Cuto Guadalupe se confiesa: su éxito como conductor, la relación con Jefferson Farfán y el consejo a Piero Quispe

Luis Alberto Guadalupe Rivadeneyra, más conocido como ‘Cuto’, nació el 3 de abril de 1976 en la ciudad de Chincha. Su carrera como futbolista inició en el equipo Yo Calidad del Callao, luego vistió los colores de la Academia Cantolao y finalmente fichó por Universitario Deportes, club con el que logró alcanzar el tricampeonato 1998, 1999 y 2000.

El 4 de marzo de 1995 debutó con el primer equipo de la ‘U’, sin embargo, lo hizo en una posición a la que no estaba acostumbrado: delantero. Como jugador de ataque, logró convertir en diversas ocasiones y celebrar con la hinchada ‘merengue’. Tras dos años ocupando dicho puesto, Luis Guadalupe pasó a ser defensor central.

Cuatro años después, fue vendido a Independiente de Argentina, en donde anotó un gol ante Corinthians por la Copa Mercosur. En el 2000, fue contratado por el KV Malinas (o Mechelen) de la primera división de Bélgica, posterior a ello regresó a Universitario, y en el 2007 pasó al Veria F.C. de Grecia.

Un año más tarde, llegó a Juan Aurich, sin embargo, a fines de 2009 tuvo problemas con el entrenador y tomó la decisión de irse, fichando por el León de Huánuco por toda la temporada 2010. Con el elenco huanuqueño consiguió el subcampeonato nacional.

En su segunda etapa en el ‘Ciclón del Norte’, portó la banda de capitán y se consagró campeón del torneo peruano, venciendo a Alianza Lima en la tanda de penales en un cotejo disputado en el estadio Nacional. En cuanto a la selección peruana, tuvo 16 apariciones, debutando el 7 de marzo de 1996 en un encuentro ante Bolivia.

En esta ocasión, Infobae tuvo la oportunidad de conversar con el popular ‘Cuto’ y conocer un poco más sobre su trayectoria. El exfutbolista reveló detalles poco conocidos sobre su vida y también dio a conocer algunas dificultades que tuvo que afrontar para poder llegar a donde está hoy en día.

-¿Cómo fue tu niñez?

-Mi niñez no ha sido maravillosa. Dentro de toda la pobreza que hemos vivido siempre rescato el lado positivo. Pude divertirme mucho con mis amigos y hacer tantas cosas que ahora ya no se ven. Todo niño siempre sueña con tener un regalo, yo, por ejemplo, siempre quise tener una bicicleta. Siempre vi a mi madre trabajar y a mi hermano lucharla porque le tocó ser cabeza de familia, mi padre me dejó a los cinco años y después lo pude ver a los diez años cuando le avisaron a mi mamá que había fallecido, entonces siempre crecí pensando que en algún momento mi papá iba a llegar.

Desde niño siempre traté de salir adelante, encaminándome en lo que era el fútbol y vengo de una familia que también es deportista. Desde allí me fue gustando el fútbol hasta que un entrenador que me vio jugando en la calle me llevó a su equipo que se llamaba Yo Calidad.

-¿Cuál fue el momento más duro que te tocó vivir de niño?

-En primer lugar, siempre tuve el problema con el calzado porque desde chico calce entre 39 y 40, pero gracias a Dios siempre he tenido personas muy buenas a mi alrededor. Cuando paso a jugar a Cantolao llegué como becado y allí nos daban zapatillas, ropa, cubrían los gastos de los viajes y nosotros no pagábamos nada. En esa época, cuando tenías hambre tenías que aguantarte, y comías cuando había. Yo soy el último de cinco hermanos y a veces se me vienen recuerdos a la mente como mi mamá trabajando y sacándonos adelante para que no nos falten estudios ni un plato de comida en la casa.

-¿Fue tu mamá uno de tus principales apoyos para llegar donde estás?

-El haber cumplido mi sueño de ser futbolista profesional y ahora ser conocido gracias al fútbol se lo debo a mi madre. Lo primero que hice con mi primer sueldo fue comprarle una casa cuando yo tenía 20 años. Mi mamá siempre ha sido mi motivación, no ha habido ningún momento en el que yo haya dejado de pensar en lo que yo quiero para ella. Ahora que mi madre tiene 79 años, le pido a Dios que esté conmigo por muchos años más, aunque sé que en algún momento va a partir.

-¿Cómo nació “La fe de Cuto”?

-Todo nace a raíz de un momento único en mi vida, es allí donde empieza una etapa diferente a lo que era como futbolista. En 2011, yo campeono con Juan Aurich y sale la frase que Dios puso en mi boca que es la que todos conocen. Después de ese momento, me hacen una propuesta en el diario Trome y me convencen para tener una columna en tiempos de pandemia.

Cuando me comentan la idea, no estaba muy seguro porque era algo diferente. Al final, me convencieron y gracias a Dios siempre he tenido ese don de saber escuchar, más que nada a la gente mayor y nunca me cierro. Si no hubiera tomado la decisión de aceptar nuevos retos, no me verían por todos lados. Se comenzó la columna y fue todo un éxito. A raíz de eso me proponen un programa con “La fe de Cuto”. Tuvimos una reunión vía zoom y me explicaron el proyecto, sinceramente yo no estaba interesado, pero me volvieron a convencer.

