El expresidente Alejandro Toledo, investigado por recibir presuntos sobornos de más de 35 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht, abandonó su departamento, en la localidad de Menlo Park, en la Bahía de San Francisco (California) y luego se dirigió a entregarse a la justicia de Estados Unidos.
Acompañado de su esposa, la exprimera dama Eliane Karp, y con un par de personas más, el exmandatario organizó en su maletera el equipaje donde, al parecer, había ropa y otros utensilios que utilizará en la carceleta de la Corte del Distrito Norte de California: allí permanecerá hasta que llegue un equipo de fiscales peruanos, junto a otros funcionarios, para ser extraditado al país.
Al notar la presencia de la prensa, Alejandro Toledo y su pareja solo se quedaron mirando a la cámara. El exjefe de Estado dijo algo inelegible, aunque señaló con el dedo al camarógrafo. Y antes de subirse a su vehículo hizo otro gesto. Así, estas son las últimas imágenes del exjefe de Estado en libertad, antes de entregarse a la justicia estadounidense.
El también economista entregó su pasaporte, por disposición del juez Thomas S. Hixson, aseguró su abogado Roberto Su Rivadeneyra.
Según la acusación, presentada por la Fiscalía en 2020, el exjefe de Estado pidió a Odebrecht un soborno de 35 millones de dólares, a cambio de la adjudicación de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica Sur, que conecta Perú con Brasil, por lo cual se solicita que sea condenado a 20 años de cárcel por el delito de lavado de activos.
“El trámite de extradición no creo que dure más de cuatro días, significa que entre el martes y miércoles debe estar en Perú”, dijo Su Rivadeneyra en una entrevista con Epicentro TV.
Aún se desconoce en qué centro penitenciario estará Alejandro Toledo en suelo peruano. Allí debe cumplir una prisión preventiva de 18 meses mientras se sigue el proceso por el caso Interoceánica. Todo hace indicar que acompañará a Alberto Fujimori y Pedro Castillo en el Establecimiento Penitenciario Barbadillo, que se encuentra al interior de las instalaciones de la Dirección de Operaciones Especiales (DIROES) y opera de manera autónoma a través del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
Odebrecht y Ecoteva
El exdirector de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, manifestó a la Fiscalía en 2017 que la empresa brasileña le pagó más de 31 millones de dólares en sobornos a Alejandro Toledo.
Sin embargo, el empresario alemán Josef Maiman, quien se convirtió en la pieza clave del Ministerio Público al convertirse en colaborador eficaz, dijo que no era 31, sino 35 millones de dolares que recibió el exmandatario en cuentas offshore.
La declaración de Barata ayudó a la Fiscalía a unirlo con la investigación a la carpeta del caso Ecoteva, que involucra a Alejandro Toledo y Eliane Karp por el presunto delito de lavado de activos agravado por una cuenta offshore, a nombre de su suegra Eva Fernenbug.
El Ministerio Público está investigando la adquisición de dos inmuebles en Lima a nombre de su suegra, además de la compra de hipotecas. Las autoridades peruanas tienen la hipótesis que estas compras se hicieron con el dinero de la empresa Odebrecht.
El caso de la compañía brasileña, el más grande escándalo de corrupción de Latinoamérica, no solo alcanza a Alejandro Toledo, sino también a otros exmandatarios como Alan García (1985-1990 y 2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016), Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) y a la tres veces candidata presidencial Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto Fujimori (1990-2000).
“No me maten en la cárcel”
Alejandro Toledo ofreció una entrevista exclusiva a la agencia EFE, un día antes de entregarse a la justicia de Estados Unidos, para ser posteriormente extraditado al Perú para cumplir la prisión preventiva y responda por el caso Obebrecht.
“Le pido a la justicia peruana que no me mate en la cárcel, déjenme luchar con argumentos”, dijo el expresidente, que se desempeñó como mandatario entre 2001 y 2006.
El político aseguró que se entregará a la justicia porque es respetuoso con la decisión del juez (Thomas S. Hixson), aunque no la comparta”.
Alejandro Toledo argumentó que su salud no estaba bien: “Es muy mala. Tomo 14 pastillas diarias, tengo hipertensión y sufro por los remanentes del cáncer (...). Solo respeten eso, no han probado nada y ya me quieren meter en la cárcel”.
Finalmente, el economista expresó que va a luchar hasta el final para que sea declarado inocente. Por lo tanto, no se escaparía ahora porque “sería reconocer mi culpabilidad”.