Ha pasado una semana desde que el exmandatario Alejandro Toledo fue recluido en el penal de Barbadillo. El economista se entregó a las autoridades estadounidenses para iniciar su proceso de extradición por presuntamente haber recibido una coima de 32 millones de dólares de la constructora Odebrecht. El creador de Perú Posible comparte establecimiento penitenciario junto a otros expresidentes como Pedro Castillo y Alberto Fujimori.
La extradición de Alejandro Toledo fue un largo y tedioso procedimiento legal que tardó, por lo menos, 4 años. El exdocente se encargó de dilatar lo máximo posible esta medida para evitar terminar en prisión. Anteriormente comentó que no deseaba terminar en una cárcel y pidió a las autoridades que no lo dejen morir tras las rejas.
Su abogado, Ricardo Su, mencionó también que su patrocinado atravesaba una difícil situación en lo que concierne a temas de salud. Según contó, el exdocente universitario fue diagnosticado con con cáncer. La defensa legal no dio más detalle de ello.
Toledo llegó a Perú en una silla de ruedas, fue trasladado a medicina legal y conducido a realizar los trámites restantes para su arresto. Un helicóptero lo trasladó hacia su celda en el penal de Barbadillo.
En un inicio no podía recibir visitas, productos externos ni contaba con comodidades como televisión, cocina o sillones. Esta fue una de los principales reclamos de su abogado, quien indicó que el expresidente solo encontró un colchón y una cama en su habitación.
Luego de una semana de haber permanecido en el establecimiento penitenciario, se conoce que su espacio ha sido amoblada y cuenta con tres espacios: una sala de visitas, un dormitorio con un baño privado y un jardín con fines recreacionales.
De acuerdo a fuentes de El Comercio, también gozaría de otros beneficios como el acceso a mesas, televisores, sillas, una cocina. No obstante, hasta el momento, no se tiene más información sobre si estos fueron entregados.
Con respecto a su estado de salud, un reporte de Canal N difundió un informe médico realizado a Alejandro Toledo en Estados Unidos donde no se menciona su enfermedad oncológica o remanente de cáncer, como mencionó su abogado.
El reporte data del 1 de marzo de 2023 fue utilizado como uno de sus recursos de suspensión del exjefe de Estado para evitar que sea entregado a las autoridades peruanas. Este documento fue enviado a la Corte estadounidense.
“Aunque está totalmente vacunado, tiene 76 años y es vulnerable a infecciones repentinas [...] Además, ha sufrido una fractura del hombro derecho, requirió una intervención mayor y la sustitución de una articulación por una prótesis de titanio [en] su extremidad superior derecha”, indica el escrito.
“La salud del doctor Toledo se deterioró desde 2021 [...] Tiene numerosos problemas de salud física y mental para los que toma medicación. También dos cirugías, en el hombro y el codo derecho, en el plexo braquial derecho”, agrega.
El Instituto Nacional de Establecimientos Penitenciarios (INPE) también comunicó que el exjefe de Estado también está habilitado para recibir visitas externas en un horario determinado. Por el momento no se cuenta con información si el exmandatario ha recibido la presencia de familiares, amigos u otros personajes de la política peruana.
Niega convertirse en colaborador eficaz
Alejandro Toledo ha descartado la opción de convertirse en colaborador eficaz para obtener beneficios mientras cumple la prisión preventiva por el caso Interocéanica. Para el exmandatario, de acceder a esta figura, estaría aceptando que ha delinquido. “No hice nada ilegal”, recalcó.
“Si colaborar es admitir que soy culpable, nunca lo haré porque no hice nada ilegal como jefe de Estado. Si conozco hechos irregulares que hayan cometido otros altos funcionarios, lo descarto... Jamás seré colaborador eficaz porque eso sería aceptar que soy un delincuente”, dijo antes de ser entregarse a las autoridades norteamericanas.
En lo que concierne a la presunta coima que recibió, el político también lo negó. Aseguró que no recibió “un dólar” ni se reunió con empresarios de la constructura brasileña para negociar o solicitar beneficios para él.