En febrero, la economía nacional registró una caída anual de 0.6%. Este resultado se dio luego de que, en enero, la producción también tuvo una contracción de 1.1%, con lo que acumuló su segundo mes consecutivo en terreno negativo.
Además, este desempeño en febrero se registró aunque se tuvo un menor nivel de intensidad de bloqueos de carreteras y conflictos sociales.
Un reporte del Instituto Peruano de Economía (IPE) señaló que este mejor desempeño respecto al mes previo se explicó, principalmente, por la recuperación de la producción en los sectores primarios. En este rubro el crecimiento fue de 3.5%, luego de un débil avance de 1.2% en enero.
En detalle, esta mejora se debe al mayor dinamismo de la minería, que tuvo un incremento anual de 2.5%, luego de una contracción de 3.6% en enero. Esto fue impulsado por los volúmenes adicionales que viene aportando Quellaveco a la producción de cobre.
De otro lado, los sectores no primarios tuvieron un retroceso anual de 1.4%, lo cual reflejó en mayor medida la caída de 9.0% en los rubros vinculados a la inversión. Este indicador acumula tres meses seguidos de crecimiento negativo.
Sin embargo, el bajo dinamismo de estos sectores fue parcialmente atenuado por la gradual recuperación de las actividades vinculadas al consumo, como comercio y servicios. Estos rubros crecieron 0.6% en febrero, luego de caer ligeramente 0.1% en enero.
Ahora bien, para marzo, el IPE estima que la recuperación de la economía continuaría siendo liderada por el mayor dinamismo de los sectores primarios, impulsada principalmente por la minería. En detalle, la demanda de electricidad minera registró un aumento anual de 8.5% en marzo, luego de un avance casi nulo en los dos meses previos (0.5%). Con este mejor desempeño, se atenuaría el impacto de las condiciones climáticas sobre el gasto de consumo e inversión que se viene dando, especialmente, en la zona norte del país.
Asimismo, para este segundo trimestre, y explicado en un escenario de menor conflictividad y riesgos climáticos moderados, también se espera que el crecimiento de la economía se acelere en un 2.2%. Un rol fundamental para conseguir ese resultado jugará la minería y una mayor producción de cobre.