El expresidente Alejandro Toledo (2001-2006) se entregará este viernes, a las 11:00 horas, en la Corte de San José de San Francisco (Estados Unidos) para que se efectúe su arresto y posterior extradición al Perú, donde espera enfrentar a la Justicia por cargos de corrupción.
El exmandatario acatará la orden oficializada este miércoles por el juez Thomas S. Hixson, del Distrito Norte de California, quien dispuso además que sea internado en el penal de San Mateo, hasta que una delegación arribe desde el Perú para efectuar su extradición.
“Ya no hay recursos contra esta decisión de última instancia. No ha habido una decisión favorable y ya no hay otro mecanismo procesal para planear una impugnación o retraso. Entiendo que [mi patrocinado] estará recluido a la espera que se culminen los trámites administrativos, [que tardarán] tres, cuatro días”, precisó a Exitosa el letrado Roberto Su.
Previo la confirmación, el representante del gobierno de EE.UU., Kyle Waldinger, declaró que está todo listo para que el exmandatario sea dispuesto al Perú por orden de la Corte. “Creo que dejarlo [libre] hasta la próxima semana no está realmente justificado [...] por lo que solicitamos la rendición esta semana”, apuntó.
En la audiencia, la abogada del exmandatario en EE.UU., Mara Goldman, aseguró que ya no presentaría más recursos para dilatar este procedimiento autorizado en febrero por el Departamento de Estado.
El martes, la Fiscalía General estadounidense ya había elevado al juez Hixson un nuevo pedido de detención contra el Toledo, acusado de recibir 35 millones de dólares en presuntos sobornos por parte de la constructora brasileña Odebrecht.
El requerimiento del representante del Departamento de Justicia, Ismail J. Ramsey, llegó después de que el Noveno Circuito de California negara la moción presentada por el expresidente para una nueva audiencia de reconsideración.
Aunque la defensa de Toledo pidió que su entrega se realice el próximo martes 25 —debido a citas médicas pendientes con el psiquiatra y el oncólogo―, Hixson desentimó la solicitud y aceptó el pedido del Gobierno estadounidense para que el arresto sea este viernes.
La defensa también había alegado que el sistema de justicia peruano está entre los peores del mundo, por debajo de China, Irán, Nigeria o Sudán, de modo que si es extraditado, Toledo —paciente oncológico― podría morir sin ver el interior de una sala del tribunal.
El ministro de Justicia, José Tello, ya había advertido de estas “maniobras dilatorias”, cuando aseguró semanas atrás que el exmandatario responderá “sí o sí” ante las autoridades peruanas.
Perú pretende extraditar a Toledo, residente de San Francisco (EE.UU.), para que enfrente cargos penales, en concreto, por una investigación por lavado de activos, colusión y tráfico de influencias por contratos concedidos a Odebrecht para la construcción de la Ruta Interoceánica entre Brasil y Perú.
El exmandatario fue detenido en 2019 en California, donde ha residido durante los últimos años, y estuvo ocho meses en prisión por riesgo de fuga, aunque pudo salir de la cárcel al serle concedida la libertad bajo fianza por la pandemia.
En el capítulo peruano del caso Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción de Latinoamérica, también estuvieron implicados los expresidentes peruanos Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), así como la tres veces candidata presidencial Keiko Fujimori.