La inauguración de la Línea 2 del metro se ha convertido en un sueño que no llega, tal como sucedió con el primer servicio de trenes que demoró décadas en estar listo. Desde el 2014 que se iniciaron las labores de construcción, diversos puntos de la ciudad han sufrido cambios a fin de que los obreros realicen sus funciones y han afectado a familias y comerciantes ubicados en los alrededores.
El cierre de vías más reciente es el de la concurrida avenida Venezuela que, según las autoridades, durará al menos tres años. A pocos días de confirmarse el inicio de labores, los comerciantes de dicha zona han hecho público su malestar, sobre todo porque las ventas han disminuido considerablemente. Tal es el caso de una mueblería y un pequeño centro comercial donde ya se registran tiendas cerradas.
El cierre también ha afectado a comerciantes de la avenida Arica en Breña. Un vendedor de comida indicó a Latina que el cierre de vías ha provocado que de cien menús que vendía al día baje a cuarenta. Mientras este trabaja a puertas cerradas, diversos negocios se cierran sus puertas y se suman a los que tuvieron que hacer lo mismo debido al impacto de la pandemia del covid-19.
“Trabajamos con la puerta cerrada en una zona que antes era bien transitada”, cuenta el cocinero mientras que un vendedor de la cuadra 1 de la avenida Arica revela que sus competidores han cerrado sus puertas debido a la obra. Este agregó que de cuatro trabajadores que solía emplear, ahora ha optado por quedarse con uno debido al impacto generado por los trabajos de la Línea 2 del Metro de Lima.
Las obras que se vienen realizando tienen como objetivo construir las estaciones La Alborada que estará entre las avenidas Venezuela y La Alborada mientras que la Estación Elio se situará en la intersección de Venezuela con Aurelio García y García. Los desvíos anunciados por la Autoridad del Transporte Urbano (ATU) afectarán a negocios, residencias, escuelas y otras empresas de transporte público.
“El gran problema es que todo el flujo vehicular de la avenida Universitaria, ya sea en sentido norte-sur o sur-norte, va a transcurrir por dos calles de la Urb. Los Cipreses. Es complicado de explicar, pero hay que ver el intercambio gaseoso que se puede dar en calles tan estrechas, que no es comparado a una avenida por lo que generará daños a la salud, contaminación a los residentes”, dijo a América Televisión un vecino de Cercado de Lima.
Zona peligrosa
Las obras para construcción de estaciones del metro obligan a que las veredas se transformen en vías estrechas y muchas veces oscuras. La experiencia de los vecinos de La Victoria donde también se vienen realizando trabajos similares dan cuenta de que dichos espacios son usualmente aprovechados por delincuentes. El número de robos y asaltos en dichos lugares han aumentando desde el inicio de trabajos de construcción.
“En total, un promedio de 200 familias y comerciantes deben recorrer pasadizos donde reina la sensación de inseguridad y temor de no saber lo que pueden encontrar”, señala una publicación de La República sobre los efectos de las obras en las zonas aledañas a lo que será la Estación 28 de julio. A esta preocupación se le suma la poca transparencia de las autoridades sobre cuándo culminarán los trabajos de una obra que debió haberse entregado hace ya cuatro años.