El expresidente Alejandro Toledo deberá entregarse a la justicia estadounidense para proceder con su extradición al Perú. Este tiene plazo hasta mañana 7 de abril para hacerlo; por ello, las autoridades locales se preparan para su retorno al mismo tiempo que figuras políticas como el excandidato presidencial Yonhy Lescano comentan lo que sería uno de los juicios más importantes y esperados.
“Toledo deberá hablar o de lo contrario va a morir en prisión, le van a dar una pena alta por todos los delitos que ha cometido y va tener que decir quién más ha estado lucrando en su gobierno”, dijo en conversación con RPP sobre la actitud que debería asumir el exmandatario una vez que se enfrente a la justicia peruana. Este indicó que deberá dar nombres no por venganza, sino “para limpiar el país”.
Toledo Manrique tiene posibilidades de convertirse en colaborador eficaz, según Lescano. Es decir, una figura que comparte información valiosa y verificable con las autoridades a fin de facilitar su labor y así recibir beneficios como el recorte de la pena. Lescano agregó que espera que las autoridades hagan una buena labor recopilando toda la información necesaria sobre el caso en el que está involucrado su exaliado político.
Lescano, quien en el 2011 postuló al Congreso con la Alianza electoral Perú Posible, coalición del partido de Toledo, Acción Popular y Somos Perú, indicó que el expresidente “lamentablemente “ha cometido actos irregulares” por lo que tendrá que rendir cuentas al país. “Han embargado sus bienes, sus cuentas. Yo tengo esa impresión que él estará aquí (...) Va a tener que dar información de otras personas incurridos en actos ilícitos. Yo creo que la justicia va a funcionar”, añadió.
Aliado en campaña
Yonhy Lescano logró 44.604 votos en las elecciones generales del 2011 en la que postuló al Congreso de la mano de Alejandro Toledo. En aquella oportunidad, el expresidente perdió estrepitosamente frente a Ollanta Humala y Keiko Fujimori, a pesar del apoyo que Lescano le ofreció. Este participó de eventos en el que buscaba apoyo de ciudadanos para que votaran por el líder de la chakana.
En un video difundido en redes sociales, se le ve instando a los asistentes de una reunión a “seguir trabajando para que nuestro candidato presidencial, el doctor Alejandro Toledo, gobierne nuevamente”. Este recalcó que debía ayudar al expresidente “a que haga bien las cosas para que cuando se vaya, lo haga como otros presidente de América Latina que tienen 80% de aprobación. Queremos que se vaya entre aplausos”.
Una publicación de Apoyo de julio del 2006, mes en el Toledo dejó el poder, señala que este contaba con apenas 33% de aprobación. Cifra baja, pero significativamente mayor a las obtenidas en el 2004 cuando llegó a obtener 8% de aprobación en abril y 9% en diciembre de ese año. Los niveles de desaprobación también bajaron en los últimos meses de su gobierno hasta ronda el 60%.
Los resultados de la mencionada encuesta revelan que los mayores niveles de desaprobación se encontraban en el interior del país y en los sectores C, D y E, los mismos a los que Toledo decía representar durante su campaña presidencial. El rechazo era mayor en las mujeres, aunque con una cifra cercana a la de los hombres y aquellos mayores de 25 años eran quienes hacían pública su desaprobación. Los otros dos poderes del Estado también enfrentaban una crisis de popularidad a mediados del 2006.