de muertos, en uno de los sucesos más lamentables que ha sucedido en el fútbol.

Fue en un partido que la selección peruana en condición de local ante su similar de Argentina en la última fecha del Preolímpico rumbo al certamen de Tokio de ese año. La ‘bicolor’ venía de obtener resultados positivos de un campeonato que se desarrolló casi en su totalidad en la capital ‘incaica’: empate 1-1 con Ecuador, victoria 3-0 contra Colombia y otro triunfo 2-0 ante Uruguay. Por ello, tenía que definir el pase ante los ‘gauchos’ en el principal recinto deportivo. El pronóstico era alentador, ya que incluso el empate era favorable de cara a la clasificación

Justamente, la ‘albiceleste’ le había ganado a Colombia (2-0), Ecuador (1-0), Chile (4-0) y Uruguay (3-1). Estos resultados le dieron el cupo a los Juegos Olímpicos frente a los locales que al menos el empate les servía para superar a Brasil en la tabla de posiciones y tener las chances de llegar a dicho certamen internacional.

Partido Perú vs Argentina

Fue el 24 de mayo de 1964, cuando las selecciones sub-23 de Perú y Argentina se enfrentaron en el Estadio Nacional de Lima que lucía repleto, albergando a más de 47 mil personas. De todas ellas, algunas se aproximaron al recinto luego de haber presenciado horas antes, lo que fueron las “6 Horas Peruanas”, una carrera internacional de autos que se desarrollaba de forma anual en los primeros años en las calles de Campo de Marte, en el distrito de Jesús María.

Era tanta la cantidad de espectadores, que llegó a rebasar el límite estimado, determinándose que se cierren casi todas las puertas del coloso de José Díaz. Las personas no dejaban de ingresar, de ahí que se tomó esa drástica medida que sería una de las causas del terrible suceso.

El combinado patrio era dirigido por el brasileño Marinho de Oliveira y tuvo a los siguientes jugadores: Barrantes, Guerrero, Castillo, Chumpitaz, Sánchez, Lara, Rodríguez, Zavala, Cassaretto, La Rosa y ‘Kilo’ Lobatón. Por su parte, el equipo encabezado por Ernesto Duchini tenía a Cejas, Morales, Bertolotti, Sesana, Mori, Perfumo, Pérez, Malleo, Domínguez, Ochoa y Manfredi.

Héctor Chumpitaz (tercero de izquierda a derecha de los parados) integró de la selección peruana en el Preolímpico de 1964. (Fotos Fútbol Peruano)
Héctor Chumpitaz (tercero de izquierda a derecha de los parados) integró de la selección peruana en el Preolímpico de 1964. (Fotos Fútbol Peruano)

Desde el principio, la ‘bicolor’ se hizo con el protagonismo de las acciones y dominó el encuentro, aunque solo en cuanto a la transición de la pelota, ya que no contó con muchas chances de abrir el marcador. Tampoco los ‘gauchos’ generaron ocasiones.

Para la segunda mitad, el trámite del partido cambió. Fue así como los argentinos pudieron romper la paridad a través de Néstor Manfredi, quien a los 63 minutos aprovechó un mal rechazo del arquero Juan Barrantes tras un saque de esquina y con un disparo en el área rival colocó el 1-0 parcial con un potente disparo esquinado.

Inicio del terror

Esta desventaja complicaba la clasificación del ‘equipo de todos’ para los Juegos Olímpicos. Hasta que cuando restaban tan solo seis minutos para que culmine el partido, hubo un balón que llegó al área de la visita. Horacio Morales trató de librar el peligro de su zona, aunque se le escapó la pelota y el rebote lo tomó Víctor ‘Kilo’ Lobatón, quien llegó a empatar con un disparo ajustado, desatando la alegría de todo el entorno peruano. No obstante, el árbitro uruguayo, Ángel Eduardo Pazos, decidió anular la acción por jugada peligrosa del futbolista nacional.

De inmediato, los reclamos, tanto de los propios jugadores como de los hinchas que asistieron al Estadio Nacional se hicieron sentir mediante reclamos y silbidos ensordecedores. Fue así como Víctor Melesio Vásquez, apodado como el ‘Negro Bomba’, saltó desde la tribuna al campo y se dirigió de manera enérgica al juez principal para reprenderle por invalidar el gol. En eso, los efectivos policiales que se encontraban cerca al hecho soltaron los perros que tenían hasta que lo contuvieron. Pero al rato apareció otro hincha llamado Edilberto Cuenca, quien trató de acercarse a Pazos, aunque fue golpeado por la policía. El árbitro no tuvo más remedio que dar por culminado el cotejo.

