Un giro inesperado dio el caso del policía José Luis Soncco Quispe, quien supuestamente fue quemado vivo dentro de un vehículo oficial durante las protestas sociales en Puno. La información propalada por las autoridades del gobierno de Dina Boluarte y algunos congresistas sobre el deceso del suboficial no habría sido del todo exacta.
Según el informe pericial de necropsia n.º 019-2023, la causa de muerte del agente Soncco fue por “traumatismo encéfalo craneano (TEC) por objeto contundente”. De acuerdo a las investigaciones preliminares, se cree que fue golpeado en la cabeza con una piedra de mediana proporciones, lo que habría terminado por quitarle la vida.
De corroborarse las sospechas, el suboficial primero habría sido ejecutado y posteriormente su cadáver colocado al lado patrullero policial en llamas. El hecho ocurrió el lunes 9 de enero de 2023, en el momento más álgido de las protestas en esta región. La noticia que un agente de la PNP había sido “quemado vivo” en la localidad de Tambopata, en Juliaca, consternó a la población y autoridades en general.
El martes 10 de enero, en su presentación ante el Congreso de la República, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, confirmó a este poder del estado que el policía Soncco fue quemado vivo dentro del patrullero.
“Ayer a las 11:45 pm., en las inmediaciones del colegio San Martín en la urbanización Colmena en Juliaca, un grupo de manifestantes retuvieron a la unidad móvil de la unidad de emergencia de la PNP (…) conformada por una tripulación de 2 suboficiales, quienes fueron agredidos a mansalva por los manifestantes”, aseveró el premier.
“Se constituye al lugar de los hechos la Policía y constata que un policía fue golpeado y maniatado y el otro, el subalterno de segunda José Luis Soncco Quispe, ha fallecido, ha sido quemado vivo en su patrullero”, acotó.
En ese momento, Otárola “deploró” la agresión contra las fuerzas del orden e hizo un llamado “al orden, a la paz y a la tranquilidad de todos los peruanos”.
A través de un comunicado, la PNP afirmó el suboficial de segunda “perdió la vida mientras realizaba su labor de patrullaje en Juliaca, siendo violentado y ultimado de manera execrable por sujetos desconocidos”.
“Elevamos nuestras oraciones para que Dios lo tenga en su gloria, le dé el descanso eterno y brille para él la luz perpetua”, agregó la institución del orden.
Prisión para el responsable
El último viernes 31 de marzo, el Juzgado de Puno dictó 18 meses de prisión preventiva contra el expolicía Jhonatan Apaza, de 25 años, involucrado en el asesinato del suboficial Soncco Quispe.
La orden fue emitida por el magistrado Johnny Pedro Quispe Vilca, juez del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de San Román Juliaca, que valoró los elementos de convicción presentados por la Fiscalía.
El implicado fue capturado la semana pasada por la División de Homicidios de la Policía Nacional, en coordinación con representantes del Ministerio Público, junto con Yesenia Molina Vargas, de 27 años, su pareja, y un presunto cómplice, Ismael Díaz Ccallata, de 28.
Los agentes también detuvieron a la conviviente de Apaza, “por estar en flagrancia delictiva por el delito contra la seguridad pública”, por la presunta “fabricación, comercialización, uso o porte de armas, así como por el delito de lavado de activos”.
En la diligencia, realizada en la provincia de San Román, fue hallada el arma de fuego del suboficial, quien hacía rondas de vigilancia en un patrullero con un compañero cuando fueron agredidos por una turba, que luego incendió el vehículo.
Los agentes también incautaron una cacerina de fusil AKM con siete municiones, accesorios de pistola Prieto Bereta incinerados, más de 23 mil dólares y un celular de marca Redmi.