Cuando fue ratificada en 2010, la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, no solamente ocultó su paso por la Universidad Alas Peruanas (UAP), la casa de estudios que aprobó sus tesis de maestría y doctorado —actualmente no habidas― en 2008 y 2009, respectivamente.
La magistrada también declaró seis meses de estudio en inglés y dos en quechua, pese a que la Ley de entonces exigía el conocimiento de dos idiomas extranjeros para el grado de Doctor, fundamental para que llegara a dirigir el Ministerio Público, según información difundida por la legisladora Susel Paredes.
De acuerdo con el expediente de ratificación —adjunto por la congresista para denunciar graves omisiones y ausencia de certificados—, Benavides alcanzó el nivel intermedio del runa simi en el Instituto Superior de Quechua (Insuq), donde estudió de noviembre a diciembre de 2007.
Asimismo, obtuvo el nivel básico de inglés en el Instituto Internacional de Sistemas Empresariales (IISEP), que también dicta clases de cosmetología, según detalló Paredes a RPP.
En efecto, el IISEP señala en su web oficial que otorga “título de técnico”, a nombre del Ministerio de Educación (Minedu), en Computación, Logística, Cosmetología, Gastronomía y “muchos talleres de capacitación”. Allí Benavides recibió clases de inglés de agosto de 2007 a febrero de 2008.
Desde marzo pasado, Paredes insiste en que la magistrada difunda sus tesis obtenidas en la UAP para cotejar una información obtenida por su despacho, la cual deslizaba que los documentos habían sido “plagiados” por completo. La Junta Nacional de Justicia (JNJ) ya investiga la presunta irregularidad.
“No es que me he ensañado con la fiscal. Es la integridad ética de la mujer más poderosa del Perú. Quien tiene la titularidad de la acción penal debe ser una persona impecable y académicamente solvente para dirigir a los fiscales supremos y otros fiscales, que son quienes acusan y determinan la libertad de las personas”, continuó la congresista.
Su iniciativa generó que, semanas atrás, el presidente del jurado, Willy Ramírez, el secretario del mismo, Gustavo Mejía, y el integrante Juan Carlos Adriazola dijeran no recordar la sustentación doctoral de Benavides, aunque después reconsideraron la versión.
La misma Universidad Alas Peruanas ha admitido que los dos documentos están desaparecidos, pues por esos años ninguna universidad estaba en la obligación de tener un repositorio.
En agosto pasado, la JNJ emitió un comunicado en el que afirmó, según Hildebrandt en sus trece, que el único grado tomado en cuenta al momento de seleccionarla como fiscal de la Nación fue el de doctora en Derecho. Es decir, si comprobara que la tesis no existiera o es una farsa, su destitución sería inmediata.
Aunque el organismo evitó pronunciarse porque la investigación aún está en curso, señaló al semanario que “la calificación de la calidad de tesis les corresponde a las propias universidades”.
Benavides, quien lidera los casos abiertos contra Pedro Castillo y Dina Boluarte, también es investigada por la JNJ por presuntas irregularidades en los cambios del equipo especial Cuellos Blancos, que sigue una red de corrupción en la Judicatura; y de usar su cargo para beneficiar a su hermana en una investigación sobre presuntos sobornos para liberar a reos imputados por narcotráfico.
Hasta el momento, la fiscal ha optado por el silencio, pese a que su última aparición ocurrió este jueves en Tacna, donde visitó la sede de la Fiscalía Anticorrupción y exhortó a los magistrados a continuar su trabajo con “orden, firmeza y celeridad”.