Un rescate exitoso que fue celebrado entre aplausos. En la madrugada del sábado 13 de mayo, un equipo de la División de Secuestros de la Policía Nacional del Perú llegó a San Martín de Porres para rescatar al cevichero Paulo Huansi Loayza, quien fue privado de su libertad hace cinco días en su propio negocio, ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho.
El empresario fue trasladado al hospital central de la PNP para recibir las atenciones necesarias. En diálogo con Latina, el General y Jefe de la Dirincri, Luis Flores, detalló qué fue lo que encontraron en la vivienda donde tenían al secuestrado y cuál era su modus operandi para hallar nuevas víctimas.
El ciudadano se encontraba en una pequeña habitación de dimensiones reducidas, aproximadamente de tres por dos metros. Estaba tendido en un colchón en el suelo, con sus manos y pies atados, y evidentes señales de haber sufrido tortura, ya que su camiseta estaba manchada de sangre.
Un secuestro con presupuesto
La autoridad indicó que los criminales, nueve extranjeros y dos peruanos, contaban con un presupuesto que les permitía poner en marcha sus planes para operar en la capital. Ellos estaban organizados para que ningún detalle sea omitido. Flores precisa que primero seleccionaban a la víctima, por medio del reglaje.
Los detenidos, de nacionalidad venezolana, tenían antecedentes policiales y su situación migratoria es irregular. Detenciones y otras faltas marcan su historial, tanto en Venezuela como en Perú.
Se presume que la vivienda que alquilaban en SMP, que sería su central de operaciones, no sería la única guarida de estos inescrupulosos. Dentro del inmueble hallaron un croquis de la cevichería donde se produjo el rapto.
“Hubo el secuestro, el cautiverio y la negociación. Se ha dado la figura típica del secuestro”, comentó el General de la PNP. Sobre la pena y años de cárcel que podrían recibir, destacó que sería entre los 35 años y hasta la çadena perpetua.
El cautiverio de los empresarios
El caso del cevichero no fue el único que alertó a la PNP y medios de comunicación. Días más tarde de informarse su secuestro, se reportó un hecho similar con el dueño de un burdel, conocido como Molino Rojo, Óscar Paiva Guadalupe. De acuerdo a las primeras investigaciones que se han obtenido, se trataría de un acto cometido por los mismos criminales, ya que las características del inmueble donde permanecieron eran los mismos.
Después de que la familia de la persona afectada logró reunir una suma de 40 mil soles, se realizó el pago a la banda de secuestradores. El dueño del prostíbulo fue liberado en Surco.
Hallaron bebés en el inmueble de los secuestradores
Un hecho que causó asombro es el hallazgo de menores de edad, específicamente bebés, en algunas de las habitaciones de la vivienda en San Martín de Porres. Al estar aún en etapa de investigación, no se ha reconocido la relación que tendrían con los delincuentes.
Asimismo, se desliza la idea de que los habrían tenido en la casa para aparentar ser una familia numerosa, y de esta manera, no generar sospecha alguna entre los vecinos de la zona.
Plan de seguridad
Hasta la fecha, se ha reportado el secuestro de nueve empresarios en el país. El Policía determinó que se están haciendo las gestiones para brindar la seguridad a los rescatados para que no sean atacados como parte de las represarías que podrían tomarse.