-¿La mejor entrevista para tu canal sería a Jefferson Farfán? ¿Tienes pensado ir a su partido de despedida?

-Claro, es mi sobrino. Aún no hemos podido conversar sobre el tema pendiente que tenemos, pero la idea es tenerlo un día en el programa. En mi caso, es muy especial porque somos familia y también por lo que significa él como jugador. La fe mueve montañas. Creo que en algún momento se va a dar. Sé que es lo que todos desean y es la entrevista más esperada.

Con respecto a su partido de despedida, no sabría qué decirte porque si tuviéramos una buena relación, me invitaría pero ahora no estamos en un buen momento. Vamos a ver qué pasa más adelante.

-¿Hubo algún club importante del extranjero que mostró interés por ficharte pero finalmente no se concretó?

-Sí, el Watford en el 2007. No se llegó a concretar porque no se dio el tiempo y aparte el porcentaje de partidos en la selección no me lo permitió. Ya estaba casi todo listo, tenía la orden de viajar e incluso ya me estaba despidiendo. Recuerdo que jugamos un clásico en Miami y el plan era partir a Inglaterra, pero no se conoció más.

-¿Qué se siente haber portado la banda de capitán en Universitario de Deportes?

-Haber estado en Universitario fue un sueño cumplido. Cuando me llegó la oportunidad de jugar en el primer equipo, me sentí muy afortunado. Pude compartir con grandes futbolistas que me marcaron y me enseñaron cuál es el camino para ser un buen capitán, un líder positivo. Eso me ayudó mucho para lograr el tricampeonato.

Cuando el ‘Puma’ se retira, yo asumo la capitanía. Entre todos los compañeros de decidió quién debía ser el capitán: fue una decisión unánime. Todo el plantel votó por mí. Fue algo maravilloso. Nunca me voy a olvidar de un detalle que tuvo el ‘Puma’ conmigo en el estadio Nacional. Él iba a ingresar y yo automáticamente me saco la banda para entregársela, pero me dice: “tú ahora eres el capitán, negro maricón, así que quédatela”. Dice mucho de él como persona, porque hasta ahora nosotros le decimos capitán.

-Hablando de Universitario, ¿cómo ves a Piero Quispe, crees que hoy en día es el jugador más destacado de la Liga 1?

-Aún le falta, pero eso va a depender únicamente de él. Hay muchos casos en el torneo local como, por ejemplo, Paulo de la Cruz. Lo primero que tiene que hacer Quispe es pisar tierra y ser humilde, hay que saber llervarlo y darle una base sólida en casa, los padres y su entorno tienen que aterrizarlo siempre.

Piero no tiene que pensar que el entrenador tiene que ser su papá, porque cuando le toque otro técnico que a las justas lo salude, va a tener que estar preparado para eso. Si se va a jugar a Europa va a pasar situaciones más duras porque está alejado de todos, con un idioma y una cultura distinta. Con él hay que trabajar mucho la parte psicológica: no puede ser que haya querido dejarlo todo por estar nueve meses en Campo Mar. Cuando él aprenda a tener personalidad, va a ser un monstruo y no lo va a poder parar nadie. El chico tiene todo, no le falta nada pero Fossati no va a estar toda la vida al lado suyo mimándolo. Hay jugadores que por eso han ido desapareciendo.

-¿Te sentiste más querido como jugador o crees que ahora la gente te sigue y te quiere más por la nueva faceta en la que te vienes desenvolviendo?

-Son etapas muy diferentes. Como futbolista nadie me quería, solo los hinchas de Universitario porque adoptaba un personaje de guerrero en la cancha. El líder tiene que imponer porque si no, no lo siguen. Ahora puedo decir, con mucha humildad, que la gente conoce al verdadero ‘Cuto’ Guadalupe Rivadeneyra. Yo me quedo con la etapa de ahora porque puedo estar más relajado y no tengo presión alguna, estar en un equipo tan grande como la ‘U’ genera eso, y a veces mucha gente no lo entiende.

En esta nueva faceta he tenido la oportunidad de entrevistar a muchas personas que han hecho historia en el fútbol. Por ejemplo, va a salir la que le hice a Claudio Pizarro en Múnich. En el Perú, muchos creen que Claudio es parco, pero es una persona que se ha manejado de una forma diferente al resto. Para mí, es el futbolista más exitoso en los últimos años del fútbol peruano e incluso cuando lo mencionas en Europa, todos le tienen mucho respeto, todos deberían sentirse orgullosos por eso.

-¿Cuál es el sueño que te falta cumplir?

-Tengo muchos sueños por cumplir. Primero, casarme por civil y por la iglesia, luego tener una cadena de restaurantes Cuto 16 por todo el mundo. Sé que eso se va a cumplir estando yo o no porque nadie tiene la vida comprada. Lo lindo de todo es poder dejar un legado y ya los hijos pueden hacer su trabajo. Otro sueño pendiente es tener un encuentro con mi hijo Elías en Bélgica, espero pueda cumplirse en algún momento.