Insiste en su inocencia. El exmandatario Alejandro Toledo (2001-2006) no reconoce aún las acusaciones de la Fiscalía, que lo sindica como receptor de millonarios sobornos de Odebrecht, tras su extradición al Perú.
El ex líder de Perú Posible, cuya esposa y suegra también están incluidas en los casos en su contra, llegó al territorio nacional tras más de seis años de su viaje a Estados Unidos (EE.UU.). El exmandatario se trasladó a dicho país luego que Jorge Barata, exdirectivo de la constructora brasileña, se sometiera a la colaboración eficaz.
A cambio de la buena pro para los tramos II y III del Proyecto Corredor Vial Interoceánica Perú-Brasil, sostiene el Ministerio Público, Toledo Manrique recibió al menos US$20 000,000 en el 2005.
Además de esta imputación, también se realizan diligencias en su contra por el tramo IV —de la misma carretera— y el caso Ecoteva: expediente donde se investiga el uso del presunto dinero ilícito que recibió.
“Jamás he recibido un dólar que no sea producto de mi trabajo. Nunca me reuní con los empresarios brasileños para negociar nada ni encargué que otros busquen benefidos para mí. (...) He combatido la corrupción, he firmado el acuerdo de Naciones Unidas contra ella, impulsé el trabajo de las procuradurías (...) no pueden decir que soy un corrupto”, alegó a Hildebrandt en sus trece.
En este marco, el exdignatario también aseguró que “el sistema de justicia está influenciado por siete años de condena social” en su contra. En la actualidad, este permanece recluido en el penal Barbadillo, en Ate, para cumplir con una orden de prisión preventiva por 18 meses.
Hasta el momento, pese a lo anunciado por su abogado Roberto Su, se desconoce si la defensa legal ya presentó un pedido de arresto domiciliario a favor del investigado. El último 21 de abril, el fiscal José Domingo Pérez negó que este requerimiento se haya presentado formalmente.
“No puedo adelantar posiciones que vayan a plantear la defensa del Sr. Toledo. Entendemos que, formalmente, no lo ha solicitado. (...) [Pero queremos] mostrar que de parte del equipo especial [Lava Jato] vamos a defender la posición de la sociedad que se vio agraviada por estos delitos de corrupció”, manifestó el funcionario a la prensa.
Teme “morir” en prisión
Ya en los últimos días, antes de su llegada a suelo peruano, el letrado del expresidente aseguró que este padece de cáncer y otras enfermedades que comprometen su salud.
En aquel momento, evitó brindar mayores detalles, sin embargo, el extraditado comentó al medio citado que “teme” terminar sus días en una celda. La Fiscalía, actualmente, pide 20 años y 6 meses de pena privativa de la libertad solo por el caso Interoceánica.
“No le corro a la justicia, pero los médicos que me tratan en California me dicen que mi salud está muy deteriorada. Hay males que se han disparado. Tengo un cuadro clínico de cuidado”, sostuvo.
Además, descartó someterse a una figura de colaboración eficaz. “Si colaborar es admitir que soy culpable, nunca lo haré porque no hice nada ilegal como jefe de Estado. Si conozco hechos irregulares que hayan cometido otros altos funcionarios, lo descarto”, aseguró.