La revista El Gráfico captó el momento en que el árbitro anuló el gol de Perú ante Argentina en 1964.
La revista El Gráfico captó el momento en que el árbitro anuló el gol de Perú ante Argentina en 1964.

Estos acontecimientos causaron la furia de los aficionados, que desde la tribuna lanzaron proyectiles, ladrillos, asientos y más elementos a modo de protesta. Como respuesta, la policía lanzó bombas lacrimógenas, que espantaron a los asistentes y desencadenó un caos total, haciendo que las personas corrieran a la salida. Sin embargo, en el caso de la tribuna norte, tres de las seis puertas estaban cerradas, ocasionando aglomeraciones, aplastamientos y asfixias de muchos aficionados, entre ellos, niños y ancianos, quienes sufrieron las consecuencias.

El comandante de la policía, Jorge de Azambuja, fue señalado como el responsable principal de la tragedia al ordenar el cierre de las puertas del recinto deportivo y del lanzamiento de las bombas lacrimógenas, algo que él mismo admitió. “Yo ordené lanzar bombas lacrimógenas a las tribunas. No puedo precisar cuántas. Nunca imaginé las nefastas consecuencias”, expresó.

“Después que llegamos a los vestuarios hubo personas que salieron y cuando regresaron nos contaron que había dos muertos. ¿Dos muertos?, preguntamos, pensando que uno ya hubiera sido demasiado. Estuvimos allí por dos horas antes de que pudiéramos salir, así que no supimos la magnitud de lo que estaba pasando”, fueron las palabras de un Héctor Chumpitaz, que integró esa selección peruana con 21 años.

Momento en que los hinchas escaparon de las bombas lacrimógenas lanzadas por la policía. (GEC)
Momento en que los hinchas escaparon de las bombas lacrimógenas lanzadas por la policía. (GEC)

Caos en calles limeñas

Pero el caos no se limitó al Estadio Nacional, sino que se trasladó a las calles limeñas. Algunas personas que lograron salir de este escenario incendiaron autos, medios de transporte público, oficinas, destruyeron propiedades, hubo saqueos, entre otros actos de violencia.

Los hospitales Loayza, Dos de Mayo y Obrero se empezaron a llenar de heridos y gente que se encontraba en los últimos suspiros de sus vidas. La radio se volvió el medio por el que los familiares se enteraban si tenían a alguien cercano que haya sido afectado por este lamentable suceso. De acuerdo con registros de la época, la mayoría de los fallecidos sucedieron a causa de asfixia.

Narración acerca de lo acontecido tras el partido entre Perú y Argentina por el Preolímpico. (Video: Telenoche)

Acciones después de la tragedia

Como una medida para evitar que el desastre se extienda y se convierta en manifestaciones, el Gobierno, liderado por Fernando Belaúnde Terry, primero declaró siete días de duelo y luego decidió suspender las garantías constitucionales de toda la población por 30 días.

Además, el comandante Azambuja fue castigado con una condena de 30 meses, luego de que él mismo reconociera ser el responsable de ordenar el lanzamiento de bombas lacrimógenas tras contener al ‘Negro Bomba’ y a Edilberto Cuenca.

Benjamín Castañeda, juez que encabezó la investigación para esclarecer todos los hechos, llegó a asegurar años después que su informe no iba acorde con la cantidad real de los muertos, dando a entender que varios perdieron la vida “por las balas” y no solo por asfixia. Asimismo, manifestó que lo ocurrido no fue solamente un hecho fortuito de la policía, sino de una estrategia del presidente Terry, que había adquirido las bombas lacrimógenas, para detener las protestas que en esa época surgían por el conflicto social que vivía el país.

Luego de toda la tragedia, el Preolímpico se suspendió y acabó coronando como campeón a Argentina. La selección peruana, por su parte, no pudo clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, sobre todo, tras la posterior derrota por 4-0 ante Brasil en Río de Janeiro.

Sin duda, un hecho lamentable que dio la vuelta al mundo y que enlutó a todo un país y, sobre todo, al entorno del fútbol.

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