La Melchorita: la santa peruana que sigue esperando su beatificación por parte del Vaticano

A pesar de que han pasado más de 70 años desde su muerte, la popularidad de esta mujer chinchana sigue en aumento.

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Casa de la 'Sierva de
Casa de la 'Sierva de Dios', 'La Melchorita' (Icaperu)

En el santoral peruano hay una serie de figuras bastante particulares que se han metido en el imaginario de la gente al adjudicarle una serie de hechos sobrenaturales y milagros que no han sido reconocidos por la Iglesia Católica.

Pero eso no parce importar a muchos que, a pesar del paso del tiempo, siguen venerando esas figuras con una devoción que llama la atención de propios y extraños.

Ese parece ser el caso de Melchora Saravia Tasayco, popularmente conocida como ‘La Melchorita’ en buena parte del territorio nacional por sus fieles seguidores, que hasta han realizado marchas para lograr su tan ansiada beatificación Y esta es su historia.

Chinchana de pura cepa

Cama en donde vivió 'La
Cama en donde vivió 'La Melchorita' (Huachos)

Nacido en un hogar extremadamente católico, pero muy pobre, Saravia Tasayco un seis de enero de 1895 en el pueblo de San Pedro Ñoco Bajo, hoy es parte del distrito Grocio Prado, en Chincha.

Sus padres, Francisco de Sales Saravia Munayco y María Agripina Tasayco Rojas, la bautizaron apenas tres días después.

Cuentan sus biógrafos que desde muy niña siempre mostró un gusto especial por la lectura. Y es que ante la imposibilidad de ir al colegio, la pequeña Melchora se entretenía leyendo cuanto libro llegara a sus manos. Aunque su habilidad en la lectura no era mucha, pues todavía iba a la escuela con regularidad. Otro entretenimiento que tenía era coger los juncos para intentar aprender a tejer.

Lo que si aprendió muy bien fue todas las oraciones y rituales cristianos que sus padres le enseñaron, incluso ante de mandarla la escuela.

Así fue creciendo hasta convertirse en una especial de guía espiritual para los niños y jóvenes de la zona en donde vivía, a los que enseñaba el catecismo y hacía rezar el rosario.

Ante la falta de una capilla cercana a su vivienda, Melchorita demostraba su fe, caminando unos cinco kilómetros, hasta llegar a Chincha Alta, para escuchar misa y comulgar. Esto lo realizaba cada domingo.

De novicia

Manto de 'La Melchorita' (Icaperu)
Manto de 'La Melchorita' (Icaperu)

Uno de sus principales sueños se hizo realidad cuando un 15 de agosto de 1924 es aceptada al noviciado de la Tercera Orden Franciscana en Grocio Prado. En el convento del presbítero Miguel Gamarra fue nombrada discreta vicaria de culto el 31 de enero de 1946.

En su pueblo natal se ganó la fama de ‘niña buena’. Aquella jovencita que solo salía de su casa para ir a la iglesia. La misma que no dudaba en prestar ayuda a quien se lo pidiera.

La vida de Melchora como religiosa se centró en el ministerio de la Eucaristía, para ella la presencia real de Jesús en un pedazo de pan consagrado, y en la celebración de la misa.

Pero eso no eran los únicos objetos de su atención como ferviente practicante de la religión católica. También la imagen del Divino Niño de Belén y la Virgen Santísima, eran veneradas por la santa popular. En honor a esta última es que rezaba el Santo Rosario todos los días. Durante los meses de mayo, Saravia Tasayco se dedicaba casi exclusivamente a honrar la figura de la Virgen María.

Contrariamente a lo que paso hoy en día, en la que muchos predican cosas que no hacen, Melchorita practicaba todo lo que solía aconsejar al resto.

Uno de esos consejos era mantenerse lejos de ociosidad y siempre se mantenía ocupada en algo productivo.

Cae enferma

Muestras de agradecimiento a 'La
Muestras de agradecimiento a 'La Melchorita' en su casa (Sin Límite de Viajes)

Cuando tan solo tenía 57 años, y todavía mucho que dar por su comunidad, Melchora es internada en el Hospital San José un primero de octubre de 1951 al presentar unas dolorosas llagas en el pecho.

El diagnóstico fue cáncer de seno y desde el primer instante recibió todos los cuidados respectivos.

Su fama de algo le sirvió, ya que al ser de condición humilde y no tener dinero para pagar un cuarto privado, las autoridades del hospital le prepararon un cuarto alejado para ella sola y ahí fue colocada para más comodidad de ella.

Durante las visitas de los doctores que la trataban, algunos quedaba admirados, pues no se quejaba de los dolores que debía sufrir, sobre todo cuando uno de sus senos ya presentaba necrosis.

Es conocida la historia que la noche antes de su muerte, la Madre Superiora encargada del hospital le permitió a la Comunidad de Religiosas que entre a su cuarto a rezar el Santo Rosario.

Las presentes afirmaron luego que durante el rezo, y con las últimas fuerzas que le quedaban, realizaba ciertos gestos como siguiendo el rosario.

Esa misma noche, tras terminar el ritual, Melchorita muere a la siete de la noche del cuatro de diciembre de 1951.

El entierro

Tumba de  'La Melchorita'
Tumba de 'La Melchorita' (Voz del pueblo)

Sin darle tiempo a los fieles de despedirse de su guía espiritual, el sepelio entierro se llevó a cabo al día siguiente. Pero al no haber cementerio en Grocio, sus restos fueron enterrados en Chincha.

Desde entonces, la fama de santa de La Melchorita se extendió por todo Chincha y, pronto, por todo el resto del Perú. Tanto que el humilde hogar que tuvo en vida se convirtió en punto de peregrinación para los creyentes que hasta hoy siguen pidiendo su beatificación.

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