Este fin de semana largo, miles de fieles llegaron hasta la ciudad de Arequipa para participar en las celebraciones por la Fiesta de la Virgen de Chapi, que se desarrolló del 28 de abril al 1 de mayo.
Se estima que más de 200 mil devotos realizaron el peregrinaje en el anexo del distrito de Polobaya, a dos horas de Arequipa, hasta llegar al santuario de la ‘Mamita’, patrona de la región, que permaneció en la explanada para reencontrarse con los creyentes.
En su día central, el 1 de mayo, el arzobispo de Arequipa, Javier Del Río Alba, junto al rector del santuario, el padre Zacarías Kumaramangalam, presidió la misa de fiesta por la Virgen de Chapi. Además, estuvieron presentes el obispo auxiliar, monseñor Raúl Chau Quispe, y los vicarios generales y sacerdotes de la Arquidiócesis de Arequipa.
En la homilía, el arzobispo reflexionó sobre la Virgen de Chapi y su deseo de tener su santuario en pleno desierto, por el cual los fieles atraviesan un largo y sinuoso camino, porque de esta manera se demuestra que la fe florece en medio de las dificultades. “Yo pensaba que a la virgen les gustan las regiones montañosas, por eso escogió este lugar. Fue la virgen que dijo aquí, aquí quiero que sea mi santuario (...) pensaba que probablemente porque estás montañas así secas, nos hacen presente también algunos aspectos de nuestra vida”, expresó.
Después del mediodía, al culminar la ceremonia, el intenso sol no fue impedimento para que los fieles de la ‘Mamita’ que llegaron hasta el santuario para expresar su fe y agradecimiento, la acompañaran en procesión realizando plegarias y arengas. Durante las fechas de celebración también se realizaron varias misas de bautizo, además del rezo del rosario, confesiones, alabanzas, serenatas y fuegos artificiales.
Para el correcto desarrollo de esta festividad religiosa se contó con el apoyo de diferentes entidades como la Policía Nacional, Gobierno Regional de Arequipa, Municipalidad Provincial de Arequipa, Municipalidad Provincial de Arequipa, municipio distrital de Polobaya, personal de la Cruz Roja, Sedapar, Gerencia de Salud, entre otros.
Virgen de Chapi, una historia de fe
La Virgen de Chapi fue traída al Perú por misioneros franciscanos en el siglo XVII, desde entonces ha sido venerada por los arequipeños y todos los peruanos que año a año la visitan para agradecer por los milagros concedidos.
La palabra ‘Chapi’ proviene de la expresión quechua “Chaypi, Chaypi”, “Chajchay llallápi” y “Chaj llallápi”, que significan “Aquí nomás”, “Aquí, aquí”, “Hasta aquí”. En 1868 se registró un terremoto en Arequipa, que provocó el derrumbe de la iglesia donde se guardaba la imagen de la Virgen. Gran asombro causó que la imagen de la ‘Mamita’ quedó ilesa, lo cual fue considerado como uno de sus tantos milagros. En 1921 se produjo un incendio, que consumió en llamas el templo. Nuevamente, la ‘Mamita’ quedó ilesa sin sufrir ningún tipo de daño.
La Virgen de Chapi fue canonizada el 2 de febrero de 1985 por el entonces papa Juan Pablo II, fecha en la que también se realizan celebraciones.