La Semana Santa inició el 2 de abril con el Domingo de Ramos. Millones de personas se desplegaron en distintas partes del mundo para rememorar la llegada de Jesús a Jerusalén. Perú hizo lo suyo en cada una de sus regiones, donde las misas y las ramas de olivo y palma tomaron el protagonismo. Sin embargo, ahora, los cristianos cuentan con algunas restricciones que deben de cumplir, entre ellas, el no comer carne roja.
Esta costumbre data desde hace varios años atrás. Los antiguos religiosos tomaron como referencia que la carne roja representa al cuerpo de Cristo, razón por la cual debe ser evitada previo a la pasión y muerte de Jesús. El cuerpo de los fieles debe ser purificado a través del ayuno.
¿Qué no sé puede comer en Semana Santa?
Existen entre dos o tres días de Semana Santa en los que no se puede comer carne roja, pues según los creyentes, representa la sangre derramada por Jesús. En algunos casos se practica el ayuno o se reemplaza por carne de pescado. El pollo también es una buena opción.
¿Cuáles son los días de Semana Santa que no se come carne?
Los días de Semana Santa en los que, de acuerdo a la religión no se puede comer carne roja son los miércoles de Ceniza, Jueves y Viernes Santo. Estos días forman parte de la veneración que se le realiza a Jesús conmemorando su estancia en la tierra.
¿Qué no se debe comer el Viernes Santo?
Recordemos que el viernes es el día de la pasión de Cristo, por lo que comer carne está prohibido. Los religiosos asocian la carne roja con el cuerpo de Jesús en el día de su crucifixión, por lo que sería una falta de respeto para Dios. En algunos casos donde la creencia es mayor, comer carne roja en estos días es considerado un pecado.
Al ser días de luto por la muerte de Jesucristo, la austeridad debe acompañar a los devotos. Entonces, ¿Qué puedo comer en Semana Santa? En el 2018, el papa Francisco hizo una aclaración sobre lo que se debe de comer en los días de Semana Santa y es una comida humilde, ya que la prioridad para los religiosos es ayunar, tal como sucedería ante la muerte de algún familiar, donde el apetito se reduce.
“El ayuno no es comer los platos de la Cuaresma. ¡Esos platos hacen un banquete! Ayunar no es cambiar los platos o hacer el pescado más sabroso, eso sería continuar el carnaval. Nuestro ayuno tiene que ser verdadero. Y si no puedo hacer un ayuno total (no consumir ningún alimento), ese que nos hace sentir hambre hasta los huesos, al menos hay que hacer un ayuno humilde, pero verdadero”, sostuvo el papa Francisco en un mensaje público.