La prostitución se ha apoderado de las calles de la urbanización Risso. Sin embargo, detrás de las mujeres que ofrecen sus servicios sexuales en las calles existen organizaciones que las amedrentan cobrándoles cupos a cambio de dejarlas trabajar tranquilamente en la concurrida zona. Los altos montos recopilados han llamado la atención de otras bandas delincuenciales que quieren hacerse del lugar.
Los enfrentamientos entre estos han quedado registrados en las dos balaceras registradas esta última semana en Lince y la zona de Santa Beatriz. El primero ocurrido el pasado 9 de abril se dio entre la organización Puros hermanos sicarios contra la alianza de Dinastía Alayón y Los hijos de dios. Estos últimos llegaron hasta el frontis del edificio donde se recluyen los delincuentes y empezaron a disparar.
Las balas provocaron la reacción de aquellos encargados de la vigilancia del lugar. Los integrantes del Puros hermanos sicarios dispararon contra los atacantes, pero pronto escaparon del lugar. Imágenes difundidas por Panorama dan cuenta de la reacción de todos aquellos dentro del edificio. Cargando pistolas y granadas, los criminales salieron a la ayuda de sus pares; sin embargo, pronto todos abandonaron el establecimiento.
“Lince es de nosotros”, se oye en un audio enviado por José Ángel Ortega, alias Armando, líder de los Hijos de dios. Esta banda, según la tesis de la Policía Nacional del Perú, se habría aliado con la Dinastía Alayón bajo el liderazgo de Héctor Prieto Materiano, alias Mamut. Este último se encuentra purgando pena en una cárcel peruana, pero desde ahí continúa con la dirección de su grupo criminal.
Mamut envía amenazas a sus enemigos y asegura haber logrado acuerdos para concretar su liberación en las próximas semanas. “Te voy a matar durísimo”, son las palabras de quien ya tendría el control del cobro de cupo de a prostitutas en San Martín de Porres y el Centro de Lima. Ahora pretende hacerse de la urbanización Risso ubicada en Lince a través de ataques que obliguen a sus contrincantes desalojar el lugar.
Problema mayor
La presencia de prostitutas durante el día y noche se ha vuelto común en los distritos de Lince, Cercado de Lima, San Martín de Porres y Ate. Féminas de diversas nacionalidades transitan por las calles a la espera de clientes; sin embargo, se han presentado casos en los que las vida de estas y la de quienes contratan sus servicios se ha puesto en peligro e incluso llegado a cobrar víctimas.
“No podemos estar nosotros aquí tranquilos por la prostitución, justamente”, dijo una vecina de Ate, que tiene más de 30 años viviendo en el distrito, y prefiere guardar su identidad por miedo a que algún “caficho” tome represalias en su contra. Las mafias que controlan el desarrollo de este negocio tiene atemorizados a trabajadores, interesados y a los vecinos de las zonas donde se practica el oficio.
“La población se queja y dice: ‘no queremos zonas rosas o no queremos que se reubique, porque no queremos que exista’, cuando en realidad esto es un fenómeno que viene existiendo de hace muchos años y tiene repercusiones en el mundo entero”, comentó el sociólogo Jerjes Loayza. Aún así, desde las autoridades no se han hecho visibles propuestas o intentos para detener la existencia de las mafias y atender los reclamos de las trabajadores sexuales que, además de los prejuicios y estigmas, se enfrentan al peligro generado por los que se aprovechan de sus necesidades.