Cada año en Semana Santa, el Cristo Cholo, interpretado por Mario Valencia Rivadeneira, de 65 años, hace su clásico recorrido hasta la cima del cerro San Cristóbal, donde realiza su espectacular recreación de la crucifixión del hijo de Dios. Sin embargo, casi medio siglo después, este Viernes Santo se vio obligado a cambiar esa acostumbrada ruta.
En unas declaraciones para el canal digital de La República, Valencia Rivadeneira responsabilizó al alcalde de Lima Metropolitana, Rafael López Aliaga, por lo sucedido este año. Aunque desde el lado de la comuna capitalina respondieron que se debió a que nunca se gestionaron los permisos correspondientes para llevar a cabo este tipo de eventos multitudinarios.
“El alcalde de Lima llamó al alcalde de Rímac pidiéndole que no suba el Cristo Cholo del Perú al cerro San Cristóbal. Yo le he pedido toda la semana al señor López Aliaga que nos permita hacer el recorrido de las siete iglesias en el Centro Histórico y poder hacer el vía crucis, pero nos lo prohibió”, indicó.
“Es una pena, pero tenemos que respetar a la autoridad, así que ya no subiremos al cerro San Cristóbal. Me siento mal, porque es como si no valoraran lo que he hecho por más de 45 años”, acotó Valencia.
Dijo que respetará lo dispuesto por el municipio de Lima, pese a estar en desacuerdo con la decisión. Al término de la tarde del viernes 7 de marzo, el Cristo Cholo terminó realizando la escenificación del vía crucis en la plazuela Sánchez Cerro, en el Rímac, como lo había adelantado.
El burgomaestre López Aliaga aclaró que se debieron realizar los trámites correspondientes para realizar este tipo de actividad, sobre todo por un tema de seguridad, pues al ser cientos los fieles que se congregan para presenciar la tradicional escenificación “puede ser peligroso”, si no se cumplen con todas la medidas del caso.
“Personalmente, me interesa porque es una atracción. Para un niño es muy bueno ver una representación, pero que se realicen los trámites correspondientes. Tiene que haber seguridad; si no, puede ser peligroso para la población”, afirmo el alcalde de Lima.
Historia de fe
La vida para Mario Valencia no ha sido nada fácil. Pese a las numerosas dificultades, el conocido como Cristo Cholo nunca ha fallado a su promesa de cada año escenificar el vía crucis del hijo de Dios.
En diversas entrevistas, este peruano de 65 años siempre ha contado que el Señor apareció en su vida cuando más lo necesitaba. Al criarse desde pequeño en las calles, estuvo expuesto a las drogas, el alcohol y otros vicios, además de saber en carne propia qué es pasar hambre y sentir el frío por no tener un techo en el que dormir.
“Un día, mientras estaba sentado en la ribera del río Rímac conviviendo con indigentes y comiendo de la basura, decidí hablarle a Dios y le dije: ‘Dios, si verdaderamente existes, sácame del infierno donde estoy y prometo que cargaré tu cruz hasta que tú me lo permitas’”, contó.
Cuando estaba en el hoyo, Valencia tuvo la ayuda de un hombre que -asegura- fue enviado por el Espíritu Santo. Él lo sacó de ese mundo y lo llevó a una iglesia en el distrito de La Victoria. De ahí en más su vida tomaría un nuevo rumbo.
Recordó que el sacerdote de esa iglesia lo ayudó a recuperarse y le ofreció una Navidad participar de un personaje secundario en un nacimiento en vivo. Al año siguiente, le llegó la oportunidad de representar a Jesús en un Viernes Santo , ayudado por su frondosa cabellera y su espesa barba.
Desde entonces, Mario Valencia no ha parado de cargar una pesada cruz de 90 kilos y soportar en su cabeza una corona con púas reales. Ha sido crucificado, incluido este año, 46 veces ininterrumpidas. Y no piensa parar hasta que las fuerzas ya no le den más.