Atlético y semidesnudo: Mark Vito reapareció en medio de megacaso de lavado que implica a Keiko Fujimori

El investigado empresario ahora es un aparente aficionado al fitness. “Volví más fuerte”, se lee en una publicación en medio del escándalo que salpica a su expareja, la lideresa de Fuerza Popular

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Fuente: Tiktok

Mark Vito Villanella ya no es más el esposo enfundado en terno que declaraba en los exteriores del Ministerio Público en defensa de la líder opositora Keiko Fujimori, investigada por presunto lavado de activos durante sus campañas electorales de 2011 y 2016.

Ya no es más el huelguista que, en noviembre del 2019, levantó una carpa e inició un paro de hambre en los exteriores del penal de mujeres de Chorrillos, donde su expareja permaneció por más de un año —desde octubre de 2018—, hasta una apelación que la dejó en libertad, pero no por mucho tiempo (retornó otros cinco meses en 2020).

Ya no es más el hombre de camisa blanca que, en esa segunda vez, antes de que Fujimori regresara a la calle a causa de la pandemia y tras el pago de una fianza, envió un mensaje al borde del llanto: “No dejen morir a mi esposa, por favor”.
Mark Vito en su huelga de hambre. Foto: AFP
Mark Vito en su huelga de hambre. Foto: AFP

Ahora, el investigado por el mismo delito es un aparente aficionado al fitness que ha incursionado en TikTok en medio de otro megacaso que implica a su expareja.

Atlético, desafiante y simulando a Eminem, Mark Vito se dejó ver este jueves en la plataforma social con un mensaje sugerente: “A pesar de todo, me volví más fuerte”. Después, en otro video, aparece semidesnudo frente a un espejo. En junio del año pasado, había anunciado la ruptura de su matrimonio con la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori.

Su publicación llega la misma semana en que la lideresa naranja —y tres veces candidata presidencial— fue incluida por la Fiscalía en una organización criminal liderada por Fidel Ramírez, tío del excongresista Joaquín Ramírez, contra quien se ejecutó un megaoperativo de incautación de bienes.
Keiko Fujimori y Mark Vito Villanella se casaron en el 2004.
Keiko Fujimori y Mark Vito Villanella se casaron en el 2004.

Según la tesis fiscal, Fujimori integra el brazo político de la red criminal junto con Pier Figari, su exasesor, con quien captaba “bienes ilícitos para obtener poder político” y “blindar” a la organización en agravio de la Universidad Alas Peruanas (UAP) y del Estado. Por este caso se han incautado 214 inmuebles en nueve regiones del país y hay otros 14 imputados.

Para el Ministerio Público, además, la familia Ramírez usó esta institución para hacer negocios con empresas fachada, creadas por los hermanos, para obtener bienes y dinero ilícitos, que posteriormente fue usado para financiar la campaña de Fuerza Popular en el 2011 y 2016. El monto del lavado sería de 183 millones 66 mil 941 dólares.
Fuente: TikTok

Se trata del segundo caso más grande de lavado de activos del Perú y el segundo entramado que compromete a Fujimori, actualmente investigada por el caso Cócteles.

En julio de 2021, el equipo especial del caso Lava Jato había iniciado diligencias preliminares contra Mark Vito por las contrataciones de corretajes de su empresa MVV Bienes Raíces, la cual habría sido instrumentalizada por la presunta red que lideraría Fujimori para la continuación del lavado mediante operaciones comerciales.

En julio de 2021, el equipo especial del caso Lava Jato había iniciado diligencias preliminares contra Mark Vito por las contrataciones de corretajes de su empresa MVV Bienes Raíces
En julio de 2021, el equipo especial del caso Lava Jato había iniciado diligencias preliminares contra Mark Vito por las contrataciones de corretajes de su empresa MVV Bienes Raíces

Vito ya afronta un pedido fiscal de 22 años y 8 meses de cárcel por el caso Cócteles, poco menos que su expareja, para quien la Fiscalía solicita más de 30 años y 10 meses.

De acuerdo con la investigación, Fujimori habría ocultado, mediante una contabilidad ficticia, donaciones de grandes empresas, como 3,6 millones de dólares de Credicorp y un millón de la constructora Odebrecht para financiar sus campañas. Ambos, desde luego, han negado las acusaciones.

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