La madrugada del último lunes un pequeño de dos años de edad fue intervenido quirúrgicamente en el hospital Honorio Delgado Espinoza de Arequipa luego de atragantarse con un grano de maíz, que se le alojó en el pulmón derecho.
Un equipo de especialistas del Hospital de Emergencias Pediátricas de Lima, que coordinó el traslado del personal de salud y, con apoyo del Ejército del Perú, viajaron a esa ciudad para la intervención quirúrgica del pequeño Abdiel, quien se recupera favorablemente
Sin embargo, este no es el único caso de atragantamiento que pone en riesgo la vida de un niño o niña en el Perú. Por el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) alertó sobre los peligrosos objetos que se pueden tragar los menores y cómo actuar ante ello.
Monedas, llaves, cepillos y más
El INSN mostró la diversidad de objetos pequeños han sido tragados por los menores y que pudieron ser sacados gracias a la intervención de los médicos.
Entre ellos se encontró canicas, ganchos de cabello, llaves, alfileres, clavos, chapitas de botella y hasta un cepillo pequeño.
El médico intensivista Jaime Tasayco Muñoz, del INSN, explicó que objetos como un cepillo o más pequeños pueden ser tragados por los menores cuando son colocados en la boca y a la vez se toma aire.
“Cuando uno se coloca en la boca un objeto e inspira, se produce una presión negativa dentro del tórax (...) Esto hace que se introduzca el objeto”, dijo al noticiero ATV.
En el caso de las monedas, el doctor comentó que, si estas son tragadas, el caso debe tratarse como una emergencia y debe ser retirado de inmediato, “porque durante las horas que pasen, produce una sustancia cáustica que puede perforar el esófago y se puede provocar una infección muy severa”.
Recomendaciones
La recomendación general tras un atragantamiento de alguno de estos objetos metálicos es llevar al menor a emergencia.
“Si ya tenemos la alta sospecha de que se introducido algo y si se trata de un objeto punzante (aguja, clavo, chapa) y además se le da de comer algo para que se lo pase, el objeto puede entrar al esófago o estómago y perforarlo”, alertó.
También dijo que no es recomendable que tome líquido ni algún alimento. “Hemos tenido casos de alfileres en el que el especialista lo ha encontrado clavado en el esófago y lo ha retirado y no pasó nada”, comentó.
Además, se refirió al peligro que involucra tragarse una batería o pila pequeña que también producen una sustancia cáustica que puede producir una perforación en el esófago. “Las pilas pueden destruir el tejido y esto hace que el niño se quede sin esófago que es por donde normalmente pasan los alimentos”, señaló.
Por otro lado, el médico indicó que estos accidentes ocurren comúnmente en menores de 5 a 7 años, pero también hay casos de niños mayores o adolescentes tienen la tapa del lapicero en la boca y son asustados por un compañero, lo que hace que se trague el objeto.
Indicó que conoce casos en los que un menor se tragó una semilla y esta germinó en uno de los pulmones por más de 20 